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La clave para entender el surgimiento de la cuarta revolución industrial

La robótica, la ingeniería genética y la nanotecnología ¿ponen en riesgo la existencia humana? El presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, analiza esta situación.

18 de febrero de 2016

La inteligencia artificial que permite que los autos se conduzcan solos, los robots realicen todo tipo de labores industriales o personales y las tecnologías móviles cambien la forma de interactuar de los seres humanos son motivo de análisis y tema de profunda reflexión por parte del profesor Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial.

En su libro The Fourth Industrial Revolution, lanzado recientemente, el economista explica la estrecha relación entre la tecnología y la sociedad y cuáles serán las consecuencias en un futuro no muy lejano.

Está convencido de que el periodo de cambio y revolución tecnológica que vive el mundo es más profundo que en cualquier momento anterior de la historia humana. Es decir, ninguna de las revoluciones anteriores, por más significativas que hayan sido, superan lo que puede vivirse en los próximos años.

Por esta razón, no ahorra esfuerzos en profundizar en el futuro que se gesta hoy y cómo los líderes, políticos y responsables de la toma de decisiones en diferentes ámbitos de la sociedad deben asumir la responsabilidad colectiva para asegurarse de que esta transformación sea positiva para todos.

Una de las ideas principales del autor apunta a que la acelerada revolución tecnológica tiene dos rasgos totalizantes. Por un lado, modifica casi todas las prácticas humanas (trabajo, comunicaciones, transporte, ciencia, etc.). Y, por otro, no hay un sector que se pueda escapar de su influencia: los políticos, los administradores públicos, los agentes privados, la academia y la sociedad civil.

En su obra, el empresario alemán hace un comparativo con las anteriores revoluciones y explica cómo la primera utiliza la energía del agua y vapor para mecanizar la producción; la segunda potencia la fuerza eléctrica para crear la producción en masa y la tercera usa la electrónica y la tecnología de la información para automatizar la producción.

Esta cuarta revolución industrial se sustenta en un cambio digital que comenzó a registrarse desde mediados del siglo pasado y que tiene como particularidad la fusión de tecnologías que están borrando los límites entre las esferas físicas, digitales y biológicas y que tiene un efecto transversal a todas las disciplinas, las economías e industrias.

Schwab considera que, así como este periodo de transformación es una época de promesas, también puede convertirse en una amenaza.

Desde el lado positivo, está convencido de que la tecnología puede impulsar el desarrollo y progreso social, y en este sentido, la innovación tecnológica jugará un papel determinante. Sin embargo, también expresa sus preocupaciones en torno a que las organizaciones no sean capaces de adaptarse rápida y eficazmente a los cambios y que los gobiernos utilicen y regulen las nuevas tecnologías en su propio beneficio.

Adicionalmente, tiene dudas de lo que pueda suceder en torno a temas como la seguridad, la desigualdad y cómo todos estos avances también pueden terminar fragmentando a las sociedades.

Uno de los principales temores que expresa el autor es que la tecnología termine desplazando al hombre y hace un llamado a los líderes y ciudadanos para que aprovechen las oportunidades que ella brinda, pero no se puede perder de vista que la gente debe estar en el primer lugar y que estas nuevas tecnologías ante todo son hechas por la gente para la gente.

Schwab es consciente de la dinámica íntima entre la tecnología y la sociedad. Y se supone que esto podría ser una revolución en la que las empresas, los gobiernos y la sociedad en general no aprenderán a dominar fácilmente.

Pero si bien gran parte del libro se dedica a la comprensión de la cuarta revolución, sus causas, los pros y los contra, lo cierto es que su objetivo principal es determinar cuáles son las conductas y acciones que todos podemos emprender para que la tecnología no sorprenda al hombre y no lo desplace.

Lo que sí queda claro a lo largo de las cerca de 200 páginas que contiene la publicación es que se trata de una revolución que conduce a muchos cambios y que no es claro si el mundo esté preparado para ellos.