Al mes de diciembre de 2010, las Compañías de Financimiento arrojaron ganancias acumuladas de $ 154.984 millones, lo que implica un crecimiento de casi un 700%.

Estrategias Tributarias para tiempos desafiantes

Según el estudio de Oportunidades en la Adversidad, OIA de la firma consultora Ernst & Young, actualmente tres de cada cuatro compañías ejecutan una revisión minuciosa de la administración del efectivo y el flujo de caja.

30 de marzo de 2010

En este entorno económico, la liquidez y el flujo de caja se han vuelto más críticos que nunca y vitales en la habilidad con que una compañía conduce su agenda estratégica. Como resultado, la administración del efectivo se convirtió en un ítem de alta prioridad para comités y juntas directivas alrededor del mundo.

Los impuestos son uno de los mayores gastos en la declaración de renta –entre 20% y 30% de las ganancias antes de gravámenes. Además los flujos de caja para impuestos indirectos como: Valor Agregado (IVA), bienes y servicios (GST), al cliente, impuestos del Estado y locales, pueden ser de gran importancia.

Muchas oportunidades de planeación tributaria en áreas como ingresos y gastos, capitalización y depreciación, métodos de contabilidad e inventario, impuestos indirectos, estatales y locales, pueden ayudar significativamente a que las compañías aumenten su flujo de caja. Además, muchas de las medidas de estímulo fiscal recientes presentan una variedad de opciones mundialmente dirigidas a mejorar los resultados.

Pero mientras dichas estrategias de planeación y programas de estímulo pueden otorgar beneficios muy generosos, con frecuencia presentan períodos de elegibilidad definidos estrechamente. Por eso, la habilidad de evaluar y actuar rápidamente es importante para tener éxito.

El desafío económico

En menos de un año, la ‘crisis del crédito’ se ha convertido en la mayor recesión global que se haya experimentado en esta generación. De hecho, en su Informe de Panorama Económico del 31 de marzo de 2009, la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico, Ocde llamó a esta, la “más severa y sincronizada” recesión en la historia de la posguerra –presentando un crecimiento negativo del Producto Interno Bruto en países de la Ocde, del 4.3% en 2009.

 

Como resultado, muchos países enfrentan serios problemas económicos estructurales, cuyos efectos pueden ser vistos en el fuerte descenso del comercio internacional –una contracción del 13.2% para 2009, de acuerdo a proyecciones recientes de la Ocde.

En este período de desafío económico, las compañías han tenido que luchar con la creciente competencia por un área de demanda más pequeña, fuerte presión de precios a la baja y acceso extremadamente restringido al crédito. Estos factores se han combinado para ejercer una enorme tensión sobre los balances de ingresos corporativos y han elevado los problemas de negocios relacionados con un entorno de efectivo restringido. Preocupaciones relacionadas con proteger las ganancias por acción, mantener el valor de accionistas, resaltar e implementar la reducción de costos, y asesorar y monetizar activos de bajo rendimiento, se han vuelto las mayores prioridades financieras.

Problemas de los negocios en un entorno de efectivo restringido

Administración del efectivo.
Reducción de costos.
Repatriación de efectivo por operaciones extranjeras.
Déficit de capital.
Problemas de liquidez en el corto plazo.
Confianza en la cadena de abastecimiento.
Confianza en las cifras reportadas.
Gestión de la fuerza laboral.
Caída en precio de activos.
Ofertas Públicas Iniciales canceladas y la necesidad de alternativas estratégicas.
Administración de las tasas de cambio de moneda.

La importancia de los impuestos para administrar positivamente el efectivo

Ernst & Young y la Unidad de Inteligencia Economista, condujeron dos estudios con más de 500 ejecutivos de comités y juntas directivas de las compañías más importantes alrededor del mundo a lo largo de varios sectores de la industria, como parte del programa OIA. El primer estudio fue llevado a cabo en enero de 2009. El segundo, en junio del mismo año.

Según el estudio más reciente de la OIA, 82% de las compañías asegura que el efectivo es un problema, por encima del 74% registrado en enero. Las empresas también afirman que están acelerando sus esfuerzos en identificar mejores formas para administrar el efectivo. De hecho, los resultados revelan que 3 de cada 4 compañías están llevando a cabo actualmente una revisión minuciosa de la administración de efectivo y flujos de caja.

Los impuestos, sin embargo, no son siempre el centro de atención cuando se trata de gestión del efectivo. Menos de una de cada cuatro compañías están incluyendo impuestos en su análisis estratégico, de acuerdo al estudio hay oportunidades significativas cuando los impuestos son parte de dicho análisis. Son uno de los mayores ítems en el balance de ingresos y además por el valor de las oportunidades de impuestos que están disponibles para la mayoría de las compañías.

La serie de ahorros tributarios que pueden ser desbloqueados es extremadamente variada y abarca impuestos nacionales, fuera de la frontera e indirectos, y problemas de clientes, así como operaciones de impuestos , planeación de capital humano, y muchas otras áreas de impuestos.

Cómo funcionan las estrategias fiscales de efectivo

Igual que su núcleo, una estrategia fiscal puede mejorar el Ebitda y crear flujo de caja adicional al desbloquear montos de efectivo y generar ahorros anualmente. La firma consultora se ha enfocado en las siguientes estrategias básicas para generar efectivo a las compañías:

Examinar nuevas medidas de estímulo para oportunidades
Revisar subvenciones e incentivos disponibles
Convertir pérdidas en atributos fiscales que mejoren el EPS
Evaluar las posibilidades de retorno tributario
Repatriar eficientemente efectivo y ganancias
Liberar el efectivo bloqueado en cadenas de abastecimiento
Crear beneficios de flujo de caja.


Los gastos tributarios pueden ser un componente crítico para cualquier estrategia de ahorro de costos, especialmente una orientada a reducir gastos de efectivo. Pero como se indicó previamente, los gastos tributarios constituyen una porción significativa de los gastos totales, y puede proveer muchas oportunidades para el ahorro si se tienen en cuenta estrategias como:

Evaluar los valores de activos existentes y su desempeño para posibles ajustes
Recuperar pagos tributarios excesivos cuando los pronósticos anteriores de ganancias fallan y los pagos de la cuota de impuestos son exagerados
Examinar el perfil de provisión de impuestos
Examinar las estructuras de préstamos entre compañías


Aunque es valioso elevar los activos tributarios, es igualmente importante para las compañías implementar estrategias adicionales para protegerlos. Durante los años anteriores, las empresas han sido testigos de la más rápida sucesión de cambios legislativos y regulatorios en décadas, a medida que el gobierno intenta mantener un balance entre la creciente competitividad e ingresos –un balance que ha mostrado dificultad frente a la incertidumbre económica.

Los gobiernos pronto tendrán que encontrar una forma de pagar por el alivio fiscal del que ahora gozan, en respuesta al entorno económico actual. Sin embargo, no es razonable para las compañías esperar y prepararse para desarrollos legislativos y regulatorios – y aumentar su enfoque en esfuerzos de cumplimiento y ejecución – que podrían afectar las decisiones vigentes. Por esta razón, deberían evaluar activamente estrategias para proteger los activos existentes, mientras toman ventaja de las desgravaciones fiscales y deducciones disponibles.

Planeación tributaria y cambios gubernamentales

El área de administración de impuestos está experimentando cambios importantes, con implicaciones a corto y largo plazo. Estos cambios son conducidos por variaciones de tipo político - tributaria en el corto y mediano plazo, diseñada para dirigir la crisis financiera.

 

La política tributaria ha jugado un rol clave en estos esfuerzos de estímulo –de acuerdo al reciente Informe de Panorama Económico de Ocde, las medidas de impuestos representan 56% del efecto neto de estímulos fiscales como promedio, en los países de la Ocde. Tales medidas tributarias representan grandes oportunidades para el ahorro inmediato y continuo de efectivo.

Por su parte, la firma consusltora ha identificado seis áreas cruciales de estímulo macroeconómico aplicadas a través de cambios en leyes y políticas fiscales:

Programas de depreciación acelerada diseñados para ayudar a mejorar el flujo de caja en empresas, permitiéndoles cancelar el costo de inversión rápidamente
Aplazar y retomar provisiones de pérdidas operativas netas para ayudar a las compañías a compensar los ingresos
Ajustes a tasas de impuestos de ingresos corporativos para asistir en la atracción de inversión y empleo, así como para estimular la demanda total
Mejorías al crédito fiscal de investigación y desarrollo, e incentivos relativos para alentar a compañías a mantener su inversión en innovación
Cambios en impuestos indirectos para ayudar a mantener la demanda mediante la reducción de costos a bienes y servicios
Medidas fiscales que afecten a individuos para apoyar al contribuyente
Muchas de estas medidas tienen una línea de tiempo definida y un punto final. Por ejemplo, las normas de depreciación acelerada y una ampliación del crédito R&D se diseñaron para poner en marcha la industria y otras órdenes de capital.

También, múltiples jurisdicciones están contemplando o implementando cambios significativos en sus políticas, tales como el tratamiento fiscal extranjero en EU y el Reino Unido. Admás de la adopción de las Normas Internacionales de Información Financiera, Niif alrededor del mundo, lo cual tendrá mayores impactos en la planeación y comportamiento fiscal corporativo.


Estos cambios ofrecen oportunidades cercanas y a largo plazo para el ahorro y mejor administración del efectivo. Es imperativo que las corporaciones evalúen activamente – y siga reevaluando – las oportunidades y amenazas delante de ellas, particularmente si algunas de las ventanas de oportunidad para convertir atributos fiscales en efectivo podrían tener corta duración.


El rol gubernamental en las estrategias de impuestos de efectivo no es siempre de apoyo. Al mismo tiempo que los gobiernos administran estímulos a través del código fiscal, también están aplicando una presión cada vez mayor en las actividades de planeación tributaria e intensificando la aplicación y cooperación de impuestos.

¿Qué estrategias tienen más sentido?

Para compañías que tienen su efectivo restringido durante la crisis del crédito la prioridad estratégica es clara –necesitan hacer lo que puedan para asegurar su presente. Para aquellas compañías que están generando efectivo mediante operaciones, las oportunidades son más variadas. En cualquier final del espectro de la crisis financiera, o en cualquier punto medio, la necesidad por acciones de administración estratégicas y concertadas –incluyendo estrategias de impuestos de efectivo- es esencial.

Algunas de estas estrategias pueden ser combinadas, pero no siempre. Depende mucho de dónde está ubicada la compañía, y cuáles son sus metas en el cercano y largo plazo. El panorama macroeconómico sugiere que en un año la mayoría de las compañías tendrán un entorno mucho más fuerte en el cual planear y operar.

Hay un creciente consenso que la peor de las crisis económicas ha quedado atrás, y hay suficiente razón para un optimismo cauto. Los principales índices bursátiles, cuya mayoría fueron pobres en el período de septiembre a mayo, han mejorado. Adicionalmente, como se reportó en el Informe Provisional de Panorama Económico de Ocde en marzo de 2009, los indicadores económicos líderes están estabilizándose o mejorando en muchos países.

Los resultados del estudio también muestran signos positivos. Mientras casi tres cuartas partes de los encuestados dicen que la economía prevalece como un problema, 60% afirma que la recuperación se dará entre 6 a 12 meses.

Aún así, el daño de la actual desaceleración global podría haber afectado algunas compañías tan dramáticamente, que no podrán contar en esa recuperación para soportar todos los nuevos desafíos. Además, aquellas compañías en una posición más segura querrán considerar estrategias de efectivo que son implementadas para beneficios de corto plazo con consecuencias a largo plazo.

 

Algo que parece muy inteligente hoy podría resultar ser menos estratégico mañana. Y si la economía mejora rápidamente, ese mañana cambiará rápidamente.