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AGRO

Sin crédito ni tecnología, campesinos no pueden competir con importaciones

El crecimiento progresivo de la importación de alimentos genera el empobrecimiento de las zonas rurales y motiva la migración de los campesinos hacia las ciudades, una situación que se agrava con las barreras para acceder a crédito o tecnología.

7 de marzo de 2017

Esta fue una de las principales conclusiones de un análisis del especialista en desarrollo regional, Ricardo Sánchez, y el historiador y profesor de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), Fabio Zambrano, quienes subrayaron que las importaciones de alimentos llegaron a las 12 millones de toneladas en 2016, principalmente de maíz amarillo.

Zambrano argumenta que debido al fenómeno de la importación de alimentos los ciudadanos quieren comprar lo más barato, pues según explica, hoy en día existe la disposición a adquirir comida industrializada y congelada.

“La papa va cayendo y va a ser reemplazada por la pizza y las pastas, con un altísimo componente importado de harinas”, manifestó el experto  en el programa radial ‘Observatorio de Gobierno Urbano‘ del Instituto de Estudios Urbanos de la U.N.

Ricardo Sánchez, por su parte, afirmó que la gran preocupación radica en la falta de atención al mundo rural y a la poca retroalimentación de los ciudadanos con lo que se produce en el campo colombiano.

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En Colombia llevamos los últimos 50 años hablando de ruralidad, pero la desconexión entre el consumidor urbano y el productor aún continúa”, agrega.

En su análisis, Sánchez argumentó que las entidades encargadas deberían apuntar a que los casi 11 millones de campesinos del país puedan producir más con menos tierra.

Además, resaltó la importancia de que la digitalización favorezca a los campesinos, con el fin de que puedan empezar a contribuir a la construcción de un país productor de alimentos para el autoconsumo y la exportación.

El economista hizo un llamado a rescatar las variedades nativas y no a concentrarnos en los productos tradicionales que se han exportado en dos o tres mercados.

Y es que según explica, “no hemos podido pasar de cuatro cultivos principales de exportación: café, banano, flores y aceite de palma”, los cuales concentran el 78% de las ventas totales de alimentos al exterior

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En este sentido, el experto destacó que las políticas públicas y la libertad de importación en la agricultura pasan a decidir sobre la vida de millones de colombianos que se ven empujados a la miseria urbana.

“La relación campo-ciudad es un tema complejo”, complementó el profesor Zambrano, quien calificó de “soborno al consumidor urbano” la oferta de productos y materias primas importadas a precios subsidiados en el exterior.

Según argumenta, los tratados de libre comercio entran a competir con una comunidad de campesinos que no tiene acceso al crédito ni mucho menos a las herramientas tecnológicas con las cuales podrían aumentar su competitividad.

Aunque tengan la propiedad de la tierra entran en quiebra porque no pueden pagar los costos de producción o producir a los precios impuestos por el mercado, y dicha situación trae consigo un considerable crecimiento de la población en las ciudades", agregó.

En el marco de esta discusión, también dieron a conocer que en el mundo desarrollado (Estados Unidos y Europa) cerca del 50% de los ingresos de los productores de alimentos se derivan de subsidios del Estado.

Mientras en los países emergentes, según la apreciación de Fabio Zambrano, se debe importar los alimentos, motivo por el cual gran parte de estos territorios carece de seguridad alimentaria.

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