Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.

Isagén

¿Derrochón yo?

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, aclaró que este Gobierno no vende por vender activos y no es derrochón como se ha sugerido.

1 de agosto de 2013

Frente a las críticas que ha tenido el Gobierno actual por parte de algunos detractores y opositores, en cuanto a que esta administración ha sido derrochona y que está vendiendo activos que no debería vender, Cárdenas respondió aduciendo que este Gobierno económicamente ha salido mejor que los de los últimos años.

“A uno no lo pueden acusar de derrochón cuando pasa de una situación de déficit de un Gobierno anterior, que gasta más que sus ingresos y pasa a tener un superávit, porque tenemos claro nuestro puerto de destino, que es reducir la deuda, y eso es lo que estamos haciendo sistemáticamente”, señaló el jefe de la cartera de Hacienda.

Con anterioridad el ministro había explicado que al empezar este gobierno en el 2010, los gastos del sector público se excedían en $18 billones a los ingresos, por lo que obviamente se gastaba mucho más de la capacidad que tenía el estado.

Y agregó respecto a la venta de Isagén, “tenemos que pensar en el país como un todo, tenemos que pensar también en los ciclos, el país hizo unas inversiones muy grandes en los años 90 para fortalecer la infraestructura eléctrica, que afortunadamente hoy no tenemos riesgos en esa materia. Pero hoy lo que debemos hacer es cambiar un activo por otro, para mejorar la infraestructura que necesitamos para salir del rezago acumulado que tenemos en esta.”

Dentro del balance que realizó el ministro, el mismo resaltó que Vivir hoy en Colombia, es vivir en un país moderno. “La buena economía que estamos pasando no ocurre no por casualidad. Es gracias al esfuerzo de todos los colombianos y gracias a la orientación firme de las políticas económicas, lo que nos ha permitido tener un crecimiento promedio en esta administración de 4,9% por año, el tercer crecimiento más alto en América Latina”, apuntó Cárdenas.

También destacó las bondades del PIPE para la tasa de cambio y el sector agrario y la aprobación de la reforma tributaria, como una herramienta para bajar los impuestos que generaban la generación de empleo, y aumentar la contribución a quienes ganan más.