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Cuatro puntos distorsionan negociación del salario mínimo

La diferencia entre la propuesta de los sindicatos y la del Gobierno es de 4%. Este miércoles se instala la mesa de concertación salarial en la que se deberá definir un punto intermedio. El aumento de la inflación en estos dos meses podría favorecer las expectativas.

Diana Lache Peña
30 de noviembre de 2010

Los analistas consideran que está será la última carta que se juegue el Gobierno, antes de finalizar el año. Esta puja servirá en buena medida para medir el nivel de confianza y popularidad del vicepresidente Angelino Garzón, quien por su origen sindical, es a quien le corresponde asumir esta negociación y obtener resultados positivos.

La ley estipula que las negociaciones sean entre el primero de diciembre y el 15. De no lograr un punto medio, el Gobierno tiene facultad para fijarlo por decreto, antes del treinta, como ha sucedido en los últimos años. Si se vence el plazo, la decisión sería prácticamente equivalente a la inflación causada más un punto de productividad.

Recientemente el director de Planeación Nacional, Hernando José Gómez había indicado que “la productividad venía creciendo a un ritmo del 2% anual entre 2002 y 2008, luego cae al rededor de 2% o 3% en 2009 y en 2010 posiblemente se recupera un punto. Todavía estamos en un nivel en que hay que ser cuidadosos, hasta ahora estamos en un proceso de recuperación de la actividad económica".

Bajo este escenario, del lado el Gobierno el ofrecimiento estaría alrededor del 4%, que en términos prácticos es el equivalente a $20.600 mensuales adicionales para el millón de personas, en promedio, que ganan el salario mínimo.

Juan Carlos Guataquí, docente e investigador de la facultad de economía de la Universidad del Rosario, considera que no habrá concertación este año por la enorme diferencia hay entre las propuestas sobre la mesa. “Un incremento razonable, teniendo en cuenta todos los criterios, podría ser entre el 5% y 5,5%”, dijo el docente a Dinero.com.

Sin embargo los sindicatos como la  Confederación General de Trabajadores  (CGT) ,en cabeza de Julio Roberto Gómez se mantiene en su petición del 8%. “Esto significa un aumento mas o menos de $40.000 mensuales, nos van a salir con el argumento de que el costo de vida no sobrepasa el 3%. El aumento de $13.000 es el equivalente a $433 diarios, hoy más que discutir, queremos es iniciar un proceso para establecer un mínimo legal para que se ajuste a la realidad de la clase trabajadora”, dijo Gómez.

El dirigente señaló que de sostenerse el Gobierno en su posición del 3% o 4%, ellos pedirán que no se aumente el salario mínimo, pero a cambio piden congelar todos los precios de los artículos de la canasta familiar.

El invierno ha llevado a los analistas del mercado a elevar su estimación de inflación para cierre de año. El alza en los precios podría llevar a la inflación a un valor de 2,50%, según la más reciente estimación de Correval. Mientras que la firma Sefinco, estima que podría estar alrededor del 2,48%.

Por su lado el rector del Cesa, José Manuel Restrepo aseguró que el tema de las lluvias será evidente por las inundaciones, pero no habrá un peso significativo en los precios de los alimentos. “Si en octubre hablábamos de una inflación de 2,33%, al final del año podríamos estar del orden del 2,7% o 2,8% y eso significa que sería prudente incrementar alrededor del 3,5%. Por su puesto que un 8%, no es realista”, dijo Restrepo.

El argumento, es que los precios se van aumentar sólo sobre algunos de los productos de la canasta familiar y el efecto sobre esos, únicamente se verá reflejado en los meses siguientes. Es decir que el incremento promedio se lo llevará el primer semestre cuando realmente suba la inflación estimada por causa de las lluvias en todo el país. “Hay que tener en cuenta que aún no le estamos vendiendo alimentos a Venezuela y eso favorece el abastecimiento y por supuesto los precios internos”, agregó el Rector del Cesa.

A pesar de todo, el fuerte invierno que golpea actualmente el país ha generado nerviosismo entre los operadores frente a la evolución de los precios de los alimentos para lo que resta del año, según los análisis hechos por el Banco de Bogotá. Si bien el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Rafael Mejía, ha manifestado que no se está en una situación de desabastecimiento, el mercado espera que para lo que resta del año los precios de los alimentos aumenten, llevando posiblemente a una inflación total al cierre del año mayor a la esperada.

De acuerdo con las estimaciones hechas por el Grupo Bancolombia, la inflación permanecerá por debajo del 3%, tanto en 2010 como en 2011, por la necesidad de liberalizar el comercio y reducir aranceles. El menor impulso en los precios internacionales de materias primas y la capacidad instalada ociosa de la economía, dan espacio para que crecimientos entre 4% y 5% no generen presiones por demanda ni alteren la estabilidad de precios.

José Manuel Restrepo asegura que por ser inicio de Gobierno podría haber un interés de llegar a un acuerdo, a pesar de la enorme diferencia actual.