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AMÉRICA LATINA

Pobreza extrema en Latinoamérica llegó a su nivel más alto en casi 10 años

Según los cálculos de la Cepal, la desigualdad en América Latina se ha reducido considerablemente en los últimos 19 años. Mientras que, en 2017, la pobreza se mantuvo en los mismos niveles de 2016.

15 de enero de 2019

En un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la tasa general de pobreza -medida por ingresos- se mantuvo en 2017 en Latinoamérica, luego de registrarse aumentos en 2015 y 2016. No obstante, no todas las noticias son positivas según el informe.

Uno de los indicadores que preocupa el desarrollo económico del continente es que el número de personas en situación de pobreza extrema continuó creciendo, en línea con la tendencia observada desde hace 4 años, destacó el estudio de la Cepal.

Cabe recordar que, en 2017, el número de personas viviendo en la pobreza llegó a 184 millones –representando el 30,2% de la población total de América Latina-, de los cuales 62 millones se encontraban en la extrema pobreza; es decir, 10,2% de la población (el porcentaje más alto desde 2008), de acuerdo con el informe Panorama Social de América Latina 2018 presentado por Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo regional de las Naciones Unidas.

Sin embargo, pese a las preocupantes cifras, las proyecciones de la Comisión estiman que, en 2018, el porcentaje de pobreza baje a 29,6% de la población, lo que equivale a 182 millones de personas –o sea, 2 millones menos que en 2017-. Y se mantendrían las cifras de pobreza extrema, quedando la tasa en 10,2%, 63 millones de personas (1 millón más que en 2017).

Alicia Bárcena, hizo un llamado para impulsar políticas públicas complementarias de protección social e inclusión laboral y redistributivas en materia de ingresos en todo el continente latino. “Aun cuando la región logró importantes avances entre la década pasada y mediados de la presente, desde 2015 se han registrado retrocesos, particularmente en materia de pobreza extrema”, señaló.

Los que han bajado ‘la pobreza’

De acuerdo con el informe de la Cepal, los países con mayores reducciones de la pobreza entre 2012 y 2017 son: Chile, El Salvador y República Dominicana. Esto gracias a que se registró un aumento de los ingresos laborales en los hogares de menores recursos (indicador que más contribuyó a la disminución de la tasa).

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Mientras que en Costa Rica, Panamá y Uruguay el principal factor que permitió bajar la tasa de pobreza fue el de las pensiones y transferencias recibidas por los hogares de menores recursos. 

“Esto corrobora la importancia de dotar de más recursos a la población en situación de pobreza, combinando el fortalecimiento de los ingresos laborales con la provisión de transferencias públicas y el fortalecimiento de los sistemas de protección social”, aseguró una fuente de la Cepal.

Por otro lado, el documento también resaltó que hay una reducción importante en la desigualdad de ingresos en la región desde principios de la década de los 2000. El promedio simple de los índices de Gini (donde 0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima) de 18 países de América Latina bajó de 0,543 en 2002 a 0,466 en 2017.

Pero, hay que decir, que el ritmo de reducción se enlenteció en los años recientes: entre 2002 y 2008 la disminución anual promedio del índice fue de 1,3%; entre 2008 y 2014, de 0,8%, y entre 2014 y 2017, de 0,3%. Según el organismo, los sistemas de protección social han tenido un rol importante en los años recientes para contener deterioros distributivos.

Adicionalmente, el informe de la Cepal también destacó que, a pesar del contexto de ajustes fiscales, el gasto social de los gobiernos centrales es el principal componente del gasto público total (51,4% en 2016).

El gasto público social del gobierno central de 17 países de América Latina alcanzó como promedio simple 11,2% del PIB en 2016, un ligero crecimiento frente a 2015, siendo el nivel más alto registrado en casi 20 años. En términos per cápita, el gasto social promedio de los países de América Latina prácticamente se duplicó entre 2002 y 2016, llegando a US$894.

“Existe una alta heterogeneidad entre países y persisten grandes desafíos de financiamiento de las políticas sociales para alcanzar las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, especialmente en países que tienen niveles más elevados de pobreza y otras carencias en términos de desarrollo social”, cuenta el informe del organismo perteneciente a las Naciones Unidas.

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Ingresos menores al salario mínimo

En promedio, alrededor del 40% de la población ocupada de América Latina recibe ingresos laborales inferiores al salario mínimo establecido por su país y esa proporción es mucho más elevada entre las mujeres y los jóvenes de 15 a 24 años. Entre las mujeres jóvenes esa cifra alcanza a 60,3%.

Fuente: Cepal

Hace 2 años, la participación de las mujeres en el mercado laboral seguía siendo menor que la de los hombres, 50,2% y 74,4% respectivamente, mientras que en ese mismo año el desempleo femenino, que fue de 10,4%, se mantuvo por sobre el de los hombres, que alcanzó una tasa de 7,6%. Vale mencionar que más de la mitad de las mujeres ocupadas en Latinoamérica se emplean en sectores de baja productividad y de ellas el 82,2% no están afiliadas o no cotizan en un sistema de pensiones.

La baja participación de las mujeres en el trabajo remunerado contrasta con su alta participación en el trabajo no remunerado para el propio hogar: en América Latina el 77% del trabajo no remunerado es realizado por las mujeres, de acuerdo con los datos de las encuestas de uso del tiempo.

“Sin políticas públicas adecuadas que aborden materias claves como la formación y el empleo de las mujeres en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, que contribuyan a evitar la precarización de los empleos y que promuevan la corresponsabilidad en los sistemas de cuidado, las mujeres no solo podrían perderse los beneficios de los empleos del futuro, sino que, además, corren el riesgo de que se perpetúen las brechas existentes y las carencias de trabajo decente que las afectan en la actualidad”, concluye el documento de la Cepal.