Las unidades de cuidados intensivos, ocupadas en casi 90%, tienen en alerta al sistema. | Foto: Esteban Vega

REACTIVACIÓN

¿La economía entra en cuarentena?

Cuando se esperaba que la reactivación empezara a funcionar, el contagio se disparó y amenaza con colapsar el sistema de salud. Esto obligó a nuevos aislamientos. ¿Qué viene?

24 de julio de 2020

En el mes de julio, al cierre de esta edición, el número de contagios por coronavirus creció y se acercó a los 200.000 infectados y las muertes bordeaban las 7.000.

Este aumento ha puesto en jaque a las autoridades, en especial en las capitales. Los servicios hospitalarios están llegando a su límite con ocupaciones cercanas a 90% en las unidades de cuidados intensivos.

Ciudades como Bogotá y Medellín ordenaron cuarentenas zonales obligatorias para tratar de frenar el ritmo acelerado del contagio y no colapsar los sistemas de salud. Sin embargo, para otros esta medida no es suficiente. A mediados de julio, 14 asociaciones médico-científicas y agremiaciones de la salud les pidieron al presidente Iván Duque y a la alcaldesa Claudia López aplicar de inmediato una cuarentena estricta en toda Bogotá.

Pero, casi simultáneamente, se conoció otra carta. Varios gremios de la producción le solicitaron al presidente Duque reabrir restaurantes, reactivar el turismo y permitir los vuelos para contribuir a la recuperación económica.

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Es claro que no se puede llegar al falso dilema de la salud o la economía. Pero el dilema entre la reactivación y las nuevas cuarentenas tiene hoy al país en una difícil coyuntura.

La cuarentena inicial aplazó el pico de la pandemia, pero la economía necesita moverse. El aislamiento estricto ha tenido un impacto dramático en las cifras de crecimiento, desempleo y pobreza. Esto evidenció la necesidad de reabrir la economía justo cuando el pico en el número de enfermos y contagios está por llegar y cuando la disciplina social y el autocuidado son claves para este nuevo escenario.

De hecho, la reapertura de la economía empezó a mostrar señales favorables en indicadores macro, como el incremento en las ventas de combustibles, en el consumo de energía y en el gasto. Pero, entonces, volvieron las cuarentenas. Por ahora, las han decretado por sectores, pero al cierre de esta edición y ante la posibilidad de que se copen las unidades de cuidado intensivo, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, no descartó la posibilidad de una nueva cuarentena total. En ese contexto, ¿qué le puede pasar a la economía?

Fedesarrollo, dentro de los escenarios de crecimiento para este año, planteó una cifra de -5% y otra de -7,9%. “Las cuarentenas así sean localizadas nos alejan del -5% y nos mueven al -7,9%. Este escenario contemplaba el riesgo de una cuarentena adicional que genere un menor crecimiento del consumo privado en la segunda mitad de este año”, dice Luis Fernando Mejía, su director.

Ciudades como Bogotá y Medellín ordenaron cuarentenas zonales obligatorias para tratar de frenar el ritmo acelerado del contagio.

Aún no es claro si vamos a tener una cuarentena generalizada en ciudades como Bogotá y Medellín. Pero estas capitales están incorporando restricciones más fuertes ante la evolución de los contagios, y eso conduciría el escenario más pesimista. Solo en Bogotá, Fedesarrollo calcula que el costo económico de una cuarentena generalizada de dos semanas es de $7,2 billones.

Por su parte, Juana Téllez, economista jefe de BBVA Colombia, aseguró en la presentación de las proyecciones de ese banco que “la recuperación económica depende de la apertura sectorial y la capacidad de recuperación de la demanda. En el caso de los hogares, el consumo se mantiene débil a mediano plazo por el choque de ingresos de los hogares”. Para este año, el BBVA contempla una contracción de 7,5%.

De acuerdo con un análisis de Bancolombia, los escenarios de crecimiento que planteó el Gobierno en el Marco Fiscal de Mediano Plazo asumen que a partir del tercer trimestre de este año habrá una reapertura completa de la economía. “En ese sentido, no tienen incorporada la posibilidad de rebrotes de covid-19 y nuevos periodos de aislamiento obligatorio. Esta es una contingencia que han advertido los epidemiólogos y que está incorporada en nuestro escenario pesimista. Por esa vía podría generarse un desfase en las perspectivas económicas y fiscales de las autoridades”, advierte el informe.

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Para el futuro cercano, hay que preguntarse por la dinámica que tendrá la economía. Según Mejía, suponiendo incluso que las restricciones a la movilidad continúen por ejemplo en el primer semestre del año entrante, “no hay que olvidar que el crecimiento se da frente al periodo del año anterior. En los peores escenarios uno debería ver crecimiento en 2021, porque este año vamos a caer de manera sustancial”. Fedesarrollo considera que en 2021 la economía crecerá 3,5%, lejos del cálculo del Gobierno, que lo estima en 6,6%.

Algunos sectores, como la construcción, han retomado sus actividades en medio de estrictos protocolos de bioseguridad.

Para muchos el escenario ideal sería avanzar en una recuperación rápida de la economía que lleve al país, a finales del año entrante, al mismo nivel que tenía cuando terminó 2019. Es decir, que el ciclo describa una V. Aunque vendrá un proceso de recuperación, la velocidad puede ser distinta e incluso darse una W, ante nuevas cuarentenas o rebrotes en el futuro.

El BBVA considera que, a mediano plazo, el PIB se mantiene con un gradual proceso de recuperación. Pero el nivel de finales de 2019 solo se alcanzará en 2022.

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Aún es temprano para determinar el impacto económico de las nuevas medidas en materia de salud. Sin embargo, el país todavía no ha llegado a su pico de contagios, y la incipiente recuperación económica ya está amenazada.