Los sectores de menores ingresos también están recibiendo crédito de vivienda (Getty)

VIVIENDA

Los milenial están cambiando de opinión: ya quieren comprar casa

Los jóvenes y el sector rural son dos rubros donde tradicionalmente se ha creído que no hay facilidades para adquirir vivienda y que están siendo atendidos por el sector financiero, de acuerdo al reporte más reciente entregado por el buró de crédito Datacrédito Experian.

24 de septiembre de 2019

Ser joven entre 18 a 30 años o vivir alejado de las áreas urbanas no es una limitante a la hora de comprar a crédito una vivienda, de acuerdo al más reciente newsletter de Datacrédito Experian donde se analizaron las operaciones de crédito hipotecario de los últimos 4 años.

Y no es un dato menor si se tiene en cuenta que las originaciones analizadas corresponden a créditos que fueron aprobados. Según Santiago Rodríguez, director de maestrías en finanzas y en mercadeo de la Universidad de Los Andes, el análisis desmitifica la creencia que los colombianos ven la vivienda como una inversión, sino que la utilizan para habitarla y para construir patrimonio.

“Estamos viendo que uno de cada 5 créditos hipotecarios es para la población rural, algo que en años anteriores era difícil de hallar. Suponemos que aunque los bancos siguen tomando sus medidas para la colocación de estos créditos, están teniendo en cuenta otras variables para llegar a este sector de la población que tradicionalmente no cuenta con la suficiente atención para recibir este tipo de préstamos”, agregó el experto. 

Según el reporte de Datacrédito Experian, el número de créditos de vivienda ha venido incrementado desde 2015, mostrando un crecimiento anual promedio de 5,3%. Se ha visto un incremento del 2% en el número de familias con tenencia de vivienda propia, alcanzando un 47,9%. 

También muestra que el crédito de vivienda llega a sectores de la población cuyos ingresos no son altos. El 57,7% de las operaciones para crédito de vivienda se ubicaron por debajo de los 120 salarios mínimos vitales, lo que equivale a valores menores de $100 millones. “Parte de este comportamiento se debe a los subsidios para compra de vivienda que el gobierno nacional ha otorgado, porque vemos una mayor dinámica de estos créditos en poblaciones que no cuentan con grandes ingresos”, dijo Rodríguez. 

En Colombia, el número de créditos de vivienda ha venido incrementado lo que implica 29.987 créditos más entre 2015 y 2018, lo cual se traduce en seguridad y estabilidad, garantizando una oportunidad de desarrollo de la economía en los hogares colombianos, señala Datacrédito Experian.

Este crecimiento, se ha podido ver reflejado en la tendencia a adquirir vivienda propia, ya que se ha visto un incremento del 2% en el número de familias con tenencia de vivienda propia, alcanzando un 47,9%. Este dato, por otro lado, contrasta con el porcentaje de familias con vivienda en arriendo, que ha venido decayendo desde 2015, pasando de 37,3% a un 33,5%.

“Hoy en día, la mayor parte del crédito de vivienda está del estrato tres hacia abajo. Este grupo representan el 60,8% de las nuevas operaciones entre enero de 2018 a junio de 2019. En ese mismo sentido, el 57,7% de las operaciones para crédito de vivienda se ubicaron por debajo de los 120 salarios mínimos vitales, lo que equivale a valores menores de $100 millones. Esto significa que los créditos no están siendo otorgados a grandes acreedores, sino que, por el contrario, se está viendo un mayor acceso de la clase media a este tipo de servicios”, dice el informe.

El factor de la edad muestra que las personas entre 26 a 35 años representan el 35,9% de las operaciones de crédito de vivienda, lo que significa que los “millennials” sí están buscando tener casa propia. Del mismo modo, el rango de 36 a 45 años se ubica en el segundo puesto con un 30,7%. 

Según Rodríguez, aunque no se tiene evidencia sobre la destinación de créditos para hablar específicamente de compra de vivienda nueva o usada, sí se analizaron las modalidades de crédito hipotecario y leasing habitacional. Es decir, con la información disponible puede decirse que hay un real impacto en la economía ya que alguien que compra una vivienda usada, lo está haciendo directamente a un propietario que por lo general usa ese dinero para adquirir un proyecto de vivienda nueva, por lo cual el dinero no para de circular y puede moverse hacia las nuevas construcciones.