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CORONAVIRUS

El vía crucis de restaurantes y cafeterías

Los empresarios que venden comida preparada emplean 1,5 millones de personas en el país y facturan $37 billones al año. Su capacidad de adaptación será clave para sobrevivir al aislamiento social.

2 de abril de 2020

El sector de food service, es decir el servicio de venta de comida preparada, genera 1,5 millones de empleos en el país y es uno de los más golpeados con las medidas de aislamiento social derivadas de la emergencia sanitaria.  Independientemente del tiempo que pueda durar la cuarentena, es muy probable que cambien los hábitos del consumidor, lo que implicaría que reduce sus comidas fuera de casa.

Un análisis de Objetivo Consultora Latinoamericana (OCL), compañía con más de 10 años de medición en el canal food service, dice que este incluye restaurantes, cafeterías y comidas rápidas y representa cerca de $37 billones en ventas al año, cifra muy cercana a la sumatoria de las ventas que realizan todos los supermercados del país. Las ventas del food service ocurren en su gran mayoría de forma presencial, pese al desarrollo de las grandes plataformas de domicilio, además es un canal que depende de la movilización cotidiana de los ciudadanos y de la continuidad en su dinámica de ingresos.

Este canal ha sido uno de los grandes beneficiados de los cambios en el estilo de vida de los colombianos, al suplir las necesidades de alimentación de la población económicamente activa por razones que van desde la compleja movilidad en las grandes ciudades, hasta la indulgencia o el deseo de vivir experiencias y momentos junto a amigos, compañeros de trabajo o la familia. Como resultado, ha tenido un crecimiento importante en los últimos 10 años, caracterizado por la apertura de locales y la aparición de conceptos y formatos novedosos”, explica Luis Carlos Cadena Saavedra, director de OCL.

Agrega que en Colombia la comida que más se consume fuera de casa es el almuerzo, que se resuelve mayoritariamente en establecimientos de tipo menú diario, conocidos como corrientazos o ejecutivos y que representan cerca de 22% del total establecimientos del canal. Estos dependen absolutamente de que la población se encuentre ocupada, con dinero disponible y en la calle.

En la noche el formato más utilizado por los colombianos es el de comidas rápidas -estas representan cerca de 21% del total establecimientos del canal- y dependen también de que los hogares cuenten con dinero disponible, dado que en el país comer fuera en la noche es una indulgencia, un gusto que no todos pueden darse.

38% de los colombianos come al menos una vez en la semana fuera de su casa, mientras el promedio de América Latina es de 41%, según estudio de Nielsen. Paralelamente, 68% de los puntos de venta del canal food service está ubicado en las siete principales ciudades del país y 84% de los puntos de venta es de independientes y operado por sus propietarios.

Lo que viene

“Lo que se viene es doblemente complejo: tendremos un escenario con presencia de personas en la calle casi mínima y con pocos establecimientos operando vía domicilios o venta de cercanía. Estos no lograrán ejecutar ni 20% de sus ventas habituales”, sostiene Cadena Saavedra y reitera que pasada la etapa de cuarentena muchos consumidores temerán compartir espacios con más personas, preferirán actividades en casa para evitar la exposición a potenciales contagios y sentirán el impacto de una inevitable contracción económica.

El reto de los restaurantes estará en su capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias, pero este experto considera que pensar que el sector podrá absorber el impacto sin modificar su planta de empleados, replantear sus costos operativos, ni afectar el cumplimiento de sus obligaciones financieras es iluso. Pide rápidas medidas de alivio del Gobierno para evitar el cierre masivo de restaurantes y cafeterías, con el consecuente impacto en el empleo.