La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, coincidió con Lula en que "así como el mundo fue capaz de gastar billones de dólares para evitar el desplome económico, ahora es necesario un esfuerzo similar para evitar un desplome social".

Brasil y Chile responzabilizan a países ricos por hambruna

Los presidentes de Brasil y Chile denunciaron la responsabilidad de los países ricos en el flagelo del hambre que afecta a más de mil millones de personas, de los cuales 53 están en América Latina, en la sesión inaugural de la cumbre alimentaria organizada por la FAO.

16 de noviembre de 2009

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sostuvo que los líderes del mundo podrían haber eliminado el hambre si hubieran destinado a combatir el hambre la mitad de los fondos que otorgaron para salvar a los bancos quebrados en la crisis financiera internacional.

"Frente a la amenaza de un colapso financiero internacional, causado por la especulación irresponsable, los líderes mundiales no vacilaron en gastar centenares y centenares de miles de millones de dólares para salvar a los bancos que habían quebrado, que con menos de la mitad de esos recursos, habría sido posible erradicar el hambre en el mundo", afirmó.

Más de 60 jefes de Estado y de gobierno, entre ellos también los mandatarios de Paraguay y Venezuela, asisten en Roma a la Conferencia Mundial sobre la alimentación, en la cual intervino el papa Benedicto XVI.

Tras recordar que él personalmente conoció el hambre y que, al igual que millones de brasileños, tuvo que abandonar su región natal por esa razón, aseguró que su gobierno ha reducido en más de 20 millones las personas que sufren de hambre y disminuido en 62% la desnutrición infantil, "quebrando el ciclo perverso que perpetúa la miseria y la desesperanza".

Insistió que su relación con el hambre, la pobreza y la exclusión social es "una experiencia de vida, no una percepción intelectual", tras lo cual renovó su compromiso y de su gobierno de que su primera prioridad es "asegurar la alimentación y erradicar el hambre".

Lula recordó que la economía en su país estaba antes organizada para atender apenas al 60% de los brasileños, "dejando a los restantes entregados a su propia suerte: millones de seres humanos eran visto como estorbo".

"Cualquier esfuerzo por socorrerlos de la pobreza, de la exclusión y de la desigualdad, era visto y todavía algunos lo ven así, como asistencialismo o populismo", manifestó.

Señaló que esta situación cambió y "los millones que antes no encontraban un lugar en nuestra sociedad, pasaron a ser, poco a poco, seres activos".

Por su parte, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, coincidió con Lula en que "así como el mundo fue capaz de gastar billones de dólares para evitar el desplome económico, ahora es necesario un esfuerzo similar para evitar un desplome social".

"La dimensión más grave, importante y urgente de este desplome social es el hambre", expresó.

Llamó la atención que esa situación podría empeorar "si consideramos que, en los próximos 40 años, la demanda por alimentos se duplicará por el efecto combinado del aumento de la población, de los ingresos y de la urbanización".

Bachelet insistió en la responsabilidad de los países ricos, al afirmar que "muchos países desarrollados aún no cumplen su promesa de elevar la ayuda al desarrollo al 0,7%" de su Producto Interno Bruto (PIB).

Dijo que en Chile, en los últimos 20 años, tras el regreso de la democracia, "resolvimos nuestros problemas de seguridad alimentaria porque disminuimos la pobreza del 38 al 13% y la extrema pobreza del 13 al 3%".

AP