El director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), Santiago Rojas, reveló este jueves que desde la puesta en marcha de la ley anticontrabando, expedida el 6 de julio de 2015 bajo el número 1762, se han logrado desarticular 34 bandas dedicadas a este delito.

El reporte entregado durante el marco del Congreso de Fenalco en la ciudad de Santa Marta, evidencia que estas bandas, que incluso tendrían vínculos con carteles del narcotráfico mexicano, estarían moviendo alrededor de 2,1 billones de pesos en contrabando textiles y confecciones, calzado y sus partes, productos de las industrias químicas; materias plásticas y sus manufacturas y máquinas, aparatos y material eléctrico.

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Los reportes de las autoridades muestran además que a la fecha y desde que se puso en marcha esta norma se ha logrado la captura de 303 personas vinculadas a este delito.

“Esta norma le ha permitido a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, mayor capacidad operativa y “dientes” en esta incansable lucha frente a uno de los delitos con mayores implicaciones para la economía del país”, aseguró Castro.

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Informes de la Dian muestran además que hace un par de años al país ingresaban alrededor de 14 millones de pares de zapatos de menos de un dólar y con la puesta en marcha de la ley anticontrabando esta cifra se ha logrado reducir a menos de un millón de pares.

La Dian está trabajando con las diferentes autoridades y con la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) con el fin de frenar este flagelo que impacta al empresariado nacional y que pone en riesgo el empleo de miles de colombianos, agregó el director de la entidad, Santiago Rojas.

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Respecto del contrabando técnico el Gobierno Nacional ha señalado que las grandes importaciones y el contrabando son conductas delictivas que privilegian las grandes mafias y aparatos de crimen organizado que, operando por fuera del marco jurídico y siendo de difícil detección, evaden impuestos y desarrollan todo tipo de actuación para, a través del contrabando técnico y la corrupción, ejercer sus actividades afectando gravemente no solo al aparato industrial nacional, sino al pequeño y mediano comerciante que vive de importar, distribuir, vender, comercializar y ofrecer productos en pequeños locales y comercios.

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En igual sentido, las grandes importaciones de contrabando suelen involucrar sofisticadas redes de crimen organizado, cuya actividad delincuencial permea toda la operación desde el punto de entrada, hasta la colocación de la mercancía obtenida producto del contrabando en establecimientos y comercios, agrega un informe del Gobierno Nacional.

Sobre las regiones de frontera

Respecto de este tema el Gobierno Nacional señaló que se ven algunas regiones fronterizas del país, en las cuales, por razones históricas y culturales ha hecho carrera una cultura laxa frente a la ilegalidad que tolera la compra de productos tales como comestibles, confecciones, calzado, licores, cigarrillos, y productos alimenticios de la más diversa índole, los cuales han ingresado al país o son comercializados por medio del contrabando o a través de mecanismos dirigidos a la evasión fiscal.

De acuerdo con la Dian, una de las principales modalidades de criminalidad son las del denominado contrabando técnico, en donde la subfacturación es uno de los principales problemas.

Es así como la autoridad aduanera ha señalado que esta modalidad de contrabando le permite al contrabandista importar productos pagando un arancel irrisorio, valiéndose de una declaración de importación y documentación anexa que no refleja el precio real al que el producto fue adquirido.

La Dian ha detectado que para encubrir este tipo de conductas con mayor facilidad, algunos importadores colombianos constituyen empresas vinculadas en Panamá o en otros países que funcionan como paraísos fiscales, las cuales expiden facturas de venta que ocultan y/o falsean el precio real al que la mercancía fue comprada por sus matrices o empresas vinculadas de Colombia al productor o comercializador inicial. Esas facturas posteriormente son incorporadas como soporte de la declaración de importación, en claro detrimento del fisco nacional y facilitando la competencia desleal.

Los casos de la importación del calzado y confecciones al país son un buen ejemplo de la ganancia fácil que se desprende de las conductas perseguidas, y en particular, de la defraudación aduanera.

En 2012, aseguran estudios de que reposan en la Dian, el precio promedio de importación al país de confecciones por el mayor importador nacional (en volumen de compras) fue de cerca de 24 dólares por kilo importado.

Ese importador, agrega, debió competir con algunos importadores (con una mucha menor capacidad e infraestructura y sospechosos de la comisión de conductas perseguidas) cuyos precios promedio de importación al país fueron de cerca de 1,65 dólares por kilo importado en ese mismo periodo.

Con el fin de frenar este tema del contrabando, la Dian avanza en la consolidación de la factura electrónica para hacer los cruces necesarios, agregaron fuentes de la entidad.