Hector Maldonado, Director del Dane.

Aumentó el desempleo en junio

La tasa de desempleo a junio fue de 11,6%, mayor que la de 11,4% de junio de 2009, informó el Dane. La tendencia del año se mantiene: la ocupación sigue creciendo, pero a la vez hay más personas buscando trabajo. Pereira y Armenia, infierno laboral.

30 de julio de 2010

La situación parecería paradójica pero no lo es. Mientras que la tasa de ocupación en junio alcanzó el 55,2%, que es la más alta del decenio, la tasa de desempleo siguió subiendo. Pasó de 11,4% en junio de 2009 a 11,6% en junio pasado.

Se trata de una cuestión de medida. La tasa de desempleo la calcula el Dane como la proporción de personas que está buscando activamente empleo dentro de la población que está económicamente activa. Entonces el problema está en que si bien hay un gran número de personas encontrando empleo – los ocupados pasaron de 14,3 en el trimestre abril – junio de 2009 a 14,8 millones en el mismo lapso de 2010 -, hay una cantidad todavía mayor de personas que han decidido empezar a buscar empleo.

Esta no es una situación nueva. El crecimiento acelerado de la Tasa Global de Participación, que es la medida de las personas que están empleadas o buscando trabajo, se viene presentando desde febrero de 2008. Quizás lo novedoso está en que la tasa de ocupación esté en niveles récord.

Con todo, la situación del mercado laboral no es buena. En junio había en Colombia 1,3 millones de desocupados y 4,8 millones de subempleados.

Pero lo que es verdaderamente preocupante es la situación en Pereira, Armenia y Popayán, las tres ciudades que siguen encabezando la lista del desempleo en el país. La tasa de desocupación en Pereira para el trimestre móvil abril-junio fue de 21%, la de Armenia de 18,9% y la de Popayán de 18,1%.

A pesar de que los cambios en esas cifras son muy lentos – entre otras cosas por tratarse de trimestres móviles -, sí es claro que se requiere de una acción coordinada de los municipios, los departamentos y el gobierno nacional para atender ese problema. De mantenerse, esas tres ciudades se convertirán en un verdadero infierno laboral.