El exministro, Juan Carlos Echeverry, aprovecha el tiempo libre para compartir con sus hijos | Foto: Alejandro Acosta

Crónica

Así vive un ex ministro

Juan Carlos Echeverry tiene una vida más tranquila. Pasa el 90% de su tiempo con sus hijos, sale en bicicleta a hacer vueltas, revisa los dos libros que quiere publicar y evalúa opciones de trabajo.

11 de septiembre de 2012

Hace un mes, Juan Carlos Echeverry llegaba en punto a su trabajo en el centro de Bogotá, sostenía al menos seis reuniones diarias, discutía con su equipo los pormenores de una reforma tributaria, atendía las llamadas del Presidente de la República, revisaba los detalles de sus presentaciones para foros y con inversionistas extranjeros y, después de trece horas, llegaba a casa.

Hoy es un ciudadano del común que sale con sus hijos al médico, visita a los amigos, pasa tiempo en casa y se alista para celebrar sus primeros 50 años.

Sus hijos son su punto de quiebre. Gabriel, el mayor, desde ya demuestra sus dotes de cantante de rock. Cuando ve una grabadora o un micrófono, no tiene lío en tomarlo y empezar a cantar de forma improvisada, mientras la sonrisa de su papá delata el orgullo.

Julieta, su hija menor, es la que más goza con su padre en la casa y muy juiciosa se sienta a su lado a escuchar las preguntas de los periodistas.

Quizás uno de los cargos del Gobierno más desagradecidos es ser Ministro de Hacienda, pero Juan Carlos Echeverry ha podido comprobar que no es del todo cierto. Lleva una semana por fuera del ministerio y la gente en la calle lo saluda, le agradece, lo invita a que siga adelante. “No crea que nos vamos a olvidar de usted”, “La gente honrada sí sirve”, son algunas de las frases que recibe en la calle.

El ex funcionario le confesó a Dinero.com que estas demostraciones de afecto son lo que más lo han sorprendido y es lo más bonito que le ha pasado desde que es funcionario público, y el aprecio que se ganó, en parte fue gracias a que se dedicó a ser un ministro pedagógico que usa las frases de su abuela para explicar las situaciones más complejas del país. Cuando se despidió de los congresistas la frase que más lo marcó fue “nos va hacer falta, porque cuando usted habla uno aprende”.

Desde el primer día que aceptó el reto de ser Ministro, sabía que se trataba de un compromiso por dos años. Este fue quizás el secreto mejor guardado por él y su esposa. “Sabía que podía ser un buen ministro por dos años y que se podía hacer lo que tenía previsto. Tenía el mejor equipo que cualquier ministerio pudiese tener”, le contó a Dinero.com.

Su renuncia la presentó en febrero y fue quien recomendó a Mauricio Cárdenas para que ocupara su cargo, no solo por su trayectoria, sino por su reputación internacional. Lo que más 'guayabo' le dejó su paso por el ministerio fue no haber presentado la reforma tributaria, que era más allá de un proyecto estructural y que transformaba el sistema.

Ahora está a la espera de una razón del Fondo Monetario Internacional. Se postuló, como cualquier cristiano al cargo del director del Departamento del Hemisferio Occidental. No se trata de una postulación oficial del país, por lo tanto es la propia directora, Christine Lagarde, quien decide si se gana la convocatoria, aunque sin duda su trayectoria como Ministro lo deja en una baraja de favoritos.

De darse, tendría que irse a vivir a Washington con su familia y cumpliría uno de los propósitos más importantes en esta etapa de su vida: aprender y entender mejor la realidad económica y política de América Latina.

Hoy está planeando su futuro, en forma divertida. Señala que tiene que ganar plata para sostener la familia, pero mientras llega la respuesta del FMI, revisará un libro que ya tiene escrito, pero que le hace falta editar. Se trata de “La historia repetida, economía y política del siglo XIX”. Tiene otro libro que el propio Nobel de Economía, Jeffrey Sachs, lo elogió antes de estar escrito.

“En varias conferencias he realizado una presentación histórica. La gente se asustó entre marzo y junio y yo quería ponerlos en contexto para explicarles de dónde venimos y para dónde vamos. El país va muy bien y estamos haciendo las cosas bien. Por eso hice una presentación histórica con contexto local y regional. En la cena Sachs me dijo: qué buen libro. Es una forma muy creativa y original que ha pasado en Colombia en el ultimo siglo y en esas ando”, señaló.

En caso de no poder “coronar” el cargo en el FMI, de todas formas quiere buscar un cargo en el exterior en una universidad o en un centro de pensamiento.

Por ahora no le interesa abrir una cuenta de Twitter. “Como dice mi abuelita, el que mucho habla, mucho yerra. Uno puede cometer tantos errores, que lo mejor es hablar poco”, dice.

En estos días en su hogar ha podido comprobar el nivel de eficacia de las amas de casa en Colombia y con su particular sentido del humor dice que si en el gobierno existiera ese nivel de eficiencia “estaríamos muy lejos”.