| Foto: Guillermo Torres

MONETARIA

Lo que va a pasar ahora con el Banco de la República

De aquí a febrero se podría presentar un revolcón en la estructura de mando de la máxima autoridad monetaria y cambiaria del país. ¿Cómo será esta transición ahora que Juan José Echavarría puede postularse para la reelección?

1 de octubre de 2020

El Banco de la República es una de las joyas de la corona heredadas de la Constitución de 1991. Así que el próximo año va a celebrar sus primeros 30 años en la nueva era de la política monetaria. Y dos años más tarde, en 2023, celebrará sus 100 años.

Por eso, resulta muy interesante la transición que tendrá que hacer el banco central en los próximos meses. Antes de que termine 2020, la junta directiva deberá decidir quién llevará sus riendas los próximos 4 años.

Este proceso tiene una particularidad: Juan José Echavarría, el gerente actual, cumple 70 años en diciembre de 2021. Así las cosas, con el marco legal actual sería contraproducente que Echavarría se postulara solo por un año. No obstante, elevó una consulta a la Corte Constitucional con el fin de determinar si el régimen de retiro forzoso se aplica al gerente del Emisor. La Corte le dio la razón y ahora Echavarría seguro irá por la reelección.

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Detrás del puesto también hay nombres muy importantes, porque se trata de la máxima plaza que puede ocupar un economista colombiano. Van desde el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, que tiene sobrados méritos para el cargo, hasta el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, igualmente muy calificado para el puesto. Cada miembro de la junta tiene derecho a postularse a sí mismo y todos, menos el gerente, pueden postular hasta 3 personas diferentes.

Además del posible cambio de gerente, el presidente Duque debe cambiar a dos de los codirectores.

La persona que quede en el cargo deberá timonear la peor crisis económica de la historia. La pandemia ha golpeado al aparato productivo y aún no son claras, ni siquiera para los expertos del Banco, las implicaciones de este nuevo estado de cosas y cómo la política monetaria va a jugar en la recuperación.

El Banco ha logrado mucho en las últimas tres décadas. Primero, Miguel Urrutia consolidó la entidad a la luz de la Constitución de 1991, independiente de los intereses de cualquier sector. Eso significó organizar todo: desde la manera de operar la junta y su relación con los actores económicos, hasta los mecanismos de intervención, como las bandas cambiarias de la década de los noventa o la inflación objetivo heredada de la crisis de 1999.

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En estas tres décadas el Banco logró administrar bien los choques (2008, 2012 y 2014). Esa fue una era dorada, porque por primera vez en la historia la política monetaria tuvo carácter contracíclico.

Los nuevos codirectores

Si lo del gerente resulta interesante para la crónica del Banco, lo que va a ocurrir con los codirectores es igual de intrigante.

El presidente de la República deberá nombrar dos nuevos miembros de la junta. La norma establece que el periodo de los codirectores es institucional y no personal, así que cada cuatro años, el primer mandatario puede tomar la decisión que quiera con quien quiera.

Actualmente, además del gerente y del ministro de Hacienda integran la Junta Carolina Soto, Ana Fernanda Maiguashca, Gerardo Hernández, Roberto Steiner y Arturo Galindo.

El presidente Duque ya nombró dos de ellos: Steiner y Galindo. Por eso algunos aseguran que con la llegada de otros dos codirectores, Duque tendría mayoría en la Junta. Quienes así piensan no conocen la forma de trabajo de la junta ni la historia.

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Tanto Santos como Uribe nombraron varios codirectores y estuvieron en el poder durante 8 años. En el segundo gobierno de Uribe hubo duras polémicas en torno de temas como la tasa de cambio, pues la revaluación que enfrentó el país durante prácticamente una década llevó a muchos sectores a la ruina.

Sin embargo, y a pesar de las tensiones, el Banco mantuvo siempre su independencia y adoptó las decisiones que sus miembros consideraron apropiadas. Así que el nombramiento de dos codirectores en esta oportunidad no debería mostrar una situación distinta a menos que ocurra una revolución institucional.

El Banco de la República con su independencia y carácter técnico se ha blindado contra las presiones políticas. La temporada de cambios no debería representar una amenaza para la estabilidad del Emisor. Que así sea.