Los precios de la soja están alcanzando niveles parecidos a los de hace cuatro años, antes de que estallara la crisis económica. (AP)

Economía

Alto precio de la soja: por qué y a quién beneficia

La soja alcanza otra vez precios casi como antes de la crisis financiera de 2008. Las razones: la sequía en América Latina y una demanda sostenida en el mercado mundial. Un experto habla sobre las consecuencias.

Alianza DW
2 de mayo de 2012

Los granos de soja alcanzan hoy precios casi como los de hace cuatro años: los contratos para entregas en mayo llegan a 15 dólares la fanega (570 dólares la tonelada), poco menos de los 16,58 dólares alcanzados en julio de 2008, antes que detonara la crisis financiera y luego la recesión económica en Estados Unidos y varios países de Europa.
No obstante, mientras que en 2008 casi todos los precios de los alimentos comercializados internacionalmente alcanzaron marcas récord, actualmente el aumento se centra sobre todo en la soja y el maíz.

América Latina produce más de la mitad de la oferta mundial de soja para los mercados de exportación, por lo que una reducción de la cosecha allí tiene grandes repercusiones en todo el mundo. La soja es una de las plantas de uso más variados: sirve en todo el mundo como alimentos para ganado, tanto vacuno, como porcino, ovino y aves. Su aceite se utiliza además en la cocina y sobre todo a nivel industrial.

La reducción de la cosecha en América Latina

DEUTSCHE WELLE preguntó a Eugen Weinberg, analista senior de materias primas brutas en el Commerzbank AG de Fráncfort del Meno acerca de las causas del aumento de los precios de la soja y el maíz en los mercados internacionales. “Una de las razones principales es una reducción de la oferta debido a una sequía general en América Latina”, dice Weinberg. “Afectados fueron sobre todo clásicos países productores de soja, como Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay”.

El experto agrega que a nivel mundial, entre la soja y el maíz existe además un “trade off”: “la soja, que se utiliza para la alimentación de ganado, puede ser sustituida en muchos casos por maíz, lo que hace subir también los precios del maíz”.

Otra importante razón para el aumento del precio de la soja es para el experto el aumento de los costos: de la tierra, los sueldos, los abonos y también el transporte, debido al aumento del precio del petróleo. Por ello, resalta, “los agricultores no se benefician necesariamente mucho del aumento de los precios a nivel mundial. Además numerosos mercados nacionales están aislados de los mercados mundiales, por ejemplo por prohibiciones o impuestos a la exportación”.

El papel de los especuladores

En cuanto al papel de los especuladores en el aumento de precios, Weinberg dice que no es decisivo. Si bien pueden fortalecer tendencias hacia arriba o hacia abajo, “a largo plazo lo decisivo es la relación entre la oferta y la demanda globales”.

En ese sentido advierte que el papel de los especuladores no debe ser sobreestimado: “Más bien es neutro”, dice. Por otro lado “a través de las compras a futuro que realizan los especuladores, los vendedores tienen hoy además una cierta seguridad en cuanto a los precios, que antes no tenían, y saben por adelantado los precios que recibirán el próximo año o el siguiente”.

Aumento de precio y reducción de volúmenes

El experto destaca asimismo que si bien los precios de la soja son hoy casi tan altos como antes de la crisis financiera de 2008, no sucede lo mismo con el resto de los alimentos. “Es más, si se deduce la inflación, los precios de los alimentos son hoy bastante moderados en promedio”, agrega.

En cuanto a las consecuencias del aumento de precio de la soja para los productores latinoamericanos, Weinberg dice que “como los volúmenes de cosecha disminuyeron, el aumento del precio no redundará en América Latina en grandes beneficios. Otros países, donde las cosechas no fueron diezmadas por la sequía, sí pueden obtener considerablemente más ganancias.”