En este contexto, asegura la entidad que resultará fundamental que el liderazgo de la economía se traslade desde el sector minero energético hacia la industria y otras ramas que actualmente resultan más competitivas bajo el nuevo panorama. | Foto: .

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Ahorro financiero, fundamental para el crecimiento

Para Asobancaria, Colombia se encuentra inmersa en una delicada coyuntura económica no sólo por cuenta de la renovada incertidumbre internacional sino por la caída de sus términos de intercambio.

23 de febrero de 2015

Sostiene la Asociación Bancaria que Colombia se encuentra inmersa en una delicada coyuntura económica no sólo por cuenta de la renovada incertidumbre internacional sino por la caída de sus términos de intercambio.

Añade que los ingresos de la nación se han visto amenazados por la nueva realidad del petróleo y de allí que la economía encare ahora riesgos significativos ante el eventual deterioro del ahorro público.

Esta nueva coyuntura, que ha minado parte de las expectativas en materia de crecimiento, ha comenzado a incorporar en el debate público inquietudes sobre la capacidad para hacerle frente a los ambiciosos planes de inversión que requerirá el país, no solo para impulsar la productividad multifactorial sino para garantizar un crecimiento sostenible.

Añade la Asobancaria que la tasa de cambio, como amortiguador de los choques externos, y que ha presentado una devaluación cercana al 30% en el período reciente, no será suficiente para compensar el deterioro de la demanda interna, aunque sin duda permitirá que el sector transable encuentre un espacio de recuperación, suavizando parcialmente el impacto agregado de los choques externos adversos.

En este contexto, asegura la entidad que resultará fundamental que el liderazgo de la economía se traslade desde el sector minero energético hacia la industria y otras ramas que actualmente resultan más competitivas bajo el nuevo panorama.

Sin embargo, aclara Asobancaria que pese a que esta recomposición sectorial es un proceso que puede tardar años, el período de transición se puede reducir significativamente en la medida en que la inversión se acelere y se focalice hacia los nuevos proyectos y sectores líderes. Pero para ello se requieren elevados niveles de ahorro que, en este nuevo panorama, parecen difíciles de alcanzar.

Cabe recordar que el comportamiento del ahorro doméstico depende, en gran medida, del ciclo económico. De hecho, en los períodos previos a las crisis económicas, el ahorro ha disminuido de una manera pronunciada como consecuencia del exceso de gasto doméstico (gráfico 1), alcanzando mínimos en plena crisis económica (1998-1999), pero mostrando después crecimientos igualmente notorios durante el período de recuperación (2002-2007). No obstante, a partir de 2008, el ahorro doméstico total se ha estabilizado en niveles cercanos a su promedio histórico debido a que el buen desempeño del ahorro público ha compensado parcialmente la menor tracción del ahorro privado. Este dinamismo, de la mano con el crecimiento de los flujos de ahorro externo en los últimos años, logró impulsar la dinámica económica durante los años 2006-2012 a través de la financiación de la inversión, que alcanzó niveles cercanos al 27% del PIB.

Sin embargo, la dinámica del ahorro se verá deteriorada en los años venideros. La caída en los precios del petróleo, unida a la incertidumbre en el desempeño de la economía global, deteriorará el ahorro público (vía menores ingresos fiscales) y posiblemente el ahorro externo (por cuenta de unos menores flujos de inversión externos).