Las decisiones del Banco de la República

Jamer Arturo Franco, lector de Dinero.com, explica los nuevos retos que afronta el banco central.

15 de octubre de 2005

La crisis de finales de los 90 dejo grandes lecciones para la economía nacional y en particular para el sector financiero. De los efectos negativos de la crisis, se pueden extraer enseñanzas que en el largo plazo nos han sido favorables y fueron generadas en medio de la gran desaceleración que afrontó nuestra economía.



Uno de los grandes protagonistas en esta etapa critica fue el Banco de la Republica, el cual en cabeza de sus codirectores y gerente fueron criticados por defender con insistencia la banda cambiaria, medida que genero un incremento en las tasas de interés que sumado a la baja credibilidad en el manejo fiscal del gobierno central terminó por disminuir los flujos de recursos internacionales al país, dejándonos con pocas posibilidades de financiación y con un sector real con altos niveles de endeudamiento.



La línea adoptada por el Banco de la Republica desde finales de los 90 para operar la política monetaria, apunta a que se debe brindar la estabilidad cambiaria y de precios. Bajo este parámetro se han implementado las ultimas medidas del banco, tratando de mantener una tasa de cambio competitiva, pese a la afluencia de dólares al país. Pero esta decisión no debe perder de vista la tarea de mantener dentro del rango estimado el nivel de inflación, objetivo final que por mandato constitucional le fue asignado al banco central.



La disyuntiva que tiene el Banco de la Republica para mantener un tipo de cambio competitivo, sin estimular un incremento en el nivel de precios, bajo un tipo de cambio flexible, debe ser entendida como una meta intermedia, que junto a la tasa de interés son instrumentos de los cuales se vale la política monetaria para lograr el propósito final; cumplir de manera sistemática con las metas multianuales de inflación. La discrecionalidad de la que goza el banco para determinar sus metas intermedias, sin que estas sean una regla, ha sido de vital importancia para ganar credibilidad en el manejo monetario.



Creo que en la actualidad las decisiones del banco gozan de aceptación de los mercados, demostrando que hace un uso acertado de instrumentos como la tasa de interés y tipo de cambio. La inflación se encuentra dentro del rango establecido y el tipo de cambio responde a la tendencia del mercado, controlado en alguna medida por las intervenciones del banco.



La compra de divisas por parte del banco central en un esquema de tipo de cambios flexibles, tiene un efecto inmediato en la tasa de cambio y gradual sobre los precios. Las decisiones actuales están fundamentadas en estudios e informes, los cuales muestran una inflación controlada gracias a los bajos precios de los alimentos, de igual forma la brecha en el producto indica que el nivel de crecimiento del PIB todavía no alcanza el producto potencial; por estas razones en las cuentas del banco central el exceso monetario aun no se traducirá en presiones inflacionarias.



Pero debemos tener claro que la inflación es un fenómeno monetario y la política actual de tasas de interés e intervención cambiaria corresponden a una política monetaria expansiva, de la habilidad del Banco de la Republica para llevar a cabo operaciones de esterilización, depende que el exceso monetario no traiga consigo presiones inflacionarias o perdida de credibilidad en las metas multianuales establecidas. Además el banco central debe estar preparado para un cambio de tendencia en los mercados internacionales, que sin lugar a dudas llevará a un incremento en la cotización del dólar.



La política monetaria en el mediano plazo debe tener un giro gradual, las últimas cifras de crecimiento económico, donde destaca un incremento de la demanda, repercutirá para que a futuro los efectos de las decisiones monetarias tiendan a ser neutrales, a partir de ahora la inflación observada estará mas cercana a los rangos superiores, llevando al banco central a ser mas cauto en el manejo monetario.

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