La RSC, un desafío para acortar la brecha

3 de octubre de 2006

La responsabilidad social corporativa (RSC), también llamada responsabilidad social empresarial (RSE), es la contribución activa, decidida y voluntaria de las organizaciones empresariales al desarrollo sostenible, fundamentada en compromisos de orden social, económico y ambiental.

Bajo este concepto se engloban cinco aspectos fundamentales: calidad de vida laboral, medio ambiente, comunidad, comercialización y marketing responsable, y ética empresarial. Si nos vamos al análisis de cada uno de estos elementos y delimitamos en ellos las actuaciones o el accionar corporativo de la empresa de hoy, podremos dar cuenta de la importancia que reviste para esta, en términos de competitividad y posicionamiento, el seguir un enfoque socialmente responsable que involucre a la sociedad en general y posibilite la inserción de las mayorías desprotegidas al desarrollo del país. Y cuando hablo de mayorías, lo hago sustentado en el efecto multiplicador que para beneficio de la población nacional, puede causar la concientización progresiva del empresariado colombiano en este importante tema.

En lo que atañe a la calidad de vida laboral, además de haberse comprobado muchos años atrás por medio de teorías y enfoques administrativos que la productividad del recurso humano va de la mano con el suministro de condiciones de trabajo favorables, vale la pena resaltar las consecuencias positivas que trae para el empleado, en su vida cotidiana como actor social, el contar con una empresa que lo respalde y le brinde los medios y las herramientas necesarias, no solo en cuanto a confort, salario y estabilidad en su puesto de trabajo, sino en materia de proyección y preparación profesional.
 
Pero la contribución más significativa que pueden hacer las empresas en cuanto a este punto se refiere, es posibilitar la vinculación de personal sin tener en cuenta estratos sociales ni segmentaciones de tipo demográfico que coloquen en desventaja el talento de personas que por pertenecer a estratos bajos o a minorías étnicas, no puedan tener acceso a oportunidades de vida laboral que los lleven a mejorar su calidad de vida. Aquí se refleja el acatamiento de las organizaciones al enfoque incluyente característico de la RSC.

En lo que toca a la comunidad, el segundo de los elementos aquí señalados, es importante destacar que los esfuerzos de orden social que realicen las empresas en el marco de sus planes corporativos, se reflejará en primera instancia en la preservación de los valores éticos y culturales de las comunidades asentadas en el entorno físico que las rodea.
 
Estos esfuerzos, igualmente deben contribuir con el mejoramiento de los niveles de calidad de vida de las personas que habitan ese entorno, los cuales pueden estar dirigidos hacia la creación de escuelas, centros de salud, parques recreacionales, hogares geriátricos, pavimentación de calles, etc., tal como lo han venido haciendo algunas organizaciones que han tomado la iniciativa de acogerse voluntariamente a este nuevo movimiento como parte fundamental de sus estrategias. Este elemento va de la mano con la responsabilidad de las empresas en la preservación de un medio ambiente sano en el que se puedan desarrollar integralmente las comunidades.
 
El respeto y la responsabilidad con lo ambiental conllevan compromisos tanto al interior de las organizaciones como hacia su exterior, es decir, el compromiso está presente desde los procesos productivos hacia sus relaciones de intercambio e interacción con el medio que la rodea.

Desde el punto de vista comercial y de marketing se resaltan dos puntos que nos dan claridad sobre la puesta en práctica de este aspecto por parte de las empresas:
· Ofrecer productos y servicios que respondan a necesidades de sus usuarios, contribuyendo al bienestar, y
· Tener un comportamiento comercial que vaya más allá del cumplimiento de los mínimos reglamentarios, optimizando en forma y contenido la aplicación de todo lo que le es exigible.

Ahora, es necesario tener en cuenta que las empresas han comenzado a adoptar el enfoque de responsabilidad social corporativa como resultado de las presiones de consumidores, proveedores, las organizaciones activistas, los inversionistas, entre otros. Razón por la cual en el aspecto comercial es donde la empresa, lógicamente, debe concentrar sus mayores esfuerzos.

Por último, en los momentos actuales, cuando las organizaciones se desenvuelven dentro de un ambiente marcado por la competencia y la apropiación de la tecnología como base para su desarrollo, el sistema de valores que cada una de ellas maneje en sus relaciones con los diferentes grupos de interés que actúan en su entorno pasará a ser un factor diferenciador a través del cual podrá fortalecer alianzas que puedan significar la sostenibilidad de ventajas competitivas que marquen su progreso en el tiempo.
 
El comportamiento ético será fundamental para crear relaciones de compromiso con sus proveedores y clientes, y generar una cultura organizacional que sustente el andamiaje de la empresa ante la sociedad transfiriendo conocimientos y mejores niveles de calidad de vida a través de los productos, servicios y demás beneficios que como resultado de sus actividades esta suministra externamente. Las organizaciones deben sustentar su desarrollo sobre códigos de conducta fundamentados en cinco valores básicos: Igualdad, Libertad, Diálogo, Respeto y Solidaridad.

De esta forma, mediante el concurso de todas las organizaciones empresariales y de otros actores del sector privado, se puede progresivamente, estrechar la brecha entre ricos y pobres de la que padece nuestro país

nevacas2004@yahoo.com



Noticias Destacadas