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TIEMPO LIBRE

Palmetto

Carrera 13 No. 93B-31 - Tels.: 6163310 y 6110471 Abierto de lunes a domingo. Precio aproximado para 2 personas con aperitivo $35.000.

SANCHO YANTAR
1 de julio de 1995

El nombre de Palmetto es "per se" una sugerencia, una invitación a pedir el famoso tallo muy joven y tierno de la palma, es decir en simple castellano: el palmito. La carta corrobora, que en este sitio de acento italiano, tienen palmitos a la vinagreta, y palmitos "gratinados" aunque no los resaltan como especialidad.

Suponiendo que el menú, en cuanto a especialidades, no debe redundar con el nombre del establecimiento, uno se aventura aquí a pedir palmitos "gratinados" y la sorpresa es mayúscula cuando el sabor de los palmitos delata su condición subalterna de palmitos en conserva. Como no hay mucho que decir de una vinagreta, pedir palmitos

A "gratinados" es también someter a la prueba del gusto su salsa y hay que reconocer que la "bechamel" de los palmitos "gratinados" es buena. Por otra parte, se comprende que los palmitos naturales son difíciles de conseguir.

Pero ocurre otro tanto con los corazones de alcachofas al "gratin", ofrecidos por Palmetto, y entonces la comprensión se revela, porque las alcachofas sí se encuentran frescas por doquier, y el leve toque ácido de éstas denuncia, otra vez, un producto enlatado, aunque de nuevo reconozcamos que el "gratín" matiza el sabor de las alcachofas.

Superados los dos ejemplos anteriores, de la casi veintena de entradas ofrecidas en la minuta, se puede pasar al plato fuerte. Si uno insiste en el tono italiano de Palmetto, elegir ravioli al pesto es una buena decisión. La pasta es suave, el relleno de ricota y espinacas es sabroso y la salsa tiene la sazón perfecta del aceite de oliva, las nueces y la albahaca; también su "bouquet' es delicioso. Quien prefierá irse por lo marino encontrará una opción aceptable con el filete de róbalo en puré de berros y camarones. Sin embargo, "gratinar" levemente con queso "parmesano" la salsa, le resta contundencia a los sabores esenciales del berro, el pescado y el marisco.

De otro lado, la oferta de platos fuertes en Palmetto es variada. Pollo, carnes rojas, langostinos, róbalo, hojaldrado de salmón, trucha y ostras, o cazuela de mariscos, se reparten el menú con lasañas y spaguettis. Además para quienes van a almorzar de prisa o con niños, hay un apartado de sandwiches y hamburguesas con extras que van desde el queso derretido hasta los champiñones salteados y el queso azul.

Los postres también son variados y abarcan desde las refinadas islas flotantes a los helados con capa de chocolate caliente. En cuanto a los vinos, los chilenos habituales, algún modesto rioja y no más de media docena de franceses, incluyendo las champañas. Cabe resaltar que la atención en Palmetto es buena sin ser insidiosa, ni sofisticada, y los precios razonables; o sea: justos para una calidad apenas aceptable, ya que en este caso pretendiéndose la excelencia no termina por alcanzarse.

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