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Lazos familiares

A pesar de la Constituyente, en Colombia se tejen cada vez con menos pudor relaciones nepóticas entre el ejecutivo y el legislativo.

FERNANDO ÁLVAREZ
1 de febrero de 1995

A pesar de la Constituyente, en Colombia se tejen cada vez con menos pudor relaciones nepóticas entre el ejecutivo y el legislativo.

Colombia es un país de roscas. Cada vez que cambia un gobierno, se nombra un nuevo técnico para la selección de fútbol, o arranca una nueva telenovela, surge el sentimiento generalizado de que llegaron los mismos con las mismas. Aunque muchos colombianos alcanzaron a ilusionarse con el famoso "revolcón" y creyeron que con la panacea que prometía ser la Asamblea Nacional Constituyente había llegado el fin de las viejas maquinarias políticas, los hechos terminaron por convencerlos de que sí hay males que duran cien años.

El mejor ejemplo de que las cosas no eran como se pintaban tiene que ver con la repartición que se está haciendo del apetitoso ponqué burocrático del Estado. Basta echar una mirada a los nombramientos en los cargos públicos de los últimos dos gobiernos (el saliente y el entrante), para que cualquier ciudadano de a pie se estrelle inevitablemente con los mismos apellidos que desde hace tres generaciones vienen asociados con el poder.

Mosquera, Turbay, López, Gómez, Lleras y otros cuantos son apellidos que mantienen su presencia en la nómina oficial y sus familiares no se quedan atrás en las curules del Congreso. Esto sin contar con la tradicional costumbre, que ya pare-ce ley, de repartirse entre los familiares de los barones electorales los cargos diplomáticos y

los fortines de Procuraduría, Contraloría, Registraduría y notarías.

Para la muestra un botón: los herederos del ex designado y ex senador liberal caucano Víctor Mosquera Chaux son un ejemplo clásico de la vigencia de estas dinastías. Su hija, Clara Mosquera Paz, es asesora del ministro de Comunicaciones; cuya prima, María Piedad Mosquera de Afanador, es la secretaria de Tránsito de Bogotá. Su sobrino, Guillermo Alberto González Mosquera, es el embajador de Colombia en Ginebra.

Los primos de los Mosquera, los Negret Mosquera, siguen por ese camino. Felipe Negret Mosquera es el vicepresidente comercial de la aseguradora estatal La Previsora; Juan Carlos Negret es asesor del Incora (perdió en la última contienda posibilidad de ser alcalde de Popayán) y César Negret está en la OEA, luego de haberse convertido en uno de los principales °lobbyistas" del ex presidente César Gaviria.

Pero probablemente lo más curioso que se presenta en esta administración son esos lazos familiares que se tejen sin ningún pudor entre el poder legislativo y el poder ejecutivo. Este es un hecho que rompe de tajo la famosa y tan cacareada teoría de la separación e independencia de poderes en Colombia. Los niveles de convivencia entre uno y otro son realmente exagerados.

Un senador con hijo viceministro, otro con hermano viceministro, uno más con hijo vice contralor y sobrino ministro, un representante con hijo asesor de ministro, otro representante con hermano secretario de la Presidencia y uno que otro parlamentario con cuñados, hermanos, esposas y primos bien colocados en las altas esferas del gobierno, son pruebas de que las cosas siguen lo mismo que antes.

Resaltan el Ministerio de Comercio Exterior entregado al sobrino del senador Enrique Gómez Hurtado, los vice ministerios repartidos en Defensa al hijo del senador Luis Guillermo Vélez, en Salud al hermano del senador Samuel Moreno Rojas y en Agricultura al hermano del senador Carlos A. García Orjuela. En materia de asesores en el Ministerio de Transporte está el hermano del senador Fabio Valencia Cossio y en Hacienda la hija del representante Francisco José Jattin Safar. En el Ministerio de Educación la secretaria privada es la esposa del senador Luis Guillermo Giraldo.

La sutileza con que se hacían algunas reparticiones no levantaba tanta ampolla. El hecho de que durante los últimos 20 años los noticieros de televisión fueran entregados, milimétricamente, a los hijos y hermanos de los ex presidentes de la República, pasó un poco inadvertido e incluso los colombianos se acostumbraron a esa práctica, porque mal que bien, muchos delfines demostraron que también tenían madera periodística.

Y en este plano los coqueteos del poder político también hicieron caer en la tentación a gente que se había mantenido durante décadas al margen por cuestión de principios. En los últimos años ingresaron a la arena cuotas de los herederos de dos prestigiosas familias dueñas de los periódicos El Tiempo y El Espectador. Juan Manuel Santos (nieto del ex presidente Eduardo Santos) aceptó el Ministerio de Comercio Exterior durante la administración Gaviria, mientras Enrique Santos Calderón conseguía un cupo en la televisión como accionista del Noticiero QAP.

La familia Cano tampoco se salvó de la contaminación. Carlos Medellín Forero, casado con María José Cano, hija del extinto Guillermo Cano, es el secretario jurídico de la Presidencia, y Camilo Cano Busquets está de cónsul en París, desde el gobierno pasado. Fidel Cano Correa aparece como director de un informativo propuesto en la actual licitación de televisión.

Viejas prácticas de clientelismo que se le achacaban exclusivamente a los caciques costeños, no solamente se han "cachaquizado" sino que se mantienen intactas en todos los rincones del país. En el Valle, por ejemplo, Francisco José Lloreda, jefe de Planeación de Cali, es hijo del ex candidato presidencial y ex senador Rodrigo Lloreda Caicedo, actual director de El País de Cali. Similar caso ocurre con Carlos José Holguín Molina, hijo del ex gobernador del Valle, Carlos Holguín Sardi, quien es precandidato presidencial conservador.

Episodios que se creían enterrados en la memoria de quienes fueron testigos de la repartición burocrática del Frente Nacional, han vuelto a revivirse. Recientemente la clase política y la dirigencia gremial del Quindío se trenzaron en una agria polémica en torno al descubrimiento de un supuesto documento en el cual el ministro de Gobierno, Horacio Serpa, distribuía cargos públicos para los tres congresistas de ese departamento.

Los politólogos y muchos otros observadores habían sostenido hasta la saciedad que esas situaciones eran cosa del pasado y que después de la Asamblea Constituyente las cosas serían a otro precio. Se llegó a hablar de que la "política colombiana había dado un vuelco del cielo a la tierra" y que "la historia se había partido en dos". Incluso, con la revocatoria del mandato de los congresistas en 1991, muchos llegaron a cantar victoria sobre las viejas maquinarias políticas del país.

Sin embargo, los hechos -de los últimos meses muestran cuán equivocados estaban quienes así pensaron. El clientelismo y los viejos vicios característicos de una presunta clase política en vías de extinción, han resurgido como en sus mejores épocas. La prueba más fehaciente se encuentra en la repartición que de la fronda burocrática se ha hecho durante el gobierno del presidente Ernesto Samper.

Es muy claro que volvió a revivirse la llamada "dictadura del gabinete", en donde las cuotas para Raimundo y todo el mundo priman. No sólo existen lazos familiares directos, sino también las herencias y las famosas "roscas" de amigos y hombres de confianza.

Las negociaciones surgen del mismo mecanismo de expedición de las leyes. Por ejemplo, cuando el gobierno quiere que el Parlamento le entregue las facultades para legislar a través de decretos leyes, viene el intercambio de instrumentos. Fue famosa en los pasillos del Congreso la "discusión" o "¿negociación?" en torno a la tajada burocrática que correspondería a varios parlamentarios que se negaban a aprobar el Convenio de Biodiversidad.

Pero la verdad es que el asunto tiene tanto de largo como de ancho. En la mayoría de los países del mundo el reparto burocrático hace parte esencial de la supervivencia misma de los sistemas políticos. No es sino mirar a Estados Unidos, el símbolo de la democracia occidental, en donde el clan de los Kennedy hizo historia. Mientras John Fitzgerald era presidente, su hermano Robert era el procurador.

En Colombia este fenómeno no es nuevo, ni mucho menos. Inclusive, hay quienes sostienen que el presidente Samper es el que menos se ha metido en este juego de contraprestaciones clientelistas y que hay muchos parlamentarios peso pesado que se encuentran furiosos con el manejo que se le ha dado a este asunto.

Pero la realidad monda y lironda es que los apellidos que se leen en el directorio de congresistas tienen mucho que ver con los de la nómina oficial. Hasta tal punto que hay quienes rumoran que el senador Alberto Santofimio Botero lleva varias semanas recolectando información sobre la lista del reparto. Pero al final de cuentas, los colombianos se preguntan si la carrera administrativa es un cuento chino o simplemente los familiares y hermanos de los políticos son los más capaces y honestos para gobernar. Los ejemplos polulan y eso que no están todos:



PRESIDENCIA

DE LA REPÚBLICA




José Antonio Vargas Lleras, secretario privado del presidente, es hermano del senador Germán Vargas Lleras y del concejal Enrique Vargas Lleras, hijos del notario 50 del Círculo de Bogotá, Germán Vargas Espinosa, nietos del ex presidente Carlos Lleras Restrepo y sobrinos del embajador en Washington, Carlos Lleras de la Fuente.

Juan Fernando Cristo, asesor de Comunicaciones del presidente, es hijo del senador nortesantandereano Jorge Cristo Sahiun. Fue jefe de gabinete de Comunicaciones del actual presidente en la pasada campaña.

Carlos Holmes Trujillo, actual alto comisionado de paz, es hijo del fallecido líder liberal Carlos Holmes y hermano del senador José Hernán Trujillo García. Holmes Trujillo fue director nacional de participación durante la campaña presidencial de Samper.

Jorge Mario Eastman Robledo, consejero para la Modernización del Estado, es hijo de Jorge Mario Eastman, actual embajador en Chile. Eastman Robledo fue secretario general de la campaña de De la Calle entre 1993 y 1994.

Carlos Medellín Forero, el secretario jurídico de la Presidencia, es hijo del inmolado magistrado Carlos Medellín y está casado con María José Cano (hermana de Camilo Cano, cónsul en París).



GOBIERNO



Juan Carlos Posada García-Peña, viceministro de Gobierno, primo del canciller Rodrigo Pardo García-Peña, es hermano de Roberto Posada García-Peña (quien firma como D'Artagnan y es vocero oficial de Samper en el diario El Tiempo). Entre otras, Daniel García-Peña,- primo de los dos anteriores, es asesor del alto comisionado de paz.

La secretaria general del Ministerio de Gobierno, Diana Fajardo Rivera, politólogo de la campaña de Virgilio Barco Vargas, es cuñada de Carlos Medellín Forero, secretario jurídico de la Presidencia, quien a su vez es cuñado de Camilo Cano Busquets, cónsul de Colombia en París.



RELACIONES EXTERIORES



El canciller Rodrigo Pardo García-Peña se desempeñó como director de Comunicaciones de la campaña de Ernesto Samper Pizano, fue asesor de la campaña de César Gaviria y consejero de Virgilio Barco. Es primo del viceministro de Gobierno Juan Carlos Posada García Peña, quien a su vez es hermano del columnista de El Tiempo, Roberto Posada García-Peña.

El cónsul en Manaos, Mario Rodríguez Vargas, es hermano del senador conservador Gustavo Rodríguez Vargas. Mario de la Calle Lombana, cónsul en Santiago de Chile, es hermano del vicepresidente de la República, Humberto de la Calle Lombana.

Alfonso López Caballero, hijo del ex presidente Alfonso López Michelsen y nieto del dos veces presidente Alfonso López Pumarejo, es el embajador de Colombia en Canadá. Jaime Pava Navarro, embajador en Australia, es el padre del ex senador conservador alvarista Álvaro Pava Navarro, dueño de Radio Super, quien acaba de ser designado embajador ante las Naciones Unidas.

Camilo Cano Busquets, cónsul en París, es cuota de la familia Cano de El Espectador.



JUSTICIA



José Alfredo Escobar Araujo, nombrado inicialmente como superintendente delegado para Instrumentos Públicos, fue designado secretario general del ministerio. Es hijo del ex senador conservador alvarista Hugo Escobar Sierra (y quien fuera, durante el gobierno de Turbay, ministro de justicia).

Carmenza Jaramillo Roncancio fue designada registradora principal de la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos. Es prima de Omar Jaramillo Martínez, vicepresidente de crédito del IFI, hermano del senador liberal tolimense Mauricio Jaramillo Martínez y del ex parlamentario Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez (esposo de la actual cónsul en Estocolmo). Es sobrina de la ex parlamentaria Hilda Martínez de Jaramillo.



HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO



En la Dirección General de Impuestos y Aduanas Especiales, DIAN, está Carlos Antonio Espinosa Pérez, hijo del senador liberal Gustavo Espinosa.

Zulema Jattin, asesora del ministro de Hacienda, Guillermo Perry, es hija, del senador liberal costeño Francisco José Jattin Safar.

Antonio Gómez Merlano, presidente de Findeter, la Financiera de Desarrollo Territorial, es sobrino del ex ministro y ex senador cordovés Edmundo López Gómez, del grupo de Ramón Elías Náder y Salomón Náder.



DEFENSA



Fernando Botero Zea, el ministro de Defensa Nacional, fue director nacional de la campaña de Ernesto Samper y nombró en el vice ministerio a Luis Guillermo Vélez Cabrera, hijo del senador liberal antioqueño Luis Guillermo Vélez Trujillo.



AGRICULTURA



Jorge Enrique García Orjuela, viceministro de Desarrollo Rural Campesino del Ministerio de Agricultura, es el hermano del senador liberal tolimense Carlos A. García Orjuela. Gabriel Turbay Marulanda, presidente de Finagro, el fondo de financiamiento del sector agropecuario, es hermano del secretario general de la Presidencia de la República Juan Manuel Turbay Marulanda.

Carlos de la Espriella fue designado director del Inat (el organismo que reemplazó al antiguo Himat) y es primo hermano del representante liberal Miguel Alfonso de la Espriella.



SALUD



Una de las cuotas más claras para uno de los pesos pesados de la política fue para Samuel Moreno Rojas. Su hermano, Iván Moreno Rojas, fue designado viceministro de Salud. Es nieto del ex presidente Gustavo Rojas Pinilla e hijo de María Eugenia Rojas de Moreno, ex

candidata presidencial y ex directora del Inscredial.



DESARROLLO ECONÓMICO



Omar Jaramillo Martínez, vicepresidente de crédito del IFI, hermano del senador liberal tolimense Mauricio Jaramillo Martínez y del ex parlamentario Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, esposo de la actual cónsul en Estocolmo. Hijo de la ex parlamentaria Hilda Martínez de Jaramillo. Su prima Carmenza Jaramillo Roncancio fue designada registradora principal de la Oficina de Registro Público.



COMERCIO EXTERIOR



Daniel Mazuera Gómez, quien viene de ser presidente de la Bolsa de Bogotá, es sobrino del ex candidato presidencial y líder conservador Álvaro Gómez Hurtado (quien ahora va a fundar un movimiento contra el "régimen"). Su primo Miguel Gómez, hijo de Enrique, es vicecontralor de la República.



EDUCACIÓN



Carlos Gerardo Molina Ochoa, viceministro de Educación Nacional, hijo del ex candidato presidencial y jefe de la izquierda (Firmes-Uno) Gerardo Molina (q.e.p.d.).

La secretaria privada del ministerio, Lucrecia Escobar de Giraldo, es la esposa del senador liberal caldense Luis Guillermo Giraldo Hurtado.



COMUNICACIONES



El viceministro de Comunicaciones Gabriel Martín Reyes Copello, es hermano del periodista Gerardo Reyes, compañero de trabajo de Daniel Samper Pizano (hermano del presidente) en la ya fallecida Unidad Investigativo de El Tiempo. Como abogado de la Fundación Pro públicos realizó en 1986 el "Proyecto con la Unidad Investigativo de El Tiempo - Fiscalización del Congreso".



TRANSPORTE



Juan Gómez Martínez, ministro de Transporte, primer alcalde de Medellín por elección popular y ex gobernador de Antioquia por elección popular es cuota de Fabio Valencia Cossio, el senador conservador

que comanda el conocido grupo paisa llamado "Coraje". Rubiel Valencia Cossio, asesor del ministro, es hermano de Fabio Valencia Cossio.



PLANEACIÓN NACIONAL



María del Rosario Guerra, hermana del senador liberal José Guerra de la Espriella, es la gerente general del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo, Fonade, del Departamento Nacional de Planeación.

Quedan por fuera de esta lista la Q Contraloría, la Procuraduría, las notarias y todas las entidades del orden municipal y departamental. Ni qué hablar de firmas contratistas. Si se incluyeran la conclusión sería obvia: el sector público colombiano está manejado por lo que los hindúes llaman una "casta", compuesta generalmente por un político importante y por sus tíos, hermanos, primos y aquellos amigos de la familia que son incapaces de colocarse decorosamente en el sector privado.

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