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Estás pillao

Al robo de vehículos le apareció su tatequieto.

1 de julio de 1997

Parquear un vehículo en cualquier lugar o transitar por una calle o una carretera colombiana es un riesgo, que puede terminar en una de las sensaciones más desagradables que una persona pueda experimentar: el robo del vehículo. Si usted no ha pasado por esta desagradable experiencia, o no quiere que le vuelva a suceder, ya tiene aliados, uno de ellos el Cazador Lo Jack, un sofisticado sistema de rastreo y detección de vehículos robados.



El testimonio de un ciudadano a quien le robaron un vehículo ilustra sobre la manera como actúa el Cazador. "El conductor de uno de mis vehículos fue asaltado hace unos meses en el Alto de las Rosas, en la vía que de Silvania conduce a Bogotá. Lo despojaron del vehículo, una tractomula con valor de $115 millones. Recibí la noticia a las 9:00 a.m. del día siguiente y de inmediato me comuniqué con la central de el Cazador. Ellos localizaron el vehículo en un parqueadero en la zona de Paloquemao, dieron aviso a las autoridades y el camión fue recuperado a las 11:00 a.m. y capturados cinco delincuentes".



El caso de este ciudadano, que conoció al Cazador a través de la compañía donde aseguró el vehículo, es uno de los 413 automotores recuperados por el Cazador hasta el 26 de mayo de este año, cuyo valor asciende a $15.062 millones en 30 meses de operaciones en el país. Esa cifra representa una recuperación del 80.04% de los carros robados y equipados con el sistema.



Pero además de los propietarios, las damnificadas con la alta siniestralidad relacionada con el hurto de vehículos han sido las compañías de seguros, para quienes este rubro se ha convertido en una vena rota que les representa más de $300.000 millones al año.



Y es precisamente a través de la experiencia del sector asegurador como se puede medir el impacto del Cazador Lo Jack. En Colombia el parque automotor está compuesto por 2.600.000 vehículos, de los cuales está asegurado el 28%, cifra de la cual se roban el 1,3% de los automotores.



Estas razones llevaron a compañías como Latinoamericana de Seguros a buscar alternativas para protegerse. "El impacto del Cazador se puede medir si se comparan las utilidades del sector asegurador con la cifra que representa la recuperación de automotores. Estaríamos hablando de que el impacto del Cazador podría llegar al 25% con respecto al movimiento total de la industria. Si se hiciera el cálculo de la rentabilidad de la inversión, ésta podría ser 10 veces superior a la que le hubiera producido en bolsa, frente a la suma que representa los vehículos recuperados", manifestó Carlos Roberto Solano, vicepresidente financiero de la aseguradora.



Latinoamericana ha invertido en la adquisición del dispositivo cerca de $1.600 millones, lo ha incorporado como un activo de la compañía y lo entrega en comodato a propietarios de vehículos de ciertas gamas.



"El Cazador nos ha evitado pagos de siniestros por una cifra similar al monto de la inversión, más los rendimientos financieros porque el activo es nuestro", indicó Mauricio Gaviria, vicepresidente técnico de la aseguradora. La afirmación fue respaldada por el gerente de automóviles Juan Di Domenico, quien agregó: "Sistemas de localización hay varios, pero confiables pocos, uno de ellos el Cazador, que ha demostrado ser efectivo en un medio como el colombiano".



Skandia también integró al Cazador a su departamento de seguridad. "La efectividad del sistema es alta si se compara con el total de vehículos recuperados por la industria aseguradora, que es del 20%. En nuestro caso particular de los 36 vehículos que nos han robado con el Cazador recuperamos 30, con lo cual el sistema ha demostrado ser efectivo y rentable", indicó Mauricio García, presidente de la compañía. El año pasado la compañía pagó $26.000 millones por siniestros relacionados con el hurto de automotores.



Incluso, las aseguradoras utilizan mecanismos para ampliar la cobertura del Cazador como descuentos en las primas de hurto que oscilan entre el 30 y el 40%, en el caso en que el propietario del automotor lo adquiera voluntariamente.



La trascendencia del mecanismo fue analizada en un estudio realizado por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de Estados Unidos alrededor de El Cazador Lo Jack, en agosto del año anterior, del cual se desprenden algunas consideraciones. Cada punto adicional de vehículos equipados con el dispositivo está asociado con una reducción del 20% en la tasa de robo de vehículos.



Para el consumidor también representa un impacto positivo. La investigación revela que el sistema tiene un costo promedio de US$600, los cuales, amortizados en un lapso de vida de 10 años de un carro, con una tasa de descuento del 10%, equivale a una cuota anual de US$90, en Estados Unidos, que no dista mucho del caso colombiano.



Además, con relación a los automotores robados, el impacto positivo se relaciona con mayores posibilidades de recuperación. El estudio mostró que el beneficio total de poseer el Cazador, en Estados Unidos, en términos de las tasas de recuperación es de cerca de US$25 millones al año. Igualmente aumenta la posibilidad de que los daños al encontrar el automotor sean menores, de cerca de US$1.000, que se relaciona con la práctica del desguase, frecuente en Colombia, que también aumentarían las posibilidades de que se capture a los delincuentes, así como de reducción del crimen y de actos de violencia.



El sistema hizo su aparición en 1986 en Boston, Estados Unidos, y desde entonces su fama se ha extendido a todo el mundo, Canadá, Europa, Centro y Sudamérica y algunas naciones de Africa y el Lejano Oriente, regiones que también son víctimas de una industria, que después de la droga es la segunda empresa ilegal más grande a nivel orbital. Incluso, en naciones como Italia, las casas fabricantes de vehículos como Fiat están incorporando al Cazador como autoparte en sus modelos más recientes. Igual sucede en Alemania donde Mercedes Benz, Audi y Volkswagen lo ofrecen como parte del equipo de los vehículos.



Para las carreteras, que también son escenario de asaltos y robos, Lo Jack ofrece alternativas como el CLU (Cargo Location Unit), una unidad que se coloca dentro de la carga y el Cazador Antiasalto, basado en un VLU (Vehicle Location Unit), que se activan de manera instantánea, como una alarma, que reporta una señal a los puestos de escucha ubicados a lo largo de los corredores viales, que a su vez la transfieren a la central para que se dé aviso a las autoridades proporcionando la localización del asalto. Este sistema fue instalado en el corredor vial entre la zona cafetera y el puerto de Buenaventura, y en poco tiempo estará cubierto el corredor entre Armenia y Bogotá.



El potencial de crecimiento del sistema está en relación directa con el incremento en el parque automotor del país y con la llegada de las gamas medias y bajas a la cobertura. Ello se entiende porque el costo del sistema tiene cada vez menos incidencia en el valor del vehículo. De igual manera si se amplía la base los costos podrán bajar.



Lo Jack en la actualidad tiene instalados 20.000 dispositivos y la meta es llegar a 100.000 en los próximos cinco años, así como aumentar el cubrimiento que en este momento llega al 90% de las zonas urbanas del país.



Otra posibilidad para hacer frente al flagelo de la inseguridad y del hurto de vehículos es el Sky Cop Comando, un sistema basado en la tecnología GGS (Global Position System) con el cual se consigue hacer seguimiento y ubicar un vehículo u objeto que se mueva con base en una señal que emite el objeto y que es captada por satélites que reportan la longitud, latitud y altura a una unidad de monitoreo. Asimismo actúa con señales de telefonía celular, que tienen amplia cobertura y costos favorables. En caso de que la unidad que se está monitoreando esté localizada en un punto donde no tiene línea de visibilidad con los satélites, o donde la señal celular pierda potencia, caso de sótanos o bajo los puentes, se acciona un sistema de back up que emite una señal durante 36 horas.



Una vez ubicadas esas coordenadas en el plano digital de una ciudad o zona las autoridades proceden a tomar las medidas del caso y dar aviso a las unidades más cercanas para realizar la recuperación.



El dispositivo es utilizado cuando existe la necesidad de hacer seguimiento, caso de las compañías transportadoras de valores, flotas de camiones que transitan por las carreteras o incluso para monitorear que las unidades se encuentren en los lugares asignados, como es el caso de la policía.



Otra posibilidad es que actúe a manera de alarma, al accionarlo cuando se utilice el pito o se abra una puerta, por ejemplo, que acciona un dispositivo que comunica a las autoridades que alguna situación fuera de lo normal está ocurriendo. Esta es una posibilidad interesante para la seguridad de ciertas personas, o dignatarios expuestos a atracos, atentados o secuestros, porque la unidad de monitoreo se encuentra en las instalaciones de una autoridad, Policía, Dijín, Unidad Antisecuestro u otras.



El sistema Sky Cop Comando nació en Argentina, donde la Policía Metropolitana de Buenos Aires lo viene utilizando con resultados positivos. En Colombia las autoridades lo están estudiando y es posible que en poco tiempo esté en el mercado.



Si bien no hay un sistema 100% infalible, se comienzan a ver algunas posibilidades tecnológicas que de alguna manera ayudarán, no a que los delitos desaparezcan, pero sí a disminuir su impacto en una sociedad donde la impunidad crece de la mano de los delitos.

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