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Como discutir con su pareja....

Y ganar la discusión, sin que se destruya la relación. No golpee puertas, no tire platos, no llore (a menos que la situación sea desesperada)

1 de junio de 1993

Las mujeres tienen mayor habilidad verbal que los hombres. Por eso es que cuando de discutirse trata en las peleas conyugales, las mujeres tienen ventaja. A continuación unas cuantas reglas que le ayudarán a ganar limpiamente.



1. Aproveche la debilidad masculina La mayoría de los hombres cometen un error fatal al comenzar una pelea. Ella: Por que llegaste a la una de la mañana? El: ¿Tenemos que discutir eso ahora o ¿Y ahora que pasa? La pelea se acabó. Su marido perdió.



2. Ponga atención Una pelea es fatigante. Requiere de todas sus energías para ganar. No cambie los pañales al niño ni trate de mirar la televisión mientras su marido le reclama porque no le cosió un botón. En medio de la pelea usted no puede empezar a recoger la mesa o pensar en la media que se le corrió.

Pero los hombres también cometen el mismo error. Cuando el parezca distraído, eche una ojeada de soslayo al televisor, o mire al espacio con ojos vacíos, es su oportunidad de contraatacar.

3 Clarifique qué clase de pelea es. Entre las parejas hay dos disputas básicas.

La primera es un desacuerdo sobre actos: El quiere salir, usted no; usted quiere

tener hijos, él no; usted quiere mudarse, él no.

La segunda clase es sobre sentimientos. El siente que trabaja demasiado, usted se siente abandonada; usted quiere involucrarse mas en la relación, el quiere guardar la distancia. Los dos desacuerdos se resuelven de diferente manera. Las discusiones sobre sentimientos se resuelven con una sola frase: siento mucho que te sientas de esa manera. No hay nada mas que usted pueda hacer o decir. Las peleas sobre actos, requieren acciones concretas. Si el quiere salir, usted no logra nada diciendo que lo siente mucho. Todo lo contrario, lo enfurecería mas. Responda con actos concretos. Por ejemplo, saliendo con él.



4 Coloque reglas Como en cualquier pelea, usted puede colocar sus propias reglas. Por ejemplo, no disputas después de las 10 p.m., no disputas durante el noticiero, no disputas frente a los niños, no al chantaje sexual. No obstante, el puede mandar al diablo sus reglas en cualquier momento e imponer la pelea de todas maneras, pero en ese caso usted empieza con ventaja: una de sus reglas ha sido violada desde el principio.



5 No mezclar drogas ni alcohol con las peleas. Imponga esta regla. Una cerveza a la comida o una copa de vino inmediatamente pospone la pelea al día siguiente. Las reglas para pelear deben ser las mismas que para pilotar un avión.



6. No imite las emociones de su pareja. Cuando su marido está de mal genio, usted se pone de mal genio. Si el está contento, usted se relaja. Eso parece lo mas natural, pero no necesariamente es lo mas conveniente. Si el está enojado y quiere pelear, enfréntelo pero usted no tiene que enojarse necesariamente. Tome la pelea con calma.



7 Olvídese de quien tiene la razón. Tal vez en el fondo de su corazón usted sabe que el prometió que recogería su carro, pero el dice que fue usted quien juró que pasaría por el taller. Muy bien. Defienda su punto, pero tendrá una pelea peor, porque además de que usted logra convencerlo de que tiene razón, el se sentirá como un imbécil, por haberse confundido. Además estará supremamente enojado por la pelea y volcará todos sus sentimientos en el blanco mas fácil: usted. No vale la pena. Dele la razón de vez en cuando, aunque no la tenga.



8 Prohibida la violencia física. De cualquier clase. Puños, patadas, pellizcos, platos volando, ropa a la calle, vasos de agua encima de la cabeza, azotar puertas, tirar el mantel con todo encima, todo está absolutamente prohibido. También están prohibidas las amenazas. Nada de violencia física.



9. Prohibido llorar. Con excepción del primer año de matrimonio. Los recién casados se sienten sumamente culpables cuando ven las lágrimas de su mujer, pero después dicen las lágrimas son una treta de las mujeres para conmover a los hombres. O peor aún, lágrimas de cocodrilo.



10 Respete a su contrincante. 10. Nunca se ría de él. No importa que esté diciendo idioteces. No trivialice lo que él dice. No lo imite. Y especialmente, nunca trate de sicoanalizarlo. Alguna vez le han dicho Déjeme decirle cual es su problema? ¿Cuál es su reacción? Furia inmediata. Es natural. Entonces no le diga a él cual es su problema. No le diga que clase de persona es. A el le va a gustar todavía menos que a usted escuchar la verdad. Si usted está realmente furiosa pensará alguna de la siguientes posibilidades: a. Siempre dice las mismas idioteces. b. El no tiene ningún control. c. El es realmente estúpido. d. Todos sus amigotes son estúpidos.

e. El no tiene respeto alguno por usted o por sus problemas. f. El nunca la escucha. g. No aprecia lo que ud hace por él. h. Ud. desea nunca haberlo conocido (y menos haberse casado con él). En medio de la pelea usted puede decirle todo esto y además que el es una cosa que empieza con g, con quien, desafortunadamente usted se encontró en la vida, y tuvo el pésimo criterio de casarse. Su punto de vista no será muy constructivo. Exponer estos pensamientos inflamarán la ira de su marido. La pelea no es acerca de si el es un pobre estúpido (Eso ya lo sabemos).



11. Admita las acusaciones menores. Una vez que empiecen a caer flechas usted tenderá a negar todo. Negará que le gustan los chocolates, que se está engordando, o que ronca. Ceda en lo que no tiene importancia. El: Tienes un gusto muy extraño para vestirte Ella :No es cierto El: Si, tu te crees original y a la última moda, pero pareces un payaso. Usted podría haber manejado la pelea de otra forma: El: Tienes un gusto muy extraño para vestirte Ella: Si. Y que? Me gusta vestirme diferente. Es verdad. Usted ganó. Esta puede ser una buena maniobra también cuando su marido la está caracterizando: El: Eres realmente estúpida, no tienes control sobre ti misma y no aprecias lo que hago por ti. Ella: Es verdad. En este momento no aprecio nada tuyo porque estamos en medio de una pelea. ¿Podemos seguir?



12. No amenace. En medio de una pelea las amenazas son evasiones de la verdad. Las amenazas no dejan progresar la pelea. Es muy fácil herir a su pareja. En medio de las discusiones la gente lo hace y dice cosas que nunca se perdonan después y de las cuales usted se arrepentirá de por vida. ¿Para que molestarse? Las amenazas son una pérdida de tiempo y pueden ser irreparables.



13. No abandone la pelea. Irse de la casa, encerrarse en el baño, tirar la puerta, o taparse la cabeza con la almohada. Estos clisés distraen del verdadero motivo de la pelea. Señalan lo obvio: cualquiera puede irse en cualquier momento. ¿Y que? Ello simplemente significa alargar la pelea, por días quizás. Puede ser sabio abandonar la escena si usted está a punto de estallar, pero por corto tiempo. Si siente que necesita descargar la adrenalina sálgase de la habitación y diga: Vuelvo en cinco minutos. Y vuelva.



14. Ponga atención a los mensajes subconscientes. El puede estar mandándole mensajes. Si dice Siento que ya no me quieres lo mas probable es que le esté diciendo Yo ya no te quiero. O: El: Con quien estabas? ¿Donde andabas? cuando usted ha llegado a las 6:00 p.m. en punto como todos los días. Contéstele: ¿Y tu? ¿Con quién estabas? ladrón juzga por su condición. Le está comunicando que tiene una amiga.



15. Reafirme las posiciones Es muy común que el no escuche lo que usted le dice. Usted repite y el no escucha, aunque insista en que si lo hace. El: Y escuche y estás equivocada Ella no me estas oyendo El: Te repito que si escuché Adinfinitum. Hay una manera de romper el círculo: El: Ya te escuche y estás equivocada Ella: Si me escuchaste repíteme lo que quiero decir. Haga que lo repita con sus propias palabras. Estará perdido. No será capaz. Usted ganó.



16. Ofrézcase. Sea generosa. Intercale frases como ¿Qué quieres que haga al respecto? o ¿Qué sugieres para evitar que se repita?. Si la pregunta se formula en forma honesta, el truco es muy útil. Esto funciona cuando las quejas son vagas: Tu no me apoyas Yo no te importo.



17. Diga la verdad. Si Ud. dice la verdad, lo hará sentir muy mal. Si, Mel Gibson me parece un churro. ¿Y que? ¿Qué hace su marido ante tal honestidad? Es su problema. Si, mi mamá es muy metida. Problema de él. No me quiero trastear. Me gusta esta casa. Problema de él. Si, el niño es maleducado. Problema de él.



18. No espere ganar. Ha escuchado a alguien decir después de una pelea: Está bien, tienes razón, no voy a votar por Ernesto, voy a votar por Andrés? Nunca jamás. Hay muchas discusiones que no terminan. Simplemente los contrincantes sientan su posición y el asunto se deja a un lado. Esa es la naturaleza de las peleas. Hasta la siguiente pelea.

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