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Alas atractivas

Tres firmas compiten por quedarse con Aces. Antes de fin de año debe cerrarse el negocio.

1 de diciembre de 1997

Después de ocho meses de preparativos y de casi un millón de dólares de inversión en el proceso, la venta de Aces entra en la recta final. Si todo sale según lo planeado, antes del 31 de diciembre se conocerá el nuevo socio de la aerolínea cafetera.



El puesto lo están disputando tres compañías, que presentaron sus ofertas en sobre cerrado a Deutsche Morgan Grenfell, firma de banca de inversión que tiene a su cargo la realización de la venta, en consorcio con AVMark, especialistas en consultoría de aerolíneas.



El proceso se ha llevado a cabo en completa reserva, pero Continental Airlines ha expresado desde tiempo atrás su interés. Los otros oferentes podrían ser el Sindicato Antioqueño y, sorprendentemente, el Grupo Empresarial Bavaria.



No todo es plata

La aerolínea tiene un valor en libros de US$42 millones, pero las valoraciones contratadas por Aces y realizadas por el Canadian Imperial Bank of Commerce y Deutsche Morgan Grenfell más que duplican este valor, explicó Juan Emilio Posada, presidente de Aces, quien confirmó que se recibieron propuestas para adquirir entre el 30% y el 70% de la compañía.



La selección del ganador no va a ser fácil, pues la decisión no se limita a aceptar el mejor precio. Hay varios factores difíciles de cuantificar que tienen gran importancia para los propietarios.



Tanto para el gremio cafetero, que domina el 53,65% de Aces, como para Inversiones Flota Mercante Grancolombiana, el segundo mayor accionista, es fundamental que el nuevo socio ayude a mejorar la posición de la aerolínea en el mercado, aporte a la filosofía de servicio y genere sinergias que reporten beneficios para la compañía y el consumidor. Esto es doblemente válido para las ofertas que no buscan el control de la aerolínea, pues los actuales accionistas mantendrían la mayor responsabilidad en los resultados hacia el futuro.



De acuerdo con el mecanismo de selección escogido, Deutsche Morgan Grenfell establecerá una jerarquía de las ofertas de mayor a menor, siguiendo un sistema de clasificación en el cual inciden tanto los precios de compra propuestos, como los beneficios cualitativos que pueda otorgar el socio.



La junta decidirá si acepta al ganador propuesto por la banca de inversión, si se le solicita a éste que mejore su oferta o si prefiere explorar un comprador que esté más abajo en la lista.



¿Quiénes son?

Deutsche Morgan Grenfell no suministró ninguna información respecto a cuáles son las firmas que han presentado propuestas de compra ni sobre los montos de dinero que están en discusión. Tanto los banqueros de inversión como la propia Aces desean mantener en total confidencialidad estos detalles del proceso.



Sin embargo, con tantas partes involucradas es natural que la información haya comenzado a filtrarse. Se sabe que Continental Airlines está interesada en quedarse en principio con el 40% de la empresa. Pero hay otros que también tienen la misma idea. Al parecer, éstos son el Sindicato Antioqueño y también el Grupo Empresarial Bavaria, que por intermedio de Avianca es el mayor competidor de Aces. La aerolínea venezolana Avensa-Servivensa participó en algún momento en la competencia, pero se rumora que se ha retirado.



Para Aces la decisión no va a ser nada sencilla. Como es natural, los accionistas desean obtener la mayor cantidad de dinero posible por su empresa. Pero hay otras consideraciones de largo plazo que pueden ser tan importantes o más que el ingreso monetario.



Aces necesita asegurar una posición sólida dentro de una familia internacional de aerolíneas, pues en el mundo de hoy las empresas aéreas que permanezcan aisadas están condenadas a marchitarse o incluso a desaparecer. Recientemente se integró a una de estas familias, de la cual también forman parte Continental Airlines y Air France, pero esta fórmula podría ser insuficiente en el largo plazo. Para mantenerse dentro de una familia aérea y explotar plenamente sus posibilidades es necesario conservar un ritmo importante de inversiones en tecnología y capacidad de servicio. Un comprador que cuente con una posición sólida en uno de estos grupos tendría mucho que aportarle a la empresa.



Por otro lado, Aces también necesita que la venta contribuya a preservar e incrementar los elevados estándares de servicio que han caracterizado su gestión. Por último, Aces también requiere capital, porque con su reciente inversión en los aviones Airbus ha llegado a los límites de su capacidad financiera y cualquier crecimiento adicional en el largo plazo necesitará apoyo externo.



El comprador será quien logre plantear la mejor combinación de estas variables a la administración.



Pero el resultado final no es obvio. En el papel, una línea aérea internacional fuerte tendría ventajas en la puja, pues podría ofrecer un acceso seguro a los mercados internacionales, lo mismo que soporte técnico.



Pero en la práctica, las cosas no son tan claras. Por un lado, para Aces aliarse con una aerolínea internacional poderosa puede representar una pérdida de control no deseable, pues el apoyo que se recibiría en cuanto al acceso a rutas podría ser compensado por las desventajas de tener que plegarse a las condiciones que imponga el socio, en temas como el mantenimiento de los aviones y el uso de determinadas redes de servicios.



Y de otra parte, los demás competidores pueden compensar sus desventajas iniciales con diversos recursos. Pueden aportar los vínculos que hayan construido con otras aerolíneas en el mercado internacional, en el cual existen varias modalidades de arreglos. Pueden hacer una oferta monetaria suficientemente alta. O pueden plantear esquemas imaginativos de control que le den a la administración actual mayor participación en los asuntos que ellos consideren claves.



Un buen partido

La compra se resolverá en las próximas semanas. Se sabe que hay disparidad entre las ofertas presentadas, pues una de ellas se hizo por US$20 millones por el total de la compañía, muy por debajo de las valoraciones disponibles por la administración. Esta oferta puede ser parte del regateo normal que precede a la confirmación de un negocio de este estilo.



Aces tiene atractivos innegables. Es la segunda compañía aérea del país, después de Avianca-Sam. El año pasado transportó el 21,5% de los pasajeros que viajaron en rutas domésticas y tiene el 5,6% del mercado internacional, segmento al cual ingresó en 1992. La aerolínea tiene la red más importante de servicios de pasajeros en el mercado colombiano, con conexiones a 31 destinos y unas 640 operaciones a la semana. Estas cifras la convierten en un buen partido para cualquiera que esté buscando con quién casarse.



Su reputación de confiabilidad y su especialización en el nicho de los viajeros de negocios le dan una sólida posición. La marca es reconocida y los clientes son leales. El clima laboral dentro de la organización es poco propenso a la confrontación.



Por encima de todo, tiene las rutas de Bogotá a Miami y de Medellín a Miami. Para cualquier interesado en esas rutas, la mejor manera de hacerse a ellas es comprárselas a Aces.



Es fundamental que Aces defina con agilidad quién será su nuevo socio, ya que en el sector empresarial hay la sensación de que se ha demorado innecesariamente en el proceso y se teme que suceda lo mismo con la decisión final. Un proceso ágil y sin contratiempos es fundamental para mantener el aprecio y la lealtad de los seguidores de la aerolínea.

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