En este artículo presentaremos algunas claves determinantes a la hora de impulsar el buen desempeño de un directivo.Lo primero: la experienciaAristóteles decía que quienes debían gobernar una sociedad eran las personas con experiencia, tan necesaria en el gobierno de las empresas, así como la pausa, moderación y prudencia. Muchos directivos, con el ímpetu que otorga la juventud, creen que solamente los conocimientos bastan a la hora de tomar decisiones y la realidad demuestra que no es así, porque se requiere, además, del criterio, el juicio y la evaluación de las circunstancias de cada momento. Los pensadores clásicos denominaron a estas condiciones como prudencia, es decir, el pensar, luego discernir y, por último, actuar.Lea también: ¿Cuál es el modelo de emprendimiento del fundador de Tesla Motor, Elon Musk?La prudencia se alimenta de la reflexión, la discusión y el consejo. Una persona prudente asimila las palabras de Aldous Huxley quien decía que la experiencia no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Por esta razón, la experiencia no viene dada solo con los años sino con los aprendizajes que se derivan del tiempo. En este punto, el directivo debe aprender de sus fracasos y errores y convertirlos en una fuente de aprendizaje para la organización. John Browne, el CEO de BP, en los años 90 decía que si alguien iba a hacer algo una vez más, debía cerciorarse de hacerlo mejor que la primera vez.Tener un pensamiento estratégicoUn directivo debe ser capaz de monitorear permanentemente el entorno y de detectar lo que pasa en el mercado y con sus competidores. Es necesaria una mirada de balcón de la organización y, por supuesto, ver la empresa como un todo. Aquel directivo que no tenga una visión generalista de la organización y solo la entienda desde un campo funcional, está llamado a tomar decisiones parciales y basadas en una comprensión limitada de la realidad.Ser un buen políticoMuchos directivos consideran que el hecho de que exista la política en sus organizaciones es una anomalía, cuando en realidad nuestros estudios, mi actividad como profesor en Inalde Business School y la revisión de autores nos demuestra que no hay nada más natural que la política en las organizaciones. La razón se debe a que toda organización tiene áreas, relaciones de dependencia y recursos escasos que producen interacciones que, a su vez, generan tensiones. Por esta razón, un buen directivo debe aprender a gestionar el conflicto, a reconocer las diferencias y motivaciones entre las personas de las diversas áreas. El mejor remedio consiste en propiciar una cultura de la cooperación que evite los silos de poder, la concentración de la información y genere una cultura de confianza y dialogo en la organización.La regla Andrew CarnegieCarnegie dispuso que en su epitafio se inscribiera la siguiente frase: “Aquí yace un hombre que hizo fortuna por haber tenido la inteligencia de servirse de hombres más inteligentes que él”.Le recomendamos: ¿Por qué es tan difícil ser gerente general? ¿Qué debo hacer para triunfar?Es innegable que un buen directivo no depende de su trabajo personal para lograr los resultados. Por el contrario, sus logros están en cabeza de sus equipos, porque sus competencias no están en el hacer sino en el hacer-hacer, que significa hacer que otros hagan. Por tal motivo, un directivo poderoso es aquel capaz de compartir el poder y las responsabilidades con su equipo de colaboradores. La realidad de esta afirmación está dada por el simple hecho de que un gerente general tiene tantas demandas internas y externas que son muy pocas las cosas que puede hacer por sí solo y, por ello, es imprescindible que aprenda a confiar en su equipo y darle más responsabilidades.La liberación del tiempo del gerente general es para trabajar en la estrategia, en el modelo de negocio, en el diseño de la organización o en el desarrollo de la gente.Desarrollarse a sí mismoUn buen directivo debe dedicar mucho tiempo a la tarea de su propio mejoramiento personal y profesional; enfocar sus esfuerzos y energías en aprender a dirigir, lo cual se aprende a partir del acto mismo de dirigir. Este tipo especial de aprendizaje exige estudio, lectura y, especialmente, una actividad permanente de reflexión sobre sus interacciones y decisiones.Una buena manera de superar esta barrera es mediante el estudio, las reuniones de capacitación fuera de la oficina, asesorarse de un buen coaching externo que lo apoye en su proceso de desarrollo como directivo y, fundamentalmente, en el ejercicio diario de reflexión sobre su propio liderazgo. Esto se concreta en la autoevaluación evaluarse sobre las reuniones que dirige, las comunicaciones que realiza y la manera como interactúa con sus colaboradores, de tal forma que monitoree sus aciertos y yerros para trabajar en su propio mejoramiento.Lo fundamental: La humildadMuchos directivos pueden caer en la tentación de creerse celebridades sociales y pierden de vista que sus logros se deben a su equipo y no solamente a sus condiciones personales. Muchos olvidan su rol interno en la organización y se enfocan en lo externo. Muchas veces la vanidad los lleva a estar pensando en el nuevo salto a otra compañía y su carrera se convierte en un juego de escalera, lo cual impide desarrollar procesos consistentes de largo plazo. En este punto, un buen gerente general es aquel que entiende su organización como una misión que genera bienestar para él, para muchas familias y, en términos generales, para la sociedad.No se pierda: “Renuncia y sal a perseguir tus sueños…” (cuándo sí y cuándo no)