Incubadora Santander toma un nuevo vuelo. Luego de convertirse en el primer productor de huevos en el país, con un volumen de 4 millones de unidades diarias, cifra que alcanzará al finalizar el presente año, ahora se mete de lleno en el negocio de la producción y comercialización de gallina.Hace un par de meses, la empresa puso en funcionamiento una moderna planta para el sacrificio de esta ave, con el fin de convertirse en el principal jugador de un negocio que mueve al año en el país unos $400.000 millones.La compañía espera capturar alrededor de 30% de este mercado, que se encuentra muy atomizado. Esta meta se la ha trazado para un periodo de dos años, con la proyección de alcanzar ventas por un monto cercano a los $120.000 millones, 40% de los cuales provendrán de grandes superficies, canal al que acaba de ingresar con la marca Gallina Kampeona, pero que a partir de enero del próximo año pasará a ser Doña Sabrosa.Visite: Los ‘huevos millonarios‘ de Incubadora SantanderJuan Felipe Montoya, presidente de la organización, señala que uno de los objetivos principales es empezar a formalizar un sector que tiene amplio potencial, pues en Colombia el consumo de este producto es muy bajo frente a otros mercados como México y Perú.En el país se consumen entre 2,7 millones y 3 millones de gallinas mensuales; más o menos 80% de las mismas se producen en plantas de sacrificio que no necesariamente cumplen con temas de salubridad. Incubadora invirtió US$5,5 millones en el montaje de la factoría en la que puede sacrificar 2.500 aves por hora y que está ubicada en el norte del departamento del Cauca. Actualmente produce entre 350.000 y 400.000 gallinas al mes.Si bien Montoya reconoce que se trata de una oferta ilimitada, pues las aves utilizadas para el negocio son aquellas que terminan su ciclo productivo, es una idea disruptiva que apunta a llevar a la firma santandereana a convertirse en uno de los grandes jugadores en el negocio de proteína animal.La compañía espera terminar el año con ventas superiores a $30.000 millones en esta línea de negocio y más de $420.000 millones en ingresos totales.La planta está certificada para realizar exportaciones; sin embargo, por ahora la empresa está concentrada en satisfacer la demanda nacional, aunque no descarta a futuro buscar posibilidades en mercados como el peruano, uno de los de mayor consumo de este producto en la región.Además de procesar sus propias aves, la empresa ya ha establecido negocios con por lo menos 40 proveedores, esto con el fin, dice Montoya, de darle un valor real al mercado. Una gallina de 1,5 kilos puede costar entre $14.000 y $15.000.Le puede interesar: Colombianos consumen en promedio 252 huevos y 30 Kg de pollo al añoPortafolio fortalecidoEsta nueva línea de negocios entra a fortalecer el amplio portafolio que hoy tiene la organización. Por un lado, la producción de huevos, que es el core de la empresa. En este negocio recientemente inauguró una planta, también en el Cauca, para producir huevo pasteurizado. La fabricación de este producto se realiza tanto en forma líquida como en cáscara. En este segmento compite con por lo menos siete plantas que ya hay en el mercado.En esta factoría la compañía invirtió US$8 millones y en actualmente produce 300 toneladas mensuales, pero posee capacidad para procesar 600. La proyección es tener la planta al tope en diciembre del próximo año.“La empresa no montó esta factoría para quitarles el negocio a las otras empresas, sino que hay todo un universo para poder crecer. Los países industrializados tienen casi 40% de su producción de huevos en cáscara pasteurizados, mientras en Colombia es de apenas 2%.Le puede interesar: Emprendedores producen llamativos huevos azules en una granja de Caquetá“Hoy las panaderías de barrio aún no consumen este tipo de productos y por ello este será el siguiente desafío”, dice Montoya, al confirmar que el mercado institucional representa 15% de las ventas de la empresa.Otra de las inversiones realizadas en los últimos meses es la de la planta de producción de energía. Se trata de un sistema de generación a partir de la gallinaza, el primero de su género en el país.Montoya tiene claro que se debe impulsar el desarrollo de estas fuentes no convencionales de energía, contribuyendo así a minimizar la emisión de gases de efecto invernadero.Cada biodigestor instalado tiene un costo de US$4 millones; es decir, que cada mega que la empresa produce de energía tiene ese costo, explica Montoya, quien destaca la labor realizada por la empresa en el Cauca, donde genera 700 empleos de los 2.000 que tiene en todo el país.Otra destinación de recursos en los últimos años se ha dirigido a incrementar la producción de huevo. Por cada millón adicional, la compañía destina unos $80.000 millones.Recomendado: ¿Qué pasa con la industria láctea, la avicultura y el desperdicio en Colombia?Estas apuestas se dan en momentos en que el mercado registra una sobreoferta; aunque se vende todo, los precios se mantienen a la baja. Cabe recordar que esta es una industria que ha realizado permanentes inversiones en diferentes regiones del país, lo que ha aumentado no solo la producción de huevo sino también de pollo.Montoya tiene claro que en corto tiempo debe darse un reacomodo del mercado, pues como sucede en muchas otras categorías, los discounters están ganando terreno frente a las grandes superficies, aunque para el caso de Incubadora, las tiendas siguen siendo el principal canal de comercialización, seguido del mercado institucional y las grandes cadenas. Hoy las 45.000 tiendas en las que comercializa los huevos representan 65% de las ventas. Se trata de una industria muy atomizada, en la que 20 jugadores tienen alrededor de 50% del mercado; los demás son muy locales. En huevos, por ejemplo, hay 1.800 productores. Es una industria de cerca de 34 millones de huevos que se consumen al día.De esta forma, Incubadora se la juega por continuar extendiendo sus “alas”, no solo a nuevos negocios, sino a otras regiones del país donde las oportunidades están servidas para seguir creciendo.Hacia el magdalenaLos planes no se concentran solo en el Cauca. La agenda de las inversiones una vez terminadas las del suroccidente del país se dirige hacia el Magdalena Medio. Juan Felipe Montoya es socio de la compañía de logística OPL, la cual tiene una posición en el Río Magdalena a la altura de Gamarra. Esta empresa es socia del tren Holtrade. OPL prevé la construcción de su propio puerto en Gamarra, el cual se llamará Sociedad Portuaria Las Marías y ya cuenta con las licencias necesarias para empezar la construcción. Incubadora tiene interés en montar en esta zona un centro productivo. El proyecto empezará a montarse una vez se destrabe todo el tema de vías de cuarta generación en la zona, con la idea de aprovechar las ventajas competitivas que le dará la cercanía al puerto para la importación de insumos y traslado de los productos por la región. Este centro se hará de forma orgánica y el objetivo es que pueda estar listo en unos tres años. “Cada vez tiene más sentido instalarse en el Magdalena Medio, las empresas deben estar ahí”, asegura.Recomendado: Así se fortalece la mayor productora de huevos de Colombia