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Colaboración

Maximice el good will

Estrategia para proteger el capital intelectual de las empresas.

Tatiana López Romero*
8 de mayo de 2007

Habíamos anunciado el tema de la gestión adecuada del conocimiento, mediante el diseño de estrategias que se dirijan a proteger la totalidad del capital intelectual con el que cuentan las empresas.

El Capital Intelectual (CI) cubre la totalidad del conocimiento e información al interior de las empresas, y constituye una parte primordial de sus activos intangibles. En virtud de lo anterior, se entiende que componen el CI el conocimiento general de los empleados, sus habilidades y experiencia, los signos distintivos, los productos y procesos, la cultura organizacional de la empresa y su liderazgo tecnológico, entre otros.

 

Como se puede apreciar, los componentes del CI pueden o no ser apropiables por vía de los derechos de PI, y puede incluso que no se reflejen en el balance financiero de la empresa. Lo que se quiere resaltar es que, por su alcance tan amplio y tan diverso, y dentro del contexto de la economía del conocimiento, es urgente determinar la estrategia apropiada para brindarle toda la protección que requiere. Un diseño que se ajuste a las necesidades particulares de la empresa, de la mano de su correcta implementación, revertirán en el mayor valor y crecimiento de la empresa, objetivo común a todos aquellos que se animan a convertirse en empresarios.

De los ejemplos enunciados arriba se observa la naturaleza diversa y compleja del CI: comprende activos protegidos por la PI, como los signos distintivos (marcas, lemas comerciales, etc.), hasta el conocimiento que cada empleado adquiere en la empresa y se lleva a su casa cuando termina el horario de trabajo. La estrategia que se adopte debe combinar mecanismos de diferente naturaleza de manera que cubran los diferentes componentes del CI.

La propuesta es la siguiente:

1) Protección vía Derechos de Propiedad Intelectual: Es necesario crear conciencia sobre la necesidad de utilizar esta herramienta, sobre todo cuando se entiende su importancia como herramienta de comercialización del conocimiento de una empresa. Si su empresa emplea un signo distintivo para identificar los productos o servicios que ofrece en el mercado, pero no lo ha registrado como marca, aún esta a tiempo. Si además, ese producto ofrecido es novedoso y representa la posibilidad de ampliar el mercado o de obtener grandes ganancias, valdría la pena solicitar el privilegio de patente sobre el mismo para explotarlo económicamente por los próximos 20 años de manera exclusiva. No obstante, si prefiere mantener en secreto la forma en que se obtiene dicho producto, un adecuado manejo del secreto industrial mediante acuerdos de confidencialidad y restricciones al acceso de dicha información serían la solución adecuada. Las posibilidades son infinitas y el registro de los derechos (cuando sea necesario) es un trámite sencillo, no es costoso y por lo general es ágil.


2) Inversión en el Good Will: Debe entenderse por esta expresión el prestigio o reputación que la empresa tiene entre sus clientes, proveedores, y el mercado en general. Y esa reputación o prestigio generalmente reside en los signos con los cuales la gente asocia a la empresa, es decir, su nombre comercial, su marca, el lema con que la acompaña, etc. Por esta razón, se resalta nuevamente la necesidad de obtener el registro de la marca y de los signos distintivos de la empresa, ya que están directamente relacionados con su Good Will.

 

¿Y cómo lograrlo? Aparte del registro marcario, se debe invertir principalmente en la satisfacción de los clientes: abrir la posibilidad de conocer sus quejas, sugerencias y reclamos, crear mecanismos expeditos de solución de conflictos, capacitar al personal de ventas y de atención al cliente para que siempre ofrezca el mejor servicio.

 

Adicionalmente, se deben dirigir esfuerzos hacia la participación y patrocinio en eventos sobre asuntos relevantes para el mercado, e incluso desarrollar un sello particular con el cual la gente se pueda identificar: algunos no prueban sus productos en animales, otros utilizan materiales reciclables y algunos invierten en desarrollo social. Todas estas medidas, entre muchas otras, contribuirán a crear una imagen favorable de la empresa y sus productos. La inversión y maximización del Good Will aumenta el valor de todo el CI de la empresa, y, contrario a las modalidades de protección de la PI, no caduca.

3) Estrategias relacionadas con los empleados: El conocimiento de los empleados es algo que entra y sale de la empresa al tiempo que empieza o termina la jornada laboral. Aunque su difusión se puede controlar mediante acuerdos de confidencialidad, restricciones de acceso a determinadas áreas o procesos de la empresa, la mejor herramienta para controlar su movilidad es la lealtad de los empleados. Esa misma lealtad y sentido de pertenencia a la empresa es la clave para que haya un mejor desempeño, una mayor voluntad de compartir su conocimiento con la empresa y en consecuencia, generar mayor innovación. Incentivos como la participación en las regalías que se obtengan por la comercialización de un producto creado por el empleado, o bonificaciones dependiendo de la cantidad de productos nuevos que desarrolle, son recomendables. Igualmente, es importante proveer la capacitación necesaria para concientizar a los empleados de la importancia del CI y su protección.

Reitero que las posibilidades y las combinaciones son infinitas, pero las tres de la propuesta son el presupuesto mínimo para comenzar a reconocer el valor del CI al interior de las empresas y lograr una fórmula adecuada de protección.

En lo que a PI concierne, en adelante seguiremos escribiendo sobre las diferentes modalidades de protección, cubriendo las relacionadas con nuevas invenciones y también los signos distintivos y la información confidencial. Hasta entonces.

*Consultora en Propiedad Intelectual, Clarke, Modet & Cº,Colombia
tlopez@clarkemodet.com.co