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Una razón más para odiar el spam: Afecta el ambiente

15 de abril de 2009

SAN FRANCISCO  — Si había muchos motivos como para odiar el spam, como se denomina al correo basura o a los mensajes no solicitados enviados a veces en cantidades masivas, hay uno más: es perjudicial para el ambiente.

Un informe difundido el miércoles por la empresa de seguridad electrónica McAfee Inc. dice que el spam generó 62 billones de correos electrónicos en el 2008, que desperdiciaron energía suficiente como para abastecer a 2.400.000 hogares estadounidenses durante un año.

El informe calculó el poder computacional necesario para procesar el spam, desde delincuentes electrónicos que envían sus andanadas hasta proveedores de Internet que los transmiten y los usuarios que los miran y los borran.

El informe concluye que la electricidad necesaria para procesar un solo mensaje de spam representa 0,3 gramo de anhídrido carbónico en la atmósfera, el equivalente a manejar una distancia de un metro (tres pies) en un automóvil.

"Aunque el spam que llega al buzón electrónico de un individuo apenas representa una pequeña ráfaga de anhídrido carbónico, esa ráfaga multiplicada por millones de usuarios cobra volumen", escribió McAfee. La empresa se basó en datos generados por ICF International Inc., compañía consultora de energía y el ambiente.

El informe halló que casi el 80% de las emisiones provocadas por el spam se deben a la energía que las computadoras personales consumen cuando los usuarios miran, borran o revisan la lista de mensajes no deseados para ver si entre ellos hay alguno legítimo.

McAfee dice que a los usuarios les demora tres segundos ver y borrar un mensaje de spam. Aunque los usuarios ni siquiera ven la mayoría de los mensajes debido a filtros avanzados, la gente pasa mucho tiempo —100.000 millones de usuario-hora por año— lidiando con los mensajes que aparecen en sus buzones, calcula McAfee.

La conclusión es significativa porque la mayoría de los correos electrónicos son spam. Las cifras más recientes de Microsoft Corp. indican que los mensajes no deseados representan el 97% de todos los correos.

Pero hay un terreno en el que los que envían esos mensajes no deseados pueden enorgullecerse.

Los que lo practican deben limitar el tamaño de sus agregados para evitar detección, por lo que sus mensajes terminan consumiendo mucho menos energía que los correos legítimos. El informe de McAfee calcula que las emisiones causadas por procesar una sola pieza de correo electrónico legítimo son de unos 4 gramos de anhídrido carbónico —13 veces más que las emisiones del spam— debido a que los usuarios los tienen más tiempo abiertos y les incorporan archivos más voluminosos.

 

(AP)