Home

Noticias

Artículo

Un año de "tijeretazos" sociales en la UE para calmar a los mercados

Para corregir su deuda pública y calmar a los mercados, los gobiernos europeos han emprendido este año severos "tijeretazos" sociales que van desde el retraso de la edad de jubilación hasta la supresión de diversas ayudas, medidas que han generado malestar entre la población y oleadas de protestas.

23 de diciembre de 2010

Bruselas.- La austeridad presupuestaria ha dado marcha atrás a logros del Estado del bienestar no sólo en los países "periféricos" de la UE -Grecia, Irlanda, Portugal y España-, sino también en las economías más poderosas de la UE: Alemania, Reino Unido y Francia.

Casi todos estos gobiernos han optado por endurecer las condiciones de acceso a las pensiones, a lo que han añadido, en función de su situación, el adelgazamiento del funcionariado, la eliminación de subsidios sociales o el encarecimiento de la educación pública, entre otras medidas.

Francia y Grecia ya han aprobado el retraso de la edad de jubilación hasta los 62 y los 65 años, respectivamente, mientras que España prevé elevarla hasta los 67, Reino Unido hasta los 66 e Irlanda hasta los 68.

En el caso de Francia, que contaba con la edad de jubilación más baja de toda la UE (60 años), el límite para cobrar la pensión sin descuentos se elevará a los 67 años, desde los 65 actuales.

Los recortes también han hecho mella en un amplio elenco de ayudas para los sectores más desfavorecidos, como los desempleados de larga duración, que en España han visto suprimida la ayuda de 426 euros, y en Alemania dejarán de recibir subsidios por maternidad y las contribuciones estatales para sus pensiones.

España ha eliminado el "cheque-bebé", y el Reino Unido acabará con las ayudas por hijo para las familias con mayor renta.

Irlanda, por su parte, prevé un recorte general de 3.000 millones en prestaciones sociales durante los próximos cuatro años, mientras que Francia abolirá ciertas ayudas a la vivienda y exenciones fiscales "verdes", y rebajará las indemnizaciones por baja laboral.

En este mismo ámbito, el Ejecutivo español aprobó una reforma legal que generó un gran rechazo de los sindicatos por incrementar el control sobre los desempleados y trabajadores y abaratar los despidos.

Grecia e Irlanda, los primeros países en recurrir a la ayuda financiera de la UE, han aplicado subidas de impuestos, al igual que Reino Unido, Italia, Portugal o España, que incrementará las tasas sobre el tabaco.

El funcionariado ha sido el otro gran sacrificado para reducir el gasto público en numerosos países. En Grecia y España ha sido objeto de recortes salariales, mientras que otros países disminuirán los puestos en la administración a corto y medio plazo.

Reino Unido prevé eliminar hasta 500.000 trabajos en la administración, Francia acabará con 200.000 plazas, Irlanda con 25.000 y Alemania, con 15.000.

Tan drásticas medidas fueron respondidas con huelgas generales en Francia, Grecia y España, a las que se sumaron diversas movilizaciones y protestas en toda la UE, en ocasiones acompañadas de incidentes violentos e incluso víctimas mortales, en el caso griego.

Además, los estudiantes protagonizaron concentraciones masivas en Reino Unido, para protestar contra la triplicación de las tasas universitarias y el recorte de ayudas a los alumnos con menos recursos, así como en Francia.

En contra de la doctrina de las instituciones comunitarias, los sindicatos europeos creen que la estrategia de austeridad conducirá a una frágil recuperación y debilitará aún más al empleo, de modo que los trabajadores seguirían pagando de su bolsillo la factura de la crisis financiera y económica.

La Confederación de Sindicatos Europeos (CES) propone más medidas de estímulo financiero, una reducción de la deuda pública a menor ritmo que el marcado por Bruselas o la imposición de tasas sobre las transacciones financieras y los beneficios de las empresas.

Los representantes de los trabajadores europeos defendieron esta postura en una "euro-manifestación" en Bruselas el pasado 29 de septiembre, y amenazan con seguir llamando a la movilización hasta que se tengan en cuenta sus reivindicaciones.

 

EFE