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Sindicatos e izquierda españoles protestan contra reforma de la Constitución

Los principales sindicatos de España convocaron protestas contra la reforma de la Constitución pactada por el Gobierno y el principal partido de la oposición para incluir la exigencia de estabilidad presupuestaria en las administraciones públicas.

29 de agosto de 2011

La Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO), a quienes se unieron partidos de izquierda como Izquierda Unida (IU), convocaron una manifestación en Madrid para el próximo 6 de septiembre, así como protestas para esta semana, en vísperas de que el viernes se vote la reforma en el Congreso de los Diputados (cámara baja del Parlamento español).

La marcha prevista en Madrid recorrerá las zonas más emblemáticas del centro, entre ellas la Puerta del Sol, convertida en icono del movimiento 15-M de los "indignados".

Los sindicatos pidieron a los parlamentarios españoles que se pronuncien en contra de la reforma y que, en caso de que finalmente salga adelante, sea sometida a un referéndum, una opción que rechazan tanto la dirección del gubernamental PSOE como el opositor Partido Popular.

Para estas organizaciones sindicales, la reforma impone "una grave limitación" a la capacidad de autogobierno de las diferentes administraciones públicas, y constituye, además, una "amenaza permanente" para las prestaciones y las instituciones del estado de bienestar, las políticas sociales y la cooperación para el desarrollo.

Socialistas y conservadores abrieron el pasado viernes el procedimiento legal para establecer en la Constitución la exigencia de alcanzar un déficit público cercano a 0 en el año 2020, tras apenas dos días de negociación.

La rapidez del procedimiento, y la sospecha de que la reforma ha sido dictada desde el Banco Central Europeo (BCH) y desde Alemania, el único país de la Unión Europea que ya tiene en su Carta Magna un límite al déficit público, llevaron a que se elevaran numerosas voces disidentes en el seno del PSOE, que se sumaron a las protestas sindicales y de partidos de izquierdas.

La urgencia del procedimiento era necesaria para poder aprobar la reforma antes de la disolución de las Cortes, el próximo 27 de septiembre, debido a la convocatoria de elecciones generales para el próximo 20 de noviembre.

Las discrepancias llevaron al jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al candidato del PSOE para las elecciones del 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, a convocar para hoy una cargada agenda de reuniones para convencer a todos los cuadros del partido, especialmente a los más reticentes, de las bondades de la reforma de la Constitución pactada con el PP.

En una primera reunión esta mañana con la Ejecutiva Federal, Zapatero explicó a la cúpula del partido las razones que le llevaron a lanzar la reforma, entre ellas la de dar confianza a los mercados sobre la economía española.

Por su parte, Rubalcaba informó de sus gestiones para que no se plasmara ninguna cifra concreta de déficit en la Carta Magna, una salida que logró aplacar a muchos de los críticos en el partido.

Tras dicha reunión, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, aseguró que no tiene ninguna duda de que tanto los diputados como los senadores socialistas expresarán esta noche -en otro encuentro programado- su apoyo "rocoso" a la reforma.

Iglesias dijo que ésta obtuvo el "respaldo total" por parte de la Ejecutiva Federal y se mostró convencido de que la reforma transmite "un mensaje de unidad y de cohesión al mundo económico de cara a las turbulencias que puedan venir en otoño".

El "número tres" del PSOE dijo a su vez que tanto Zapatero como Rubalcaba coincidieron en explicar que tener unas cuentas públicas saneadas y estabilizadas es una garantía para poder aplicar políticas sociales.

Rubalcaba se entrevistó más tarde con los dirigentes territoriales del partido, mientras que esta noche serán los parlamentarios socialistas quienes se reúnan para mantener un debate interno antes del pleno del próximo martes. 

(EFE)