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Sin rigurosos estudios del suelo, el Metro de Bogotá sufriría nuevos ajustes en los trazados

Según especialistas que han trabajado en el desarrollo de otros Metros en ciudades capitales, el conocimiento de los terrenos es fundamental para evitar cualquier tipo de retraso en las obras o rediseño de las líneas.

31 de mayo de 2010

Tras el reciente anuncio del Distrito y Planeación Nacional, de que los vagones de la primera línea del Metro de Bogotá ya no arrancarán en el portal de las Américas sino en San Victorino e irán hasta la calle 170, han surgido reacciones de algunos expertos.

 

Representantes de Alamys, una organización española encargada de facilitar el intercambio de experiencias y tecnologías entre América Latina y la península ibérica, quienes sostienen que es fundamental desarrollar estudios de Geotecnia (conocimiento del suelo), así como de servicios de acueducto, alcantarillado y redes de electricidad; de lo contrario los trazados seguirán sufriendo ajustes y cambios.

La visita de estos expertos españoles fue con el objetivo de impulsar los dos grandes proyectos que tiene Bogotá en el ámbito de los Ferrocarriles Metropolitanos, es decir el FFCC de Cercanías y el Metro, que en el marco de un  pueden representar un paso trascendental para mejorar la movilidad en la capital.

Pero ahora, con los ajustes que sufren los primeros trazados de este mega-proyecto, la firma del acuerdo que le abrirá paso al Metro quedó aplazada por unos días, pero Aurelio Garrido, secretario general de Alamys, explica que es fundamental desarrollar rigurosos estudios de geotecnia (conocimiento del suelo), así de los servicios de acueducto y alcantarillado, redes de electricidad y demanda del servicio a futuro; de lo contrario, los trazados seguirán sufriendo ajustes y cambios.

Por otra parte, la primera línea del Metro de Bogotá, que originalmente comenzaba en el portal de las Américas, en el suroccidente, y finalizaba en la calle 127 con Novena, en el norte de la capital del país, también tendrá cambios en las próximas semanas, pero Rojo Garrido sostiene que sólo los estudios de geotecnia junto con las características del desarrollo urbanístico de la ciudad, los que permiten elaborar el diseño básico de cada línea.

Una vez resuelto esto, se debe tener en cuenta la potenciación y facilitación de la conexión entre los diferentes sistemas de transporte como uno de los aspectos prioritarios para alcanzar la rentabilidad económica y social en esta clase de mega-proyectos. Así se obtendrá el trazado idóneo para las infraestructuras escogidas.

‘Hoy en día no se concibe una ciudad de las características de Bogotá sin un SITP  en el que convivan Autobus, Metro y Cercanías, coordinados dentro de un marco multimodal y tarifariamente integrado’, asegura Aurelio Rojo Garrido, secretario general de Alamys y representante de Metro Madrid.

Otros factores que influyen

Es importante anotar que en el nuevo trazado del Metro, los vagones iniciarán su recorrido en San Victorino, en pleno corazón de la ciudad, y tomarán el norte, por las carreras 11 y 13, hasta culminar -en primer lugar- en la calle 127 con Novena. Todo ese tramo será subterráneo. Luego, ya sobre la superficie y aprovechando el corredor férreo existente a lo largo de la Novena, el Metro continuará desde la 127 y terminará en la calle 170, una zona de alto crecimiento poblacional.

Pero según los consultores de Alamys, no solo el crecimiento poblacional debe ser una premisa para definir las rutas, pues las consideraciones de tipo ambiental son básicas para cada uno de los trazados propuestos. ‘Es importante trabajar en un proyecto constructivo con un grado de rigor que permita licitar las obras detalladamente, para eliminar incertidumbres y poder comparar las diferentes ofertas y seleccionar la mejor desde puntos de vista como: Calidad, precio, plazo y aspectos de seguridad’, explica Rojo Garrido, de Alamys.