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Silencio colombiano ante decisión de Asamblea venezolana

La Asamblea, controlada por el oficialismo venezolano, aprobó el jueves respaldar la propuesta de Chávez de "solicitar al gobierno colombiano reconocer el carácter beligerante de los movimientos insurgentes (colombianos)... como señal de voluntad en darle un trato político que genere confianza en las futuras negociaciones, en el camino a la paz en Colombia".

18 de enero de 2008

Bogotá.- El gobierno del presidente Alvaro Uribe guardaba silencio el viernes, mientras analistas divergen sobre los efectos del respaldo que la Asamblea Nacional de Venezuela dio al presidente Hugo Chávez para que Colombia y la comunidad internacional consideren a las guerrillas colombianas como ejércitos beligerantes.

El gobierno de Uribe ha dicho que podría reconocer ese carácter beligerante si las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se comprometen en un proceso de negociaciones de paz.

La decisión de la Asamblea venezolana no fue comentada de inmediato por las autoridades colombianas, mientras políticos, ex cancilleres y analistas consultados por la AP telefónicamente estaban en desacuerdo sobre los efectos de la medida legislativa venezolana: mientras algunos aseguran que carece de efectos prácticos, otros estiman que es la puerta para que Caracas apoye abiertamente a las FARC.

"Eso de la Asamblea no tienen ningún efecto, lo único es que pueda haber es un indicador de que Chávez esta empeñado en seguir, digamos, con estas actitudes muy agresivas" hacia Colombia, dijo el ex canciller Rodrigo Pardo.

Agregó que las relaciones bilaterales están "en su peor momento" por "la suspensión total de comunicación entre los dos presidentes" y porque ambos "están en dos polos opuestos y tienen una posición irreconciliable sobre el tema de la participación de Chávez en el acuerdo humanitario".

Una declaratoria de beligerancia se produce si se cumplen requisitos como que el grupo armado tenga dominio total sobre una porción de territorio, lo administre y tenga "respeto al derecho internacional humanitario...aquí no se dan estos requisitos, me parece simplemente que lo que hizo la Asamblea venezolana es una postura de respaldo al señor Chávez, pero las condiciones para declarar esa beligerancia no va en este caso", dijo por su parte Jaime Bernal Cuéllar, ex Procurador General colombiano.

Ese estatus de beligerancia no figura en ningún tratado o instrumento jurídico internacional, ni hay normas enumeradas para otorgarlo, explicó Vicente Torrijos, politólogo de la Universidad del Rosario. Es, dijo, una vieja práctica política que significa que un gobierno reconoce que una fuerza armada insurgente controla un territorio y es un interlocutor válido oficial. Ese reconocimiento abre la puerta para que ese gobierno que lo otorga se declare neutral ante un conflicto y pueda abiertamente, por ejemplo, dar apoyo financiero al grupo rebelde. En 1979 Colombia otorgó ese estatus al Sandinismo en Nicaragua, dijo.

Agregó que a su juicio ya Caracas dio ese reconocimiento a las FARC y al ELN porque "no se necesita ir a un notario para certificar el reconocimiento (de beligerancia), es una decisión política" ya tomada por Venezuela. "Es la conducta más hostil de Chávez porque es reconocer al principal enemigo" de Bogotá: los rebeldes", aseguró.

El senador Germán Vargas, presidente del partido liberal Cambio Radical, advirtió en una entrevista con la emisora W que la medida de la Asamblea, "Dios no lo quiera", podría pavimentar el camino para un apoyo financiero y militar abierto de Caracas a las FARC.

"Vemos con enorme preocupación la posibilidad que otras países puedan proceder en igual sentido", acotó.

 

 

AP