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Se multiplica volumen de suministro de sustancias ilícitas entre 2001 y 2007

27 de mayo de 2008

Bogotá.- A medida que las compañías se expanden por el mundo, subcontratan las operaciones de negocios y adquieren nuevos sistemas de TI, se vuelven más vulnerables al fraude, dado que resulta relativamente fácil, barato y por más tiempo almacenar información en medios electrónicos, lo que incrementa el riesgo de un fraude debido al aumento en el volumen. Esta advertencia aparece en el último reporte de Kroll, la compañía especialista en riesgos.


En este informe se citan las estadísticas de países latinoamericanos donde se demuestra que el 25% de los medicamentos que están en el mercado de los países en vías de desarrollo son falsificaciones, según la Organización Mundial de Salud (OMS). Igualmente, destaca el creciente peligro de fraude a la cadena de suministro de los negocios en todo el mundo.


Las grandes compañías se vuelven “empresas cada vez más expandidas”, pues se han globalizado, subcontratando servicios, sometiendo sus procesos de negocio a una reingeniería; se han aproximado más a sus socios de negocios y proveedores y han especializado sus funciones. El resultado las hace más complejas y las expone a una variedad de fraudes que van desde el simple robo hasta el falseamiento del inventario con el fin de engañar a los inversionistas y la falsificación, desviación al mercado gris y piratería. El 62% de las empresas latinoamericanas presenta pérdidas por encima del 3% de sus ingresos anuales debido a la falsificación y adulteración de productos.


“El fraude prolifera en la complejidad y las compañías enfrentan este problema desde el principio, en cada uno de los factores que intervienen en sus operaciones: materia prima, producción y distribución”, afirmó Andrés Otero, Gerente General de Kroll. “En la actualidad, las cadenas de suministro son una red compleja y multifacética de relaciones y procesos que a menudo se extienden por varios continentes a medida que las compañías crecen y alcanzan dimensiones globales.”


Un sector que ha sufrido importantes problemas, con consecuencias catastróficas es la industria farmacéutica. Esta vulnerabilidad se deriva de sus patrones de producción, distribución y ventas, cada vez más complejos. De acuerdo con la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, Food and Drug Administration), el volumen de sustancias ilícitas en la cadena de suministro se ha multiplicado cinco veces entre 2001 y 2007. En este ámbito las farmacias electrónicas han llegado a hacer operaciones por US$6.000 millones al año. La Organización Mundial de Salud (OMS) estima que aproximadamente el 10% de los medicamentos que están en el mercado son falsificaciones.


Mientras las compañías luchan para dotar de seguridad a sus cadenas de suministro, los ladrones se esfuerzan igualmente en aprovechar sus puntos débiles. El robo interno, a lo largo de la cadena de suministro también constituye un riesgo importante, ya que los ladrones que atacan a las compañías no siempre vienen de fuera.


Existen señales de advertencia para detectar asuntos de fraude interno: selección anormal de proveedores, pagos hechos fuera del sistema normal de cuentas, patrones de pagos poco usuales, tarifas pagadas que no corresponden a las de las operaciones de la compañía en determinado mercado, encarecimiento inexplicable del estilo de vida, inconformidades o advertencias.


“Es importante que las empresas comiencen a tomar mayor consciencia sobre la importancia de la supervisión activa y efectiva para prevenir y combatir este problema; las cifras aumentan con el tiempo y los riesgos de pérdidas económicas serán cada vez mayores para las compañías. Siguen creciendo las deficiencias en los trayectos que la PI recorre dentro de las empresas, como procesos inadecuados para desechar los productos defectuosos y el almacenamiento de prototipos rechazados”, afirmó Andrés Otero, Gerente General de Kroll.


Las falsificaciones y la piratería han ganado terreno gracias a la delincuencia organizada como instrumento para financiar sus operaciones; de la misma manera, las medidas de protección legales aún están en etapa de evolución en los mercados emergentes, trayendo como consecuencia la existencia de delincuentes altamente sofisticados que utilizan el internet, los medios electrónicos y los tradicionales para obtener secretos empresariales, carteras de clientes e información confidencial corporativa.