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Royal pierde la calma frente a Sarkozy en debate presidencial

Finalmente, en un debate televisado que prometía ser dramático y cumplió con creces, Segolene Royal perdió la calma. La primera mujer que podría ganar la presidencia tuvo un arranque de ira hacia el final del debate, el único entre la socialista Royal y el conservador Nicolas Sarkozy antes de las elecciones del domingo.

2 de mayo de 2007

París.- Durante casi dos horas, el favorito en las encuestas para ganar la presidencia francesa provocó a su rival, con un toque de sarcasmo aquí, una observación sobre su pareja allá, todo en un tono de la mayor caballerosidad y llamándola siempre "madame".

En materia política, no hubo sorpresas en el debate de dos horas y cuarenta minutos. Discreparon sobre la manera de estimular la economía francesa, sobre si Turquía debe ser admitida a la Unión Europea, las pensiones francesas, el recorte o no de impuestos e incluso si se deben boicotear las Olimpíadas de Beijing debido al apoyo de China al gobierno de Sudán, acusado de cometer atrocidades en Darfur.

Sí causó sorpresa _y posiblemente daño a la causa de Royal_ que fuera y no Sarkozy quien perdiera la calma. Durante una campaña larga y a veces enconada, Royal ha tratado de presentar a Sarkozy como un hombre demasiado inestable e impetuoso para conducir una nación nuclear. El miércoles, frente a millones de televidentes, Royal se encolerizó cuando Sarkozy habló de niños discapacitados, acusándolo de "jugar" con el tema. "Estoy muy enojada", dijo Royal.

"Usted se altera muy fácilmente, madame", dijo Sarkozy. "Para ser presidente de la república hay que conservar la serenidad... No sé por qué la señora Royal perdió la calma". Los dos candidatos a la presidencia francesa nunca se han demostrado gran afecto, y casi desde el comienzo empezaron a sacarse chispas.

Royal, retrasada en las encuestas, se lanzó inmediatamente a la ofensiva al criticar el desempeño de Sarkozy como ministro del gobierno del presidente Jacques Chirac antes de renunciar para postular su candidatura. Royal vistió una chaqueta oscura; Sarkozy, traje y corbata. Pero las diferencias no sólo fueron de estilo.

El primer desacuerdo fue sobre la semana laboral de 35 horas, que los socialistas consideran un hito en la legislación social, mientras los empresarios la califican de freno para los negocios. Sarkozy quiere compensarla mediante una exención de impuestos sobre las horas extra para que la gente trabaje más. Dijo que la semana acortada fue un "error monumental" y observó que ningún otro país europeo la ha adoptado.

Royal defendió la semana de 35 horas y preguntó por qué el gobierno del cual Sarkozy fue ministro no la anuló si la consideraba tan dañina. Nuevamente, Royal interrumpió a Sarkozy. Varias veces acusó a Sarkozy _ex ministro de Economía y de Interior_ de no haber mejorado la situación de Francia cuando estuvo en el poder. "¿Qué hizo usted durante cinco años? Porque durante cinco años tuvo todo el poder. Hay un problema de credibilidad", dijo Royal.

Sarkozy replicó que el programa económico de la socialista era inviable e impreciso. Y para atacar a Royal aludió a su pareja, el padre de sus cuatro hijos, el titular del Partido Socialista Francois Hollande. "Francois Hollande dijo que no quiere a los ricos, lo cual es extraño", dijo Sarkozy, y añadió que Hollande "probablemente no se quiere a sí mismo".

 

 

AP