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Republicanos en Congreso EEUU trabajarán con la vista en 2012

Las iniciativas que impulsarán los republicanos en el Congreso, que el miércoles inicia sus sesiones con una nueva distribución de poder, podrían tener un impacto mayor en las elecciones presidenciales de 2012 que en la vida de la población en los próximos dos años.

2 de enero de 2011

Washington - Los republicanos quieren recortar el gasto público, revertir la reforma de salud del presidente Barack Obama y evitar que los funcionarios de agencias federales agranden la presencia del gobierno en la sociedad a través de normas que digan a la gente lo que puede hacer y lo que no.

Aprobar iniciativas en este sentido será probablemente más fácil para ellos en la Cámara de Representantes, donde tienen una mayoría de 241-194, que en el Senado, donde los demócratas aún son más a pesar de sus recientes derrotas electorales.

Pero aún si no logran nuevas leyes a su gusto, los republicanos podrán mostrar a los votantes dentro de dos años que intentaron tomar medidas para, en su perspectiva, mejorar la situación del país.

En la cámara baja, los republicanos también prometen realizar investigaciones y llamar a audiencias públicas sobre las medidas de Obama, luego de dos años en que las comisiones presididas por demócratas dieron un cheque en blanco al Poder Ejecutivo.

Los opositores dicen que se terminará el tono amistoso de los interrogatorios y que los funcionarios del gobierno deberán responder dos preguntas: ¿Para qué sirve este programa? y ¿Es la mejor manera de usar el dinero de los contribuyentes?

El principal investigador entre los republicanos es el representante Darrell Issa, que presidirá la comisión de Supervisión y Reforma del Gobierno y es uno de los más acérrimos críticos del paquete de estímulo económico de Obama.

Su colega Harold Rogers, a cargo de la comisión de Asignaciones Presupuestarias, dice que quiere que los directivos de las principales agencias del gobierno comparezcan a justificar sus gastos.

Por su parte, Fred Upton, que presidirá el panel de Energía y Comercio, asegura que intentará frenar a los entes reguladores que se excedan en sus controles. Uno de sus blancos será la Oficina de Protección Ambiental.

"Los republicanos tenemos que asegurarnos de presentar soluciones, aunque pueda ser difícil lograr que se implementen", dijo la representante electa Kristi Noem. La lección de las elecciones de noviembre, agregó, es que "el pueblo estadounidense reemplazará a aquellos que no estén en contacto con la realidad o no lo escuchen".

En el Senado, podría ocurrir que los demócratas pasen ahora a ser el partido del "no", papel que ocuparon los opositores en estos dos años. El oficialismo tiene 51 bancas en la cámara alta, donde hay 47 republicanos y 2 independientes. Sólo hacen falta 41 votos para frenar cualquier proyecto que sea aprobado en la cámara baja.

Hay otras razones por las que el temario republicano pueda tener un impacto mayor recién en dos años.

Una es que gran parte de los gastos del gobierno —como los subsidios sociales y las guerras de Irak y Afganistán— han demostrado ser demasiado riesgosos políticamente como para que alguien quiera recortarlos.

"La austeridad de los republicanos es una teoría que aún no ha sido demostrada", dijo Robert Bixby, director ejecutivo de la Coalición Concord, de monitoreo del gasto público. Bixby recordó que el republicano George W. Bush transformó en déficit el superávit que heredó del demócrata Bill Clinton.

Otra razón es que, más allá de sus promesas de contemporizar con la oposición, Obama se aferrará a su reforma de salud. Si los demócratas no frenan cualquier revisión en el Senado, el mandatario usará su poder de veto.

El mismo destino podrían correr otros intentos de revertir leyes importantes, como las referidas al calentamiento global.

AP