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Presidente Correa no conoce la derrota

24 de abril de 2009

GUAYAQUIL, Ecuador  — El presidente Rafael Correa podría incrementar aún más su ya amplia fortaleza política si como se espera gana en primera vuelta las elecciones del domingo, tras dos años de gestión en los que ha salido victorioso de todos los procesos electorales en los que ha participado él o su partido Alianza País.

El primer mandatario ganó las elecciones de 2006 con un discurso de "cambio" y de confrontación con los partidos tradicionales protagonistas de una década de inestabilidad política en la que Ecuador tuvo diez presidentes desde 1997.

Correa, que asumió el poder en enero del 2007, no solo rompió el récord de tiempo de gestión de un presidente en los últimos años sino que por primera vez, gracias a una reforma constitucional, podrá ser reelegido.

Además, en un hecho sin precedentes en la reciente política ecuatoriana, podría ganar a sus rivales en primera vuelta, según coincidentes encuestas que dan una ventaja de más de 20 puntos sobre el segundo, el ex presidente Lucio Gutiérrez, derrocado en abril de 2005.

Su otro opositor más visible es el magnate bananero Alvaro Noboa, de derecha, a quien ya venció en segunda vuelta en los comicios de 2006.

Correa, un economista de 46 años, que se define como "cristiano de izquierda", llegó al poder con la consigna de transformar política y económicamente al país con iniciativas como instalar una Asamblea Constituyente para que redacte una nueva Constitución que posibilitara esos cambios e instaurar en el país el "socialismo del siglo XXI".

La enorme popularidad de la que goza, prácticamente se ha mantenido intacta en dos años y ha permitido que sus proyectos sean aprobados con amplia mayoría.

Su idea de instalar una Asamblea Constituyente fue aprobada con casi el 82% de los votos, y posteriormente sus aliados ganaron 80 de los 130 escaños disputados en la elección de asambleístas en septiembre del 2007.

En septiembre del año pasado, la nueva Constitución fue aprobada con el 64% de los votos.

El domingo, Correa va por sus siguientes victorias: ganar la presidencia, conseguir mayoría en el legislativo y conseguir dominio en los gobiernos locales, aunque esa es el única instancia en la que la oposición podría tener un espacio.

Janet Quiroz, de 35 años, votará por Correa porque es parte de los agricultores favorecidos por su gobierno. "A los agricultores nos ha ayudado mucho, la urea nos llega a diez dólares (el quintal) cuando el precio era 37", señaló la mujer dedicada a la siembra de arroz en la población costera de Colimes.

Otros subsidios están vigentes como el de la pobreza, la vivienda y la electricidad.

Marcelo Enríquez, un taxista de 36 años, está casi seguro del triunfo de Correa pero se niega a darle su voto. "Quiere controlarlo todo, parece que nada le bastara y vive gastando la plata para ser más popular", opinó.

El margen de la oposición es muy limitado. A la falta de líderes del peso de Correa se suma que aparece fraccionada y sin propuestas.

El permanente ataque de Correa a banqueros, prensa, sectores oligárquicos o el blanco de turno, lo hacen ver como "prepotente" para unos o "bien parado" para otros.

El consultor político Jaime Durán cree que Correa debería asumir el posible triunfo del domingo "con modestia y reflexión" y abrir espacio al diálogo a sectores no oficialistas.

"Es un presidente que puede proyectarse hacia la historia como un gran presidente pero si es que es democrático y la democracia no solo es ganar las elecciones, es respetar a la oposición, a la diversidad, a los medios, saber aguantarse cuando le critican, hacer una sociedad moderna no una tiranía tropical", explicó.


(AP)