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Portugal se somete al examen de la UE en plena efervescencia política

Inmerso en una agria precampaña electoral, Portugal se prepara para pasar el primer examen de la Unión Europea (UE), que exige un difícil consenso nacional para tramitar el rescate financiero solicitado por el país la semana pasada.

11 de abril de 2011

Lisboa - Los primeros técnicos enviados por Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) empezaron a llegar hoy a Lisboa en medio de la gran expectación y el encontronazo político que ha causado la petición de ayuda, cuya negociación enfrenta nuevamente al Gobierno socialista y la oposición conservadora.

El inicio del examen internacional llega precedido por los deprimentes pronósticos que publicó hoy el FMI sobre la economía portuguesa, en cuyo rescate, con fondos calculados en unos 80.000 millones de euros, debe también participar este organismo.

El FMI prevé que Portugal sea el próximo año el único país de la zona euro en recesión, con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,5%, que en 2011 será aún mayor, del 1,5 %.

Además, el desempleo alcanzará este año un 11,9% y en 2012 una cifra récord para Portugal, del 12,4 %, combinada con un aumento de la inflación del 2,4 % en este ejercicio y del 1,4 % en el siguiente.

Los malos presagios del FMI caen sobre un país agobiado por la presión de los mercados, que no ha bajado pese a la petición del rescate y amenaza con encarecer aún más las emisiones de deuda, por unos 4.500 millones de euros, que debe realizar Lisboa mientras llega, hacia finales de mayo, la ayuda comunitaria.

Los intereses que penalizan la deuda soberana lusa a cinco años volvieron a superar hoy la barrera del 10 por ciento y el diferencial con el bono alemán subió a 717 puntos base.

Las obligaciones a diez años, las de referencia en el mercado, se mantenían en los elevados niveles de la última semana, en torno al 8,65%, frente al 3,5% de la deuda alemana.

El jefe de Estado portugués, el conservador Aníbal Cavaco Silva, anunció que ha completado sus contactos con los líderes de los partidos de la oposición sobre la "grave" crisis económica y financiera del país.

Cavaco, que la semana pasada pidió "imaginación" a la UE para conceder una ayuda provisional e inmediata para su país, subrayó la "necesidad urgente de recurrir a la asistencia externa para asegurar la financiación del Estado y de la economía".

Al hablar en un acto protocolar, el presidente pidió "unidad y cohesión" y consideró que "los sacrificios tienen que ser repartidos entre todos".

Cavaco ha defendido que el actual Gobierno socialista negocie sólo la ayuda inmediata que necesita Portugal hasta que salga un nuevo Ejecutivo de las elecciones anticipadas del próximo 5 de junio.

Pedro Passos Coelho, líder del Partido de Cavaco, el Social Demócrata (PSD, centroderecha), comparte esa opinión, aunque los socialistas se han mostrado decididos a negociar ya las condiciones del rescate portugués, como quiere también Bruselas.

Las señales públicas que han dado la Comisión y el Banco Central Europeo (BCE) apuntan a que Bruselas espera un consenso claro entre los partidos portugueses y que, sea cual fuere el resultado de las elecciones, se asuman de inmediato los compromisos que debe cumplir el país.

El primer ministro dimisionario José Sócrates, que renunció el 23 de marzo tras el rechazo de la oposición conservadora a su cuarto plan de austeridad, salió este domingo como gran vencedor del Congreso Nacional de los socialistas.

Sócrates ya había sido reelegido una semana antes secretario general con el 93 % de los votos y ha obtenido ahora un abrumador respaldo a su proyecto de programa, que será el esqueleto electoral del partido.

Sócrates y Passos Coelho, que se presenta ya como aspirante a primer ministro, mantienen las espadas en alto, con la oposición favorita de los sondeos de opinión, y se han a vuelto a reprochar las responsabilidades de la actual situación de Portugal.

El cuadro de efervescencia política que recibe a los delegados comunitarios se completa con las constantes salidas a escena de otros cuatro pequeños partidos que integran el arco parlamentario luso por la derecha y la izquierda, tan activos como los grandes.

 

(Efe)