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Población negra aumenta en Brasil y se perpetúan desigualdades, según censo

Los negros y mulatos por primera vez son mayoría en Brasil, al sumar 97 millones de personas, lo que contribuyó para perpetuar la enorme brecha de desigualdades en la sociedad, según datos del censo 2010 divulgados hoy por el Gobierno.

16 de noviembre de 2011

De los 191 millones de brasileños, el 47,7% (91 millones) declaró ser de raza blanca, 15 millones dijeron ser negros, 82 millones mulatos, dos millones amarillos y 817.000 indígenas.

La población del país envejeció cinco años en las últimas dos décadas y registró una edad media de 32,1 años, con una mayor proporción de ancianos blancos, mientras que los negros y mulatos registran las mayores tasas de población joven.

La fecundidad descendió a 1,86 hijos por mujer, frente a los 2,38 registrados hace una década, aunque en la región amazónica todavía se mantiene en niveles elevados (2,42 hijos).

La mortalidad infantil descendió hasta el 3,4% de fallecimientos en el primer año de vida, una tasa que alcanzaba el 23,3 por ciento hace 30 años, en 1980.

La tasa de analfabetismo de mayores de 15 años cayó 4 puntos porcentuales hasta el 9,6%, aunque la proporción de personas que no sabe leer aumenta en función de la raza (14,4% de los negros) y en las zonas rurales (23,2%).

La mitad de los brasileños vive con una renta per cápita menor a 375 reales (215 dólares), cifra inferior al salario mínimo (545 reales o 310 dólares).

Los blancos y asiáticos ganan salarios que rondan los US$900 de media, casi el doble que los negros y mulatos, que tienen ingresos de cerca de US$480.

El nivel de ocupación aumentó hasta el 53,3% de la población activa, aunque un 26,5% de los trabajadores está en condición irregular.

Las desigualdades se plasmaron en el índice de Gini, que en 2010 se situó en los 0,526 puntos, en una escala de cero a uno, en la que los valores mayores muestran una disparidad más honda entre ricos y pobres.

La brecha social se acentúa en las áreas urbanas, pero en las zonas rurales los indicadores de saneamiento básico han mejorado a pasos lentos.

El abastecimiento de agua potable alcanza al 91,9% de la población urbana y al 27,8% de la rural, mientras que la red de alcantarillado solo cubre al 32,8% de los domicilios en la Amazonía y a cerca de la mitad de las viviendas en el noreste y en las regiones del interior del país.


EFE