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Planes de estímulo Argentina no disipan temor por deuda

5 de diciembre de 2008

BUENOS AIRES- Los planes de Argentina para apuntalar su decreciente economía podrían mejorar las debilitadas cuentas fiscales, pero no alcanzan a disipar las dudas sobre la capacidad del país para hacer frente a los abultados vencimientos de deuda del 2009.

La preocupación por una nueva cesación de pagos en la tercera economía de América Latina resurgió a sólo siete años de la anterior, a medida que la crisis de crédito global empeoró el acceso al financiamiento del país.

Se espera que el inédito crecimiento económico que mostró Argentina en los últimos seis años llegue a su fin abruptamente en el 2009 por una caída de los precios internacionales de las materias primas y un menor consumo de la población.

El Gobierno de la presidenta Cristina Fernández reaccionó con un plan para tentar a evasores impositivos a regularizar su situación mediante una condonación, y con planes de pago fiscales a cambio de mantener las plantillas de empleo y las inversiones.

La consultora Economía & Regiones estimó que el Gobierno captará unos 2.900 millones de dólares el año próximo gracias a los perdones impositivos.

Estas medidas, junto con otras para reducir subsidios energéticos y la controvertida decisión de estatizar los fondos de pensión el mes pasado, aportarán más fondos al Gobierno para enfrentar las crecientes obligaciones financieras.

"Desde el punto de vista de los números, el Gobierno está bien, pero desde el punto de vista de la credibilidad, está mal", dijo el economista Orlando Ferreres.

"Y si la credibilidad es baja, es difícil gobernar y va a tener menos inversión, menos actividad, y posiblemente menos recaudación de IVA (impuesto a las ventas) y (a las) ganancias", agregó.

El Gobierno de centroizquierda de Fernández prometió un plan de obras públicas de 21.000 millones de dólares, que según el ministro de Planificación abarcará al menos tres años.

El jueves, Fernández anunció también un programa de 3.800 millones de dólares para estimular el consumo de la población y las inversiones mediante créditos baratos, que serán financiados en un 60 por ciento con dinero de los estatizados fondos de pensión.

No fue informado de dónde saldrá el resto del dinero.

"Las preocupaciones sobre la capacidad de pago crecieron ya que fondos que podrían haberse destinado para los servicios de deuda serán ahora utilizados para financiar al sector real", dijo el banco UBS en un reporte del viernes.

El Gobierno mantiene su compromiso de alcanzar un superávit primario de 3,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2009 y asegura que tiene los recursos suficientes para cancelar los 20.000 millones de dólares en vencimientos del año próximo.

¿SUICIDIO POLITICO?

La recaudación impositiva creció un 18 por ciento interanual en noviembre, en su menor expansión desde abril del 2006, mayormente por la contracción de los ingresos de las exportaciones.

Fernández redujo esta semana el tributo a las ventas externas de maíz y de trigo, pero dejó intacta la tasa del 35 por ciento que paga el principal cultivo del país, la soja.

La sorpresiva reestatización de los fondos privados de pensión hundió la confianza de los consumidores y de los hombres de negocios y sembró dudas en los mercados financieros, que interpretaron la medida como un intento de evitar la cesación de pagos en el 2009.

Desde entonces, se registró una sustancial salida de capitales que debilitó al peso local y forzó al Banco Central a desacelerar la depreciación de la moneda para evitar una corrida en los depósitos bancarios.

"El Gobierno está tratando de apuntalar un mayor gasto fiscal cuando todo el mundo sabe que los ingresos van a caer y las reservas internacionales van a ser usadas en alguna medida para proteger al tipo de cambio", dijo Bertrand Delgado, economista de la consultora IDEAglobal, en Nueva York.

"La línea política no cambió, sigue siendo: 'Te doy algo hoy y te lo quito mañana'", añadió.

Los analistas sostienen que los 20.000 millones de dólares en pagos de la deuda soberana que debe enfrentar el país el año próximo no es demasiado para el tamaño de la economía argentina.

Pero la capacidad del país para buscar financiamiento está condicionada por los tenedores de bonos que rechazaron una reestructuración que realizó el país y lo demandaron por dejar de atender su deuda de 100.000 millones de dólares en el 2002.

Con el acceso al crédito internacional muy restringido, el Gobierno puede contar con unos 4.000 millones de dólares anuales provenientes de las contribuciones a los fondos de pensión.

También podrá disponer con mayor facilidad de parte de los 46.000 millones de dólares de las reservas internacionales del Banco Central, gracias a cambios que introdujo en el presupuesto 2009.

El Tesoro puede obtener dinero prestado del estatal Banco Nación, y el Gobierno está aún en el proceso de implementar proyectos que serán financiados por organismos de crédito multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo.

El economista Miguel Bein dijo que la Casa Rosada debería poder cubrir sus costos el año que viene, particularmente porque numerosas compañías podrían aprovechar la moratoria impositiva anunciada y retomarán, con grandes beneficios, sus pagos al fisco.

Bein también cree que una suspensión del pago de la deuda soberana sería un suicidio político para Fernández y su esposo y principal asesor económico, el ex presidente Néstor Kirchner, de cara a las elecciones parlamentarias de finales del 2009.

"No se 'defaultea' (deja de pagar) la deuda sin tener una crisis en el sistema financiero. Y una crisis en el sistema financiero produce crisis política", dijo.

"En un año electoral el default no es una opción", añadió. 

(Reuters)