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Países de eurozona discuten posibilidades de recuperación

En momentos en que Europa lucha para salir de una crisis fiscal, una idea que por mucho tiempo se consideró tabú gradualmente logra cada vez más apoyo: la de expulsar —o acompañar amablemente hasta la puerta— de la zona del euro a los países que causan problemas.

18 de marzo de 2010

Londres  — La canciller alemana Angela Merkel pidió esta semana nuevas reglas que contemplen la posibilidad de expulsiones. Al mismo tiempo, mucha gente en países endeudados como Italia y Grecia comienza a culpar al euro por los problemas de sus naciones.

Sin embargo, la independencia monetaria podría ser peor para algunos. A pesar de las ventajas de poder devaluar la moneda para abaratar las exportaciones y así impulsar el crecimiento económico, también podría traer problemas administrativos y catastróficas fugas de capitales.

A primera vista, el control de la propia moneda puede parecer atractivo y la población de los países más afectados por la crisis ha comenzado a añorarlo.

En términos prácticos, sin embargo, abandonar el euro podría causar un colapso económico que pronto llevaría a los países a extrañar los límites fijados por la moneda común.

Además de que la decisión representaría una pesadilla administrativa y de costos, los inversionistas probablemente exigirían tasas de interés altas para retener valores en dracmas o liras en lugar de euros. Este claramente no es el camino hacia un crecimiento sostenible ni la salida de una crisis de endeudamiento.

También existiría el riesgo de una corrida bancaria, si los ahorristas retiran sus depósitos por miedo a que sean pasados de euros a una moneda nacional de menor valor. Los inversionistas no serían muy propensos a invertir en un país cuya moneda podría desaparecer de un día para otro.

Por otra parte, integrar la zona del euro tiene beneficios ocultos. 

Irlanda, por ejemplo, ha sufrido una recesión muy profunda debido a su crisis inmobiliaria, pero no quedó al borde de la bancarrota como Islandia, en parte porque el hecho de formar parte de la eurozona protegió su economía.

El miércoles, Merkel mencionó la posibilidad de una zona euro reducida y expresó su apoyo a las propuestas de permitir la expulsión de un integrante que viole las reglas en repetidas ocasiones.

Aunque dijo que el gobierno griego ha "mostrado mucha valentía" en sus intentos de controlar las finanzas públicas, pidió que se cambien las reglas para que la zona del euro no vuelva a verse involucrada en otra crisis similar.

(AP)