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Movilización para salvar a Varig en Brasil pide intervención estatal

Centenares de empleados de la compañía aérea Varig se movilizaron en todo Brasil para convencer al Gobierno de que inyecte fondos a la compañía.

12/4/06
12 de abril de 2006

Centenares de empleados de la compañía aérea Varig se movilizaron en todo Brasil para convencer al Gobierno de que inyecte fondos a la compañía, que se encuentra al borde de la parálisis a causa de su crisis financiera.

Personal de tierra y aire distribuyó panfletos en los aeropuertos de Sao Paulo, Rio de Janeiro, Brasilia y Porto Alegre. En ellos proponen un plan de salvamento de la empresa que incluye una reducción de salarios del 30% y el despido de 2.900 de los 11.000 empleados con que cuenta la compañía.

El plan supondría, según sus defensores, el ingreso inmediato de 100 millones de dólares en las arcas de la compañía.

Más de 300 empleados en uniforme acompañados de legisladores se manifestaron en Brasilia "Por el salvamento de Varig".

El Gobierno dijo que no quiere utilizar fondos públicos para evitar la quiebra de Varig.

"Cualquier solución para Varig es bienvenida mientras no haya gasto de dinero público", dijo Dila Rousseff, jefa del gabinete del presidente del país, Luiz Inacio Lula da Silva.

Varig tiene una deuda de cerca de 3.000 millones de dólares, de los que el 65% fue contraído con prestatarios de servicios como Infraero, que gestiona las infraestructuras aeroportuarias, y BR Distribuidor (distribuidor de queroseno).

La compañía se puso el año pasado bajo la protección de la ley de quiebras.

Sólo 54 de los 71 aviones de Varig están actualmente en condiciones de volar, debido a la falta de mantenimieto de los demás.

La idea es obtener una línea especial de crédito del Gobierno para salvar a la compañía histórica de Brasil, que ya vendió alrededor de 30.000 billetes para el Mundial de fútbol 2006 en Alemania.

La Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) no autorizó el lunes el acuerdo operacional de 90 días anunciado el viernes por la pequeña compañía Ocean Air y Varig. Según los términos de ese acuerdo, los pasajeros de Varig volarían en aviones de Ocean Air. A cambio, Ocean Air heredaría las rutas de Varig. Para la ANEC, esa operación equivale a una transferencia de la concesión, lo que está prohibido por la ley.

El presidente de la compañía, Marcelo Bottini, ya pidió a diversos acreedores una moratoria de dos o tres meses en el pago de la deuda, equivalente a una línea de crédito de 200 millones de dólares.

El Gobierno no está convencido de transferir fondos a Varig, porque teme sentar un precedente.

En noviembre último, el banco público de desarrollo económico y social BNDES había financiado con 62 millones de dólares la venta de las filiales de Varig Log (fletes) y Varig VEM (mantenimiento) a los fondos de inversión estadounidenses Matlin Patterson y a la compañía aérea TAP Portugal respectivamente.

El dinero fue utilizado por Varig para rembolsar una parte de las deudas vinculadas al leasing (alquiler con opción a compra) de su flota.