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Miles de alemanes secundan las tradicionales marchas pacifistas de Pascua

Decenas de miles de alemanes secundaron hoy las tradicionales marchas pacifistas de Pascua convocadas en todo el país en protesta contra las intervenciones en Libia y Afganistán y para exigir el abandono de la energía nuclear.

23 de abril de 2011

Berlín - Por segundo día consecutivo, tras las primeras manifestaciones de Viernes Santo, se registraron este tipo de "procesiones" pacifistas por el centro de Berlín, Fráncfort, Duisburgo, Múnich y hasta una veintena de ciudades de todo el país.

La más concurrida fue la de la capital, donde unas 4.000 personas recorrieron el barrio gubernamental hasta desembocar en la céntrica Potsdamer Platz.

Las altas temperaturas en todo el país -sobre los 25 grados- y el buen tiempo favorecieron la afluencia de participantes, que combinaron las proclamas antimilitaristas con las de signo antinuclear.

La catástrofe de Fukushima, unida al próximo vigésimo-quinto aniversario del accidente de Chernóbil, hicieron que en esta ocasión las llamadas al abandono de la energía atómica dominaran al resto de consignas pacifistas.

Las marchas pacifistas de Pascua tienen unos 50 años de historia y llegaron a ser multitudinarias en las décadas de 1970 y 1980 en toda la mitad occidental del país.

Tras el fin de la Guerra Fría empezaron a perder capacidad de convocatoria, hasta quedar reducidas a manifestaciones de un par de centenares de manifestantes o incluso menos.

Pero en los últimos años cobraron nuevo brío tras los conflictos de Afganistán e Irak, a los que se unen ahora las reivindicaciones del renacido movimiento antinuclear.

Para mañana y el lunes han sido convocadas en todo el país nuevas marchas de esta índole, que este año se prolongarán hasta el martes, aniversario de la catástrofe de Chernobyl, con manifestaciones ante las plantas atómicas de toda Alemania.

El Ejecutivo de la canciller Angela Merkel dio marcha atrás inmediatamente después del accidente de Fukushima a su plan para prolongar el periodo de vida de los 17 reactores alemanes.

Además de ordenar la desconexión inmediata de 7 plantas nucleares, las más antiguas, dictó una moratoria de tres meses para analizar el camino a seguir y para establecer un calendario de cierres.

El Gobierno socialdemócrata-verde del antecesor de Merkel, Gerhard Schröder, pactó en 2000 con la industria un abandono gradual de la energía atómica, de manera que el último reactor debía cerrar en 2022.

Este calendario fue respetado en la primera legislatura de Merkel, en coalición con los socialdemócratas, pero no tras su reelección y la formación del nuevo gobierno con los liberales.

Hace unos meses, la coalición de centro-derecha de Merkel aprobó prolongar una media de 12 años el periodo de actividad de los reactores, una medida ahora revocada bajo el impacto de la catástrofe japonesa.

(Efe)