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Mandatarios del G20 se reúnen entre tensiones por política E.U

La tensión que generan las políticas monetarias de diversos países y los desequilibrios comerciales se mantiene como trasfondo de la cumbre de mandatarios del Grupo de los 20, de las principales economías desarrolladas y emergentes, que comienza esta semana en Corea del Sur.

9 de noviembre de 2010

Seúl.- La decisión de Estados Unidos de inundar su estancada economía con US$600.000 millones en efectivo genera alarma en capitales del mundo, desde Berlín a Beijing.

El G20 se ha hecho cargo de la reforma de la economía mundial luego de la crisis financiera de 2008. Los mandatarios se reunieron por primera vez hace dos años y marcaron una ambiciosa lista de metas para asegurar un crecimiento económico estable, fortalecer la regulación financiera para evitar otra crisis y darle más poder en las decisiones a los países en desarrollo.

Sin embargo, las negociaciones para lograr esas metas en la cumbre de este jueves y viernes en Seúl se complican por la decisión de la Reserva Federal estadounidense de comprar US$600.000 millones de bonos del Tesoro durante los próximos ocho meses, con el objetivo de bajar las tasas de interés para estimular el crecimiento y reducir el alto desempleo.

Las naciones que dependen de las exportaciones, muchas de ellas pobres, temen que la medida de la Fed inunde sus mercados con capitales en busca de mayores ganancias, lo que encarecería sus propias monedas y perjudicaría a las industrias que proveen empleos y estabilidad a su población. Al mismo tiempo, china mantiene un control estricto de su moneda, el yuan, lo que genera críticas de que éste tiene un precio artificialmente bajo y les da a los exportadores de ese país una ventaja desleal.

El debate se centra en la admisión de que ya no se puede sostener el orden económico mundial de las últimas décadas, que se basaba en que Estados Unidos comprara mercaderías al resto del mundo y acumulara un enorme déficit comercial, mientras los países como China, Alemania y Japón alcanzaban grandes superávit.

"La economía mundial actual está desequilibrada", dijo la semana pasada en Seúl Paul Volcker, uno de los principales asesores económicos del presidente estadounidense Barack Obama. "Está desequilibrada a un nivel que no se puede sostener si vamos a tener una economía mundial exitosa".

El crecimiento de países como India, China y Brasil ha dado impulso al intento de reformar la economía mundial. Los propios encuentros del G20 son una señal de cuánto han cambiado las cosas desde la crisis. Simbolizan el final del sistema que estaba vigente desde los años 40, en el que la economía mundial era dirigida mayormente por un puñado de naciones ricas, en especial Estados Unidos, Europa y Japón.

El G20, creado en 1999, es una combinación dispar de potencias económicas, países en desarrollo, poderes emergentes y consumidores y productores de recursos naturales. Incluye a Brasil, México y Argentina, y la Unión Europea también participa.

Sin embargo, fue durante la crisis que el grupo se convirtió en un cuerpo que aspira al liderazgo global, al suplantar al Grupo de los 7, exclusivo de potencias mundiales.

Sus decisiones se toman por consenso y no son vinculantes para los gobiernos.

 

AP