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La OMC advierte del peligro de un fracaso en Hong Kong

La reunión ministerial se celebrará en Hong Kong la próxima semana

6/12/2005
1 de diciembre de 2005

El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, advirtió en Ginebra que un fracaso de la reunión ministerial de la semana próxima en Hong Kong, "arruinaría" las perspectivas para finalizar las negociaciones en 2006.

A una semana de que los ministros de Comercio de los 149 países miembros de la OMC se reúnan en Hong Kong para impulsar la etapa final de unas complicadas negociaciones iniciadas hace cuatro años en Doha (Qatar), Lamy indicó que "ahora hay un mejor ambiente entre las delegaciones".

El máximo responsable de la OMC se refirió a que un elemento importante es que "por primera vez en diez años" se llega a una conferencia ministerial con un texto adoptado por el Consejo General, lo que supone un paso positivo y contribuye a mejorar la atmósfera de esa reunión.

El proyecto de declaración, aprobado la pasada semana por el Consejo General de la OMC, su máximo órgano, "captura los progresos que se han hecho desde julio de 2004, que no son muchos, pero sí unos cuantos", consideró Lamy.

La Ronda del Desarrollo de Doha, lanzada en 2001 en la capital qatarí, busca profundizar en la liberalización de los intercambios comerciales en agricultura, acceso a mercados para bienes industriales (NAMA), servicios o desarrollo, entre otros asuntos.

Los países habían previsto alcanzar las plenas modalidades de esos aspectos de la negociación durante la reunión de Hong Kong, pero las enormes divergencias entre las naciones en agricultura y NAMA, principalmente, han hecho que los objetivos de esa cita tengan que aplazarse a 2006.

Además de esos dos asuntos, otros que complican la negociación son los referidos al desarrollo y a los subsidios concedidos por los países ricos al algodón y que plantean problemas a las economías africanas por ser una distorsión al comercio.

La Ronda de Doha se diseñó para que sus principales beneficiados fueran los países en desarrollo y un eventual fracaso privaría a la economía global de ingresos equivalentes a unos 300.000 millones de dólares en diez años, según el Banco Mundial.

FUENTE: AP