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La filtración alemana de Wikileaks complica doblemente a ministro Westerwelle

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, ha salido doblemente mal parado por la filtración de Wikileaks en Alemania, ya que además de contener comentarios despectivos sobre su gestión, atribuye a sus filas liberales la existencia de un "topo" al servicio de E.U.

29 de noviembre de 2010

Berlín.- El propio Westerwelle, presidente del Partido Liberal (FDP) y vicecanciller de Angela Merkel, rechazó que la fuente de las indiscreciones, en lo que a Berlín respecta, haya sido alguien de su propia formación, como afirma la versión difundida por "Der Spiegel".

"No me creo que la historia haya sido así", afirmó hoy el ministro de Exteriores, respecto a la tesis de ese medio que alguien del FDP había actuado de informante al servicio del embajador de E.U.

Según las filtraciones publicadas por "Der Spiegel", un miembro del FDP -a quien el embajador de E.U, Philip Murphy, describe en sus informes como "joven y ambicioso"- estuvo informándole con todo detalle del discurrir de las negociaciones de coalición con Merkel en octubre de 2009.

Gracias a este "topo", Murphy fue pasando información puntual completa de esas negociaciones a Washington, tanto en cuestiones de contenido como las múltiples trifulcas internas hasta que se llegó al pacto de coalición entre el FDP y las filas de Merkel.

Las filtraciones de "Der Spiegel", en lo referente a Alemania, son inclementes hacia Westerwelle, al que Murphy describe repetidamente como un político "sin la talla necesaria" para el cargo.

El portavoz del gobierno de Berlín, Steffen Seibert, quitó hoy hierro a los contenidos de esas filtraciones, dijo que no afectarían a las relaciones bilaterales con E.U, aunque subrayó que en su difusión se hubiera incurrido en "ilegalidades".

"Nuestras relaciones bilaterales son robustas", afirmó Seibert, para añadir, respecto al origen de esas filtraciones que "el gobierno federal no va ponerse a jugar a detectives".

En un comunicado de Exteriores, Westerwelle calificó la difusión de esas filtraciones de "actuación lamentable", que espera que no entrañe consecuencias para la seguridad de Alemania "y sus aliados", cuestión ésta que analizarán ahora expertos del departamento.

Westerwelle ha evitado hacer evaluaciones sobre los comentarios despectivos hacia él, Merkel u otros políticos alemanes.

Entre otras consideraciones de tipo general, a la canciller se la califica de "Teflon Merkel" y se le tacha de "poco creativa".

Mucho peor parado sale, sin embargo, Westerwelle, de quien se pone en duda que tenga conocimientos suficientes del ámbito que le compete, además de calificarlo de "agresivo" y "arrogante".

Mientras el ministro de Cooperación y Ayuda al Desarrollo, Dirk Niebel, del FDP, quitaba hierro al asunto, su correligionario de Economía, Rainer Brüderle, afirmó que lo ocurrido refleja la fragilidad de los conductos de comunicación.

"Está claro que apenas se pueden mantener ya conversaciones que no acaben publicadas. Hay que vivir con ello. Pero hay que tenerlo en cuenta también", afirmó el político liberal.

 

EFE