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La censura china no quiere viajes en el tiempo en las telenovelas

En los últimos meses, se han puesto de moda en la televisión china series en las que personas de la actualidad viajan en el tiempo hasta antiguas dinastías orientales, pero esta tendencia no ha gustado al organismo responsable de la censura china, que ha pedido el fin de estos "viajes".

5 de abril de 2011

Pekín - Según señaló en un comunicado publicado en su web la Administración Estatal de Cine, Radio y Televisión (Sarft, mecanismo que decide qué contenidos pueden o no aparecer en el audiovisual chino), estas telenovelas son "una mala influencia para el público" porque dan visiones alternativas de la milenaria historia de China.

Aunque el Sarft, a diferencia de otras ocasiones, no ha prohibido directamente este tipo de teleseries -de gran éxito entre el público chino, especialmente el más joven- sí ha pedido a las productoras que "cambien sus ideas de retratar la cultura tradicional china".

Estas series, como la popular "Shen Hua" ("Mito") suelen exagerar o caricaturizar famosos personajes de las antiguas dinastías chinas, con el fin de dar un tono más humorístico y atractivo para los jóvenes espectadores, algo que no gusta a los censores chinos.

"El viaje en el tiempo se ha convertido en un tema popular en series y películas, pero su contenido y la exageración en su estilo son cuestionables", destacó el Sarft en el comunicado.

En "Shen Hua", primera serie que jugó con el tema del viaje en el tiempo, un joven adolescente de la época actual viaja a la China de hace 2.000 años y se hace amigo de importantes guerreros de la dinastía Qin, la primera que unificó el país y dejó monumentos como la Gran Muralla o el Ejército de Terracota.

A veces el viaje temporal produce anacronismos, y por ejemplo se puede ver al protagonista de la serie usando su móvil con cámara incorporada para inmortalizar sus aventuras en la China de hace dos milenios.

Muchas series y películas con este tipo de temáticas nacieron de novelas escritas por internautas chinos y publicadas en la red, cuyos derechos fueron comprados por productoras del país asiático, la mayor factoría de telenovelas del mundo, aunque la mayoría sólo son para el mercado interno.

 

(Efe)