La apuesta comercial del país requiere otros puertos

Colombia debe ampliar cuanto antes su capacidad portuaria, tanto por el crecimiento sostenido en su comercio exterior, como por la posibilidad de que los acuerdos de libre comercio lo multipliquen. Es por ello que ayer el Gobierno dio un apoyo decidido a un superpuerto en Barranquilla, para 2010.

El ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, le recordó a la Sociedad Portuaria Bocas de Ceniza que el puerto de aguas profundas requiere iniciar obras cuanto antes y que el solo auge de la industria carbonífera en Colombia lo hace atractivo, viable y necesario, pues ese sector en solitario garantiza la ocupación.

El carbón es razón suficiente para el nuevo puerto en Barranquilla, pues se espera que en un par de años el ferrocarril que lleva el carbón a Santa Marta para su embarque esté a tope de su capacidad, lo que necesariamente implicará la salida del energético por Barranquilla y posiblemente por Cartagena.

Adicionalmente, este sector exige puertos de aguas profundas, pues solo se puede ser competitivo con el carbón en los mercados internacionales con barcos que superen las 150.000 toneladas. Esto implicaría la construcción del puerto con mayor capacidad de calado en el país.

Las cotizaciones del carbón en los mercados internacionales y la buena producción que muestra la zona norte de Colombia justifican hoy un puerto que no era viable hace apenas tres años y que mucho menos podría haber estado financiado en su totalidad por el sector privado, como sucede hoy.

Solo al carbón se le abriría, con el nuevo puerto, una capacidad cercana a los 40 millones de toneladas. No obstante, de acuerdo con el cronograma presentado por la sociedad portuaria para 2010, apenas se añadiría una capacidad de 8 millones de toneladas, para lo que se buscan soluciones desde ahora.