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La agenda económica de Japón en el aire por el tsunami

El Gobierno japonés ha dejado en el aire prácticamente todos sus planes económicos, desde la rebaja del impuesto de sociedades hasta su incipiente apertura al comercio, a causa del tsunami y terremoto del pasado 11 de marzo.

30 de marzo de 2011

Tokio - El primer ministro, Naoto Kan, ha conseguido aprobar a tiempo un presupuesto récord de 800.170 millones de euros para el año fiscal que comienza mañana, 1 de abril, pero este ejercicio va a verse monopolizado por las consecuencias del mayor desastre natural vivido por Japón desde el seísmo de Kanto en 1923.

En abril diseñará un primer presupuesto de emergencia por al menos dos billones de yenes (17.130 millones de euros) destinado a construir viviendas temporales para los damnificados y reparar infraestructuras en la costa noreste asolada por el tsunami.

Antes de que termine el ejercicio fiscal, el Gobierno presentará dos planes presupuestarios adicionales -el primero en junio- para acometer la ingente labor de reconstrucción hasta totalizar entre las tres propuestas, según la agencia local Kyodo, 10 billones de yenes (85.632 millones de euros).

Según estimaciones de la Oficina japonesa del Gabinete, los daños causados a las infraestructuras por el seísmo del día 11 oscilan entre 16 y los 25 billones de yenes (entre 136.921 y 213.939 millones de euros).

Estas astronómicas cifras plantean un serio reto a las autoridades de Japón, el país desarrollado con la mayor deuda pública del mundo, más de once billones o el doble de su Producto Interior Bruto (PIB).

Obligan a hablar más bien de subir impuestos que de bajarlos y también a retrasar algunos plazos previstos.

Kan adelantó ayer en la Dieta (Parlamento) que sus planes de una reforma fiscal y de la seguridad social serán retrasados, al igual que su intención de decidir en junio si Japón se unirá al Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), del que participa Chile y al que quiere unirse Estados Unidos.

Todo ello "será considerado una vez tengamos claro cómo va a evolucionar la situación actual", dijo Kan.

Los medios japoneses, no obstante, dan por muerto el plan del Gobierno de recortar en un 5 por ciento el impuesto de sociedades, actualmente en un elevado 40 por ciento, según un plan aprobado en diciembre.

"El Gobierno tiene que analizar sus prioridades, incluido el asunto del impuesto de sociedades", indicó también Naoto Kan.

Además de la rebaja del impuesto sobre sociedades, en diciembre el Ejecutivo del Partido Democrático (PD) decidió otras medidas para incentivar la economía, contener la emisión de bonos por debajo de los 44,3 billones de yenes (377.930 millones de euros) e introducir un impuesto medioambiental.

El objetivo de ese último impuesto sería contribuir a la decisión de Japón de reducir sus emisiones de CO2 en un 30 por ciento en 2030 frente a los niveles de 1990, otra meta que parece en el aire por el brutal impacto del seísmo.

 

(Efe)