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La acción del BCE no dispensa a los países de hacer esfuerzos

El presidente francés, François Hollande, afirmó que el anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de que comprará deuda soberana de países en dificultad no debe dispensar a los afectados de "poner en orden" sus finanzas.

7 de septiembre de 2012

París.  "El saneamiento de las cuentas, que es un imperativo en Francia, tiene que ser también un compromiso en Europa. Las decisiones del BCE no nos dispensan del esfuerzo de poner en orden nuestras finanzas", afirmó Hollande en un discurso ante el Tribunal de Cuentas.

El presidente aseguró que "ha llegado el momento de cerrar la fase de los países en dificultad" y de "abrir una nueva, marcada por la estabilidad presupuestaria y el crecimiento económico".

Hollande quiso mostrarse ejemplar y reiteró el objetivo de su Gobierno de situar el déficit público de su país en el 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2013.

Para ello, anunció "el esfuerzo presupuestario más importante en Francia desde hace 30 años", que supondrá 30.000 millones de euros de ahorros, entre bajadas de gastos y subidas de ingresos, un 1,6 % del PIB.

En concreto, Hollande anunció que en los próximos presupuestos se incluirán ahorros suplementarios por valor de 10.000 millones de euros.

A finales de junio pasado, un informe del Tribunal de Cuentas aseguraba que el Estado debía encontrar 33.000 millones de euros para lograr el compromiso de reducción de déficit con la hipótesis de que la economía del país creciera un 1 %.

La institución elevaba el ahorro a los 44.000 millones en caso de estancamiento económico.

Hollande reconoció que la actual coyuntura económica, con un freno del crecimiento, "convierte en más ardua la tarea" de controlar las finanzas, pero se mostró confiado de poder hacerlo sin recurrir a subidas "generalizadas e indiferentes" de impuestos.

"El esfuerzo será justamente compartido. Hay que tratar de no perjudicar el poder adquisitivo de los franceses. Los que más tienen, tendrán que pagar más", afirmó Hollande.

El presidente también se comprometió a redistribuir la fiscalidad de las pequeñas y medianas empresas y de los grandes grupos para "recaudar mejor sin dañar su competitividad".

La nueva ley fiscal perseguirá "potenciar en la medida de lo posible el crecimiento y afrontar la imperativa reducción del déficit", señaló. EFE