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Josef Fritzl condenado a prisión perpetua

19 de marzo de 2009

ST. POELTEN, Austria  — Un jurado condenó al padre incestuoso austríaco Josef Fritzl a prisión perpetua en una institución psiquiátrica de seguridad tras declararlo culpable de homicidio el jueves.

Fritzl fue declarado culpable de homicidio negligente, esclavitud, violación, incesto, prisión forzada y coacción, cargos derivados de mantener a su hija Elisabeth cautiva durante 24 años y engendrar con ella siete hijos, uno de los cuales murió por falta de atención médica.

Fritzl aceptó el veredicto y renunció a su derecho de apelar.

El cargo de "homicidio negligente", figura del derecho alemán, fue el más grave de los formulados contra Fritzl, de 73 años, y el jurado pronunció el castigo máximo previsto por la ley.

El veredicto significó el final dramático de un caso que atrajo la atención mundial.

Fritzl se declaró culpable el miércoles de todas las acusaciones después de escuchar el testimonio de la víctima. En su declaración, Fritzl calificó su conducta de "enfermiza".

El jueves, Fritzl dijo a la corte que "lamento con todo mi corazón" lo ocurrido.

La fiscal Christiane Burkheiser exigió la prisión perpetua para Fritzl, y dijo al jurado que pensara en el suplicio a que fue sometido su hija Elisabeth durante un cuarto de siglo.

"No se dejen engañar como fue engañada Elisabeth hace 24 años", dijo la fiscal. Elisabeth fue secuestrada por su padre y mantenida en cautiverio en una mazmorra que construyó debajo de la vivienda de la familia.

Ni siquiera Rudolf Mayer, el abogado de Fritzl, se animó a decir que su cliente era inocente. Por el contrario, en una ocasión informó al tribunal que Fritzl había violado 3.000 veces a su hija. La única excusa que dio para el comportamiento de Fritzl, fue que éste se había sentido culpable durante los pasados 24 años.

Los ocho miembros del jurado deliberaron durante la mañana del jueves.

Elisabeth fue el principal testigo de cargo. Ahora de 42 años, tenía 18 cuando su padre la aprisionó en un sótano sin ventanas que éste había construido en la casa familiar en el pueblo de Amstetten.

El cargo de homicidio negligente se debió a la muerte de un niño, Michael, nacido a Elisabeth en abril de 1996 que, según los médicos, podría haber sobrevivido con atención médica adecuada de no haber estado encerrado junto con su madre en el sótano.

Fritzl manifestó pesar de no haber sacado al infante de la mazmorra para buscar atención médica. "No sé por qué no ayudé", dijo el acusado. "Pensé que el pequeño sobreviviría. Debí haberme dado cuenta de que no estaba bien", admitió.


(AP)