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¿Hay cambio en los demócratas en cuanto al comercio?

La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, que llegó a ese cargo en enero justamente con la nueva mayoría legislativa, pareció recibir el mensaje. El miércoles, en que se inició el debate para la votación, pidió a su bancada votar en favor de Perú para evitar la continuación de clichés como el de Bush.

9 de noviembre de 2007

Washington.- Antes de la votación del tratado de libre comercio con Perú en la Cámara de Representantes, el presidente George W. Bush lo puso claro: el resultado diría si el Partido Demócrata, que volvió al control del Congreso después de 12 años, estaba por el comercio global o seguía siendo el grupo liberal proteccionista del pasado.


El jueves, el proyecto peruano fue aprobado 284-132, con una participación de 109 demócratas a favor, la mayor cantidad que ha recibido un tratado de libre comercio de Estados Unidos con algún país latinoamericano.

¿Han cambiado realmente los demócratas?

Si bien la votación favorable de 109 demócratas recibida por Perú es mejor que de los tratados para América del Norte (NAFTA o TLCAN) de 1993; Chile, 2003; y Centroamérica (CAFTA-RD), 2005, todavía una mayoría de demócratas, 116, ha votado contra el acuerdo peruano.

Hay una gran diferencia entre el número de demócratas en favor del comercio entre Perú (109-116) y CAFTA-RD (15-187). Pero, la distancia no es significativa si se comparan los votos demócratas de Perú con los de Chile (75-128) y NAFTA (102-156).

Es decir, en los cuatro tratados de libre comercio con países latinoamericanos, los votos en contra de los demócratas siempre han sido mayores que sus votos en favor.

El mayor apoyo demócrata a un tratado de libre comercio en la historia legislativa estadounidense se dio en 2004 con Marruecos, con 120-80; ese mismo año, con Australia, fue de 116-84.

Pelosi destacó que el acuerdo peruano es un "avance memorable" en la historia comercial estadounidense al haberse asegurado su bancada legislativa la inserción "en el corazón del tratado" de provisiones sobre derechos laborales y medioambiente, de cumplimiento obligatorio.

Bush no parece estar muy convencido de un gran cambio. En su reacción a la votación no mencionó esa suerte de ultimátum de la víspera.

Afirmando que éste había sido el primer tratado de libre comercio desde que republicanos y demócratas se pusieron en mayo de acuerdo en una "nueva fórmula" para un avance bipartidista en este campo, el presidente aprovechó el resultado y pidió al Congreso "decidir con prontitud la consideración de nuestros tratados con Colombia, Panamá y Corea del Sur".

Para Lori M. Wallach, directora de Public Citizens Global Trade Watch, una organización no gubernamental, lo importante de esta votación es que todavía la mayoría de demócratas está en contra de este tipo de acuerdos comerciales.

"Con su oposición mayoritaria, se han hecho eco del descontento generalizado del público estadounidenses con las actuales políticas comerciales", dijo.

Debido a que esta ha sido la primera votación de un tratado de libre comercio por una cámara controlada por los demócratas después de 12 años de dominio republicano, los analistas adelantaron como interesante ver cómo votarían los 37 "debutantes demócratas", aquellos cuya victoria les dio el dominio legislativo al desplazar a republicanos que apoyaban abiertamente estos acuerdos.

El conteo muestra que prácticamente sólo 1 de cada cuatro de ellos votó en favor de Perú. Igualmente, se opusieron al tratado 12 de los 19 presidentes de comités legislativo, que son demócratas de alta jerarquía en el partido.

Los Teamsters y la AFL-CIO, las grandes federaciones sindicales que apoyan a los demócratas, coincidieron en su apreciación del resultado final.

Jim Hoffa, presidente de los Teamsters y fuerte opositor del tratado con Perú, dijo que "la poderosa oposición dentro del partido de mayoría deja en claro que éste no fue un buen acuerdo para los trabajadores y nunca debió haber avanzado".

John Sweeney, presidente de AFL-CIO y que no tenía mayores objeciones sobre este tratado en particular, afirmó que la votación, con un número todavía alto de oposición demócrata y republicana en conjunto, es un recordatorio de que son "muchos a quienes les importa profundamente las familias de los trabajadores los que disienten respetuosamente de este acuerdo".

 

AP